¿Cuánto tiene que ver la televisión con el Chile verdadero?
Una de las críticas más recurrentes hacia los medios en general, y a la televisión en particular, gira en torno a las deficientes muestras de pluralismo que se exhiben en la infinidad de programas periodísticos, culturales y políticos que ocupan las parrillas programáticas. Por ello, el Observatorio de Medios Fucatel organizó este jueves la Primera Jornada de Pluralismo en Televisión para analizar junto a diferentes expertos cómo el principal medio de comunicación masiva abarca la diversidad social del país, y el estado actual de los esfuerzos por incluir temas y mundos sociales excluidos.
Reunidos en el Café Literario Balmaceda, y pasadas las 9:30 de la mañana, los expositores invitados a la primera mesa de debate iniciaron su participación en la jornada tras la presentación de la directora de Fucatel, Manuela Gumucio, y del presidente de la Asociación de Productores de Cine y TV, Sergio Gandara.
Antes de los panelistas, la subdirectora del Consejo Nacional de Cultura y las Artes, Lilia Concha, valoró la realización de la actividad y expresó como representante del Ejecutivo sus anhelos por una televisión más inclusiva para todos los actores. “Creemos sin dudas que la televisión puede ser un espacio más amplio para todas las voces que han estado silenciadas en los últimos años”, afirmó y agregó que “queremos una televisión que represente la diversidad cultural del país”.
En la primera mesa participaron la filósofa y miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua, Carla Cordua; la periodista y experta en género y comunicación, Bet Gerber; el director ejecutivo de Alianza Comunicación y Pobreza, Leonardo Moreno; y el sociólogo y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, Manuel Garretón.
Moreno, el primero en exponer, cuestionó la cobertura mediática que se le entrega a la pobreza, afirmando que “los pobres no existen como sujetos sociales” e incluso afirmó que el tratamiento periodístico, que influye en la percepción del fenómeno, está afincado en una “mirada decimonónica sobre la pobreza”.
En ese contexto, citó notas periodísticas que versaban sobre cuestionamientos a personas que supuestamente habían mentido en la ficha de protección social. “Esta concepción de gente que puede clasificarse como verdaderos pobres es engañosa, sobre todo teniendo en cuenta las cifras de personas que entran y salen de la extrema pobreza”, indicó.
“El desafío del pluralismo en TV es instalar otra mirada de la pobreza y exclusión social”, afirmó Moreno y cuestionó además el desconocimiento de las cifras reales de pobreza por parte de periodistas detectadas en encuestas especializadas. “Sólo un tercio sabe cuántos pobres hay en el país. (…) Eso es más preocupante aún cuando entendemos que la gente que está en pobreza sufre una exclusión completa”, afirmó.
Por su parte, Bet Gerber, periodista argentina residente en Chile y experta en género y comunicación, abordó cómo los medios de comunicación afectan la construcción de la realidad social, reforzando estereotipos negativos en las representaciones de género.
En ello, explicó las categorías de análisis con las que ha venido trabajando sobre los procesos involucrados en la comunicación, en la que destacó la dificultad de los sectores excluidos por acceder a los medios de producción comunicativa.
Junto con advertir que el exceso de regulación en esta materia puede no resultar efectivo, aseguró que “más que regular, se debe propender al pluralismo, porque regular el pluralismo no debe significar una regulación a los contenidos”.
Luego fue el turno de Manuel Antonio Garretón, quien expuso desde una mirada más amplia relacionando el rol que cumplen los medios de comunicación con el sistema político y aseguró que “la democracia en los medios de comunicación se expresa en el pluralismo y en la libertad de expresión”, y agregó que ésta última la entendía como la “igualdad de acceso a los medios de difusión”.
Para el sociólogo, el “pluralismo político” es fundamental para salud de un sistema democrático, y en ese sentido, los medios de comunicación deben promover “la política en general, antes incluso que el pluralismo político”. En ese contexto, recordó la llamada “función pedagógica de los medios” y abogó por una “educación cívica” mucho mayor a la actual. “La televisión hoy no cumple con ese principio”, afirmó.
Ante ese escenario, Garretón afirmó que, entre varias otras cosas, “Chile no es democrático porque no hay pluralismo”.
Finalmente, la filósofa Carla Cordua hizo su acercamiento al pluralismo mediático desde una perspectiva cultural, afirmando que en Chile menosprecia el capital cultural que se diferencia al de la denominada “alta cultura”.
“Lo primero que se debiera dejar fuera es referirse a la cultura como algo disponible para unos y otros no. La cultura no es algo que se tiene. Es una actitud, son las acciones que se hacen”, afirmó.
La miembro de número de la Academia de la Lengua Chilena de la Lengua, afirmó que el pluralismo al que debe aspirar cada medio de comunicación “debe ser entendido más como una red que comunica, antes que despoja. El pluralismo es importante porque la gente debe encontrarse para finalmente generar comunidad”, indicó.
La filósofa aseguró más tarde que, a su juicio, Chile “carece absolutamente de prensa crítica” y agregó que “The Clinic hace una modesta crítica pero la acompaña de un elemento mal oliente”.