De proceso constituyente a Asamblea Constituyente: ¿En qué dirección apuntará Bachelet?
En cadena nacional, durante el pasado martes, la presidenta Michelle Bachelet realizó diversos anuncios vinculados a las propuestas de la Comisión Engel, destinada a ofrecer perspectivas ante la corrupción y la crisis política que marca al país.
Uno de los puntos que acaparó la atención de los medios y la ciudadanía se vincula al anuncio de iniciar un "proceso constituyente" para Chile a partir de septiembre próximo. Las palabras de Bachelet, sin embargo, no apuntaron precisamente a la demanda por una asamblea constituyente, que desde hace años es defendida y exigida por diversos sectores de la sociedad chilena como el único mecanismo democrático para reemplazar la cuestionada carta magna creada en plena dictadura.
¿A qué se refirió Bachelet? Tal como en otras ocasiones, ante la ambigüedad de la Presidenta al respecto, los especialistas y las organizaciones comenzaron a interpretar sus palabras para intentar definir qué es lo que terminará ocurriendo finalmente en septiembre de este año. A pocas horas del anuncio, la Mandataria ya despertó a un sector deseoso de conocer los detalles de una propuesta tan inédita como esperada por un amplio espectro de la población, hoy cansada de soportar las leyes heredadas de un período antidemocrático y con nula representatividad social.
A estas alturas, algunos ya dan por perdida la propuesta de la asamblea constituyente en manos de Bachelet. Otros, en tanto, aseguran que su anuncio aún otorga la posibilidad de encaminar los cambios constitucionales por la vía de la participación ciudadana, democrática y vinculante. Dudas, más que certezas, en un ambiente marcado por el escepticismo.
¿Qué quiso decir la Presidenta?
Para el abogado constitucionalista Fernando Atria, es relevante y digno de destacar que Bachelet haya "hecho la conexión entre los problemas de corrupción y el problema constitucional. Nosotros vivimos bajo una forma legal neutralizada, la ley no se dicta para ser cumplida, la ley se dicta para decir que se dictó", explica. Y añade: "lo que ha ocurrido, a propósito de las campañas y su financiamiento, es simplemente una manifestación más del problema constitucional y creo que haber hecho esa conexión es una cosa que debe ser destacada".
En opinión de Atria, el cambio de lenguaje ya es un hecho interesante. Hace tiempo, argumenta, se hablaba de "reformas constitucionales" o de "proyectos de ley de reformas a la Constitución". En septiembre, en cambio, se presentará un proceso constituyente, que implícitamente recuerda que se necesita de una legitimación que las formas institucionales no podrían brindar.
"Lo que la presidenta dijo es que en septiembre comenzaba un proceso constituyente. Ella no dijo en septiembre vamos a hacer un cabildo y a fines de septiembre vamos a redactar un proyecto de ley y en octubre vamos a enviarlo al Congreso y en noviembre esperamos que esté aprobado. No dijo eso. Sólo dijo que iniciarán un proceso constituyente", afirmó el abogado, quien insiste en que la asamblea constituyente representa la forma de legitimación más completa.
El Movimiento Marca AC, que desde hace un tiempo impulsa la realización de una Asamblea Constituyente como forma de origen a una nueva Carta Magna, también tuvo el tiempo de digerir los anuncios de la Presidenta. A través de una declaración pública, sus miembros aseguraron que entienden que Bachelet intenta dar cumplimiento a su compromiso, adquirido en campaña, de escribir una nueva Constitución para Chile a través de un proceso participativo.
Sin embargo, también precisaron: "Aspiramos a una metodología de alto estándar, en la que cada uno de estos rasgos se realice con parámetros acordados e informados previamente y que dicha participación no sea meramente consultiva”, advirtieron.
En opinión del movimiento Marca AC, los procesos constituyentes debe ser protagonizados por la ciudadanía, de otra forma no existen. "Nuestra convicción y compromiso es trabajar para que el proceso constituyente que hoy se ha anunciado termine de una manera institucional, democrática y participativa: la mejor fórmula para ello es la asamblea constituyente", recalcaron. Además, recordaron la reciente propuesta de 54 diputados de la república, que busca hacer viable la opción a través de un plebiscito.
Miembro de la Comisión Engel: "La Presidenta recogió esta inquietud"
Álvaro Castellón es vocero de la Fundación Ciudadano Inteligente y uno de los miembros de la Comisión Engel. Desde su experiencia en la fabricación de las propuestas que fueron recibidas por Bachelet, asegura que no le pareció que el anuncio sobre el proceso constituyente descartara de plano la posibilidad de realizar una asamblea constituyente en Chile, tal como han recalcado algunas figuras cercanas a la Nueva Mayoría, como el sociólogo Eugenio Tironi.
"Yo creo que simplemente la Presidenta anunció el inicio del proceso para definir la nueva Constitución. Perfectamente se podría aprobar una ley que posibilite la Asamblea Constituyente, por tanto esa bajada de cuál va a ser el mecanismo específico es algo que espero que la presidenta Bachelet pueda definir", declaró.
Castellón se mostró satisfecho porque Bachelet recogió una de las ideas manifestadas por el consejo asesor en el informe: "consignamos que hay un malestar en la ciudadanía por la Constitución y la Presidenta recogió esta inquietud y dio inicio a este plan para una nueva Constitución de la mejor forma, que es escuchando a la sociedad civil y a los ciudadanos y ciudadanas".
El punto estaba incorporado en el diagnóstico que realizó la Comisión Engel, como una de las miradas basales para poder solucionar los conflictos que hoy mantiene Chile. Sobre todo, por la importancia de un cambio constitucional a la hora de hacer valer las distintas leyes que articulan las propuestas contra la corrupción. Por ello, asegura el integrante del consejo asesor, por ahora sólo se pueden hacer interpretaciones, ya que aún falta información para asegurar que se haya descartado de plano dicho mecanismo.
Las dudas: "No queda más que la ciudadanía siga impulsando su propio camino"
En otros sectores, sin embargo, las reticencias se hacen sentir. Es el caso del historiador y académico de la Universidad de Chile Sergio Grez, quien por estos días organiza -en conjunto con el Foro por la Asamblea Constituyente y Fundación Constituyente 21- una Escuela Constituyente que ofrece clases gratuitas, todos los sábados del abril, mayo, junio y julio (10 AM, Cueto #138), sobre el mecanismo que hoy le quita el sueño a diversos sectores de la sociedad civil.
"Analizando la propuesta de Bachelet y su equipo, uno entiende que se ha descartado por completo el mecanismo de la Asamblea Constituyente. En su perspectiva, la Constitución va a ser elaborada de la manera tradicional, como se hace en Chile, por un grupo de expertos, pero agregando las cuotas de participación popular a través de cabildos ciudadanos, que serán monitoreados por operadores políticos de la Nueva Mayoría y que no son vinculantes", opinó Grez.
Desde la perspectiva del historiador, no habrá espacio para el ejercicio de la soberanía popular y es la ciudadanía la encargada de seguir impulsando su propio camino: "No queda más que la ciudadanía siga impulsando su propio camino, desarrollando una fuerza constituyente ciudadana y popular que termine forzando a la clase política a entreabrir las puertas para dejar el paso libre a la asamblea constituyente".
Al igual que Fernando Atria y otros especialistas, Sergio Grez asegura que la crisis política nacional se puede y debe comenzar a solucionar mediante un cambio constitucional. Sin embargo, desde la experiencia de su disciplina recuerda que una Carta Magna puede ser elaborada de distintas maneras. Por ejemplo, las constituciones de 1925 y 1980 también fueron consultadas, a su modo.
"Fueron, entre comillas, aprobadas mediante consultas plebiscitarias llamadas tardíamente, con sólo un mes de anticipación, y en las cuales la ciudadanía no tuvo la posibilidad de discutir. Una constitución elaborada por un grupo de expertos o por parte del Parlamento binominal no va a tener ninguna legitimidad. Eso no significará una erradicación de las bases políticas y jurídicas sobre las cuales se sustenta el sistema neoliberal", recalcó.
Las miradas, otra vez, parecen apuntar a la responsabilidad y el rol que jugará la ciudadanía en la búsqueda de una asamblea constituyente ¿Será capaz de presionar al Ejecutivo para que el proceso adelantado por Bachelet culmine en una instancia participativa y democrática para Chile? Así lo observa Fernando Atria: "Ellos serán los que tendrán que contribuir a la demanda hasta que llegue el momento en que la única respuesta legítima sea la asamblea constituyente".