Economistas desmenuzan bajo crecimiento económico como excusa del "realismo sin renuncias" de Bachelet
Hugo Fazio, director del CENDA (Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo)
1. ¿Cómo calificaría el escenario económico actual y del futuro próximo? ¿En qué pie considera que está la economía chilena frente a las tendencias globales?
La situación actual es de crecimiento muy débil. El curso de la economía chilena partió con una desaceleración bastante fuerte en 2013 y que se cimentó en 2014, llegando a su punto más bajo en el tercer trimestre, y de ahí comenzó un periodo que podríamos denominar de crecimiento leve o bajo.
Esto está dentro del marco que se da en América Latina, particularmente en América del Sur. El FMI rebajó su estimación de crecimiento para la región a solo un 0,5%, que es muy bajo. Es prácticamente una situación de estancamiento pleno. En eso influye bastante la recesión brasileña, que es la economía más grande de la región.
2. ¿Cree usted que existe una relación efectiva entre el impulso de las reformas y la situación económica?
Esa es la visión que está propiciando el ministro de Hacienda. Sus declaraciones han ido construyendo una argumentación para justificar una baja en el gasto fiscal. Si la situación en Chile es de bajo crecimiento, y hay particularmente un problema de demanda interna, la lógica es aumentar el gasto y no disminuirlo, porque ahí se juega en contra.
La importancia de la inversión es ser el factor dinamizador, pero ésta siempre va reaccionar siempre y cuando lo haga la inversión pública. La discusión que se debería abrir en el fondo es buscar una política diferente.Cuando tienes bajos niveles de crecimiento, tienes que tomar medidas que tiren la demanda interna para arriba, y ese no es el camino del ministro de Hacienda.
3. ¿Considera usted que efectivamente el Estado no está en condiciones de financiar las reformas comprometidas o hay posibilidades de obtener los recursos necesarios?
Lo primero es que haya un cálculo de cuánto es el dinero que se necesita para las reformas. Ese cálculo lo tiene que hacer el ministerio de Hacienda, y ahí se puede entrar a discutir eso. Mientras tanto, yo plantearía el problema al revés, que en el fondo es ver qué hago para tener los recursos para enfrentar los compromisos que tomé.
Andrés Solimano, Doctor en Economía del MIT. Académico U. Mayor.
1. ¿Cómo calificaría el escenario económico actual y del futuro próximo? ¿En qué pie considera que está la economía chilena frente a las tendencias globales?
En términos de crecimiento económico, Chile está mejor que el resto de América Latina por lo menos, porque la estimación de crecimiento para este mismo año del Gobierno es de 2,5%, y la proyección que hace el FMI para toda América Latina es 0,5%. En ese sentido, es exagerada la evaluación económica que se hace, es una excusa, porque lo hacen por razones políticas, por la presión de los empresarios, las centrales patronales y de los economistas que giran en torno a ese mundo. Eso lo hacen porque no quieren que les toquen el modelo económico que a ellos les funciona muy bien, pero para la gran mayoría no le reporta tantos beneficios.
De las proyecciones nunca se sabe, porque algunas plantean que se recuperará un poco el precio del cobre, también se depende del precio del petróleo, de la demanda externa, etc. Yo no creo que la situación económica en Chile sea particularmente mala, ni mucho menos. Se ha creado ese clima pero yo creo que no es real.
2. ¿Cree usted que existe una relación efectiva entre el impulso de las reformas y la situación económica?
En parte sí. El clima de inversión viene cayendo desde hace varios años, y la reforma tampoco ha cambiado tanto eso. Esas condiciones tuvieron un pequeño ajuste con la Reforma Tributaria, pero eso nunca hizo nada expropiatorio para las empresas, y las más grandes tienen el flujo de las AFP. Están muy protegidas y eso no ha cambiado. El clima es muy pro empresa y no quieren que eso cambie. Por eso quieren congelar la reforma. Pero los números objetivos no muestran que la economía esté tan deteriorada. Es cierto que hay un ciclo de inversión que no repunta pero no creo que eso sea efectivamente por el tema de las reformas, no de forma tan significativa.
3. ¿Considera usted que efectivamente el Estado no está en condiciones de financiar las reformas comprometidas o hay posibilidades de obtener los recursos necesarios?
Chile tiene cerca de 20 mil millones de dólares en el fondo de estabilización económica y social depositado en bancos de Estados Unidos, ganando un interés bastante bajo, y no lo quieren tocar para mantener el ritmo de las reformas.
El Estado debe revisar además cómo gasta algunos recursos. Existen muchos asesores en los ministerios sin que se justifiquen y que están muy bien pagados. Por un lado, el gobierno es muy austero con los profesores, pero por otro es muy generoso con los asesores. Además está el alto gasto militar, que es uno de los más altos de América Latina. El gasto de Estado en desmedro de un alto gasto social es un problema de prioridades.
En la Reforma Tributaria, el Gobierno se abstuvo de aumentar el impuesto de primera categoría y de subir el royalty, y tampoco puso grandes impuestos a los bancos que son los sectores donde realmente está la plata. Cuando se dice que el Estado no puede recaudar más plata, no me creo ese argumento. El Estado sacrificó ingresos porque no quiso tocar a los grupos poderosos donde están los excedentes. Ese argumento creo que realmente no se sostiene.
Tomás Flores, ex Subsecretario de Economía de Sebastián Piñera. Consejero del Instituto Libertad y Desarrollo.
1. ¿Cómo calificaría el escenario económico actual y del futuro próximo? ¿En qué pie considera que está la economía chilena frente a las tendencias globales?
El escenario económico para Chile en los próximos años es de un crecimiento bajo. Esto está ocurriendo también en otros países de América Latina, y a ello se le agrega una debilidad en la inversión sustancialmente importante. De hecho, el consumo de las familias no se ha visto tan afectado. Pero la inversión de compañías sí. El escenario de crecimiento es bajo; no de recesión como lo están sufriendo Brasil y Argentina, pero sí es un crecimiento más bajo del que se consideraba anteriormente.
2. ¿Cree usted que existe una relación efectiva entre el impulso de las reformas y la situación económica?
Sí, por supuesto. Y eso no es algo novedoso. Hay que desdramatizar el hecho de que se tenga que cambiar el ritmo de las reformas frente a un cambio de la situación económica. No es la primera administración a la que le ocurre esto, ni va a ser la última. En otros casos, puede ocurrir que ante el caso de un desastre natural, tengas que reorientar el presupuesto a la reconstrucción. En este caso, el bajo crecimiento económico genera una menor cantidad de dinero recaudado, y por tanto el equilibrio fiscal te exige cambiar ese ritmo. Ello no tiene detrás de sí una connotación de desprolijidad, sino de realismo que evidentemente, al igual que las familias que cuando reprograman sus presupuestos cuando las condiciones cambian, de igual manera lo tiene que hacer el Gobierno.
3. ¿Considera usted que efectivamente el Estado no está en condiciones de financiar las reformas comprometidas o hay posibilidades de obtener los recursos necesarios?
Efectivamente este año va a haber un endeudamiento significativo. Si bien es cierto que existe un espacio importante para pedir dinero prestado por parte del Gobierno, creo que el ministro de Hacienda ha tratado de ser prudente en este endeudamiento. El mejor camino es plantear que a pesar de que no se podrá cumplir con el programa de gobierno originalmente planteado, en un horizonte de tiempo más largo, es posible llegar a lo que se había prometido.
Eric Haindl. Ex consultor del FMI y del Banco Mundial. Ex asesor del MOP.
1. ¿Cómo calificaría el escenario económico actual y del futuro próximo? ¿En qué pie considera que está la economía chilena frente a las tendencias globales?
El escenario actual es de una economía muy frenada, con desaceleración, y en el que el bajo crecimiento se explica por una fuerte caída en la inversión, que ya se arrastra casi por ocho trimestres. En la medida que la inversión no se recupere, las perspectivas de crecimiento son bastantes escasas.
La economía mundial está mostrando un escenario complejo en que tenemos sobre todo el precio de commodities que están cayendo; el precio del cobre ha caído de forma importante, lo cual perjudica a la economía. Afortunadamente también cayó el precio del petróleo, lo que compensa en cierto porcentaje. El panorama general es de una economía mundial relativamente desfavorable en términos de crecimiento, y en que está haciendo cada vez más difícil crecer.
2. ¿Cree usted que existe una relación efectiva entre el impulso de las reformas y la situación económica?
Sí, absolutamente. Es clarísima la relación que hay entre la reforma tributaria y la caída de la inversión. A penas se anunció la reforma tributaria, el mismo mes, la inversión que crecía a niveles de dos dígitos empezó a caer en forma fuerte y cuando la reforma se materializó en el congreso, mostró la caída más fuertes. La inversión había dejado de caer recién en diciembre pasado, y ahí se anunció la reforma laboral y la hizo caer de nuevo. La conexión que hay entre la caída de la inversión y las reformas es directa. Y la conexión que hay entre inversión y crecimiento también es directa. Si no se hubiese hecho la reforma tributaria y si no se hubiese anunciado las reformas laboral y constitucional, el país debería estar creciendo en torno al 4%.
3. ¿Considera usted que efectivamente el Estado no está en condiciones de financiar las reformas comprometidas o hay posibilidades de obtener los recursos necesarios?
Lo que pasó es que se hicieron cuentas alegres cuando se hizo la reforma tributaria, pensando en que se podía recaudar 3 puntos del PIB y tener mayor tributación sin que se afectara a la economía en lo más mínimo. Esos fueron los cálculos del ministro Arenas, y la verdad es que el impacto fue fuerte. Lo que hemos perdido en términos de crecimiento y de recaudación tributaria por el freno de la economía es en el fondo la plata que está faltando.