El alto costo que tiene para las ciudades y los estados la realización de eventos deportivos sigue dando que hablar.

A la polémica por el gasto de más de 11 mil millones de dólares en la Copa del Mundo de Brasil en 2014, se le han sumado las críticas por la grave crisis económica que vive el país. Y eso que en 2016, Río de Janeiro albergará los Juegos Olímpicos, que tendrán un costo aproximado de 15 mil millones de dólares, según estimaciones hechos por la misma organización.

Sin embargo, la polémica no sólo se queda allí, ya que para postular a ser sede en cada uno de estos eventos, las ciudades invierten una fuerte suma de dinero.

Emblemático es el caso de Madrid, que en 2013 perdió su tercera postulación consecutiva ante el Comité Olímpico. Según estimaciones hechas públicas por la BBC, la capital de España gastó en esas tres candidaturas uno 9.800 millones de euros, cerca de 12.880 millones de dólares.

Sin embargo, no todas las capitales del mundo han decidido mantener esta millonaria lucha por recibir eventos deportivos, ya que Estocolmo decidió recientemente abandonar la carrera por ser sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2022.

El alcalde de la capital sueca defendió la decisión del concejo municipal argumentando que "no puedo recomendar a la Asamblea Municipal dar prioridad a la realización de un evento olímpico si tenemos otras necesidades de la ciudad, como la construcción de más viviendas", indicó Sten Nordin, según consigna el sitio ecocosas.com.

La decisión del concejo municipal de Estocolmo llega en medio de una grave burbuja inmobiliaria que afecta gravemente a la capital de Suecia. Tal es la magnitud del fenómeno que aquellos que desean adquirir una vivienda en la ciudad deben realizar una oferta por el inmueble incluso antes de que éste sea exhibido al público, según informó en febrero pasado Eleconomista.es.

Esto ha empujado los precios a récords históricos, pero la demanda de viviendas sigue superando a la oferta.