Fútbol y economía: Cuando salir de la pobreza se le entrega al mercado
La economía se define como “la extracción, producción, intercambio, distribución, consumo de bienes y servicios”. Esta ciencia, a pesar de estar emparentada con la matemática, está influenciada directamente por las ciencias sociales.
La economía es como la sociedad en momentos históricos determinados; le pone precio a determinados bienes y servicios. Esta ciencia tiene, en mi opinión, dos pilares fundamentales. El primero, la mano invisible (similar a la mano de D10S) permite que el mercado se auto-regule, o sea, el mercado determina sus límites y capacidades de expansión. La segunda, la ley de oferta y demanda. La ley de la oferta indica que la oferta es directamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio del producto, más unidades se ofrecerán a la venta. Por el contrario, la ley de la demanda indica que la demanda es inversamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los consumidores. Por tanto, la oferta y la demanda hacen variar el precio del bien. En definitiva los bienes y servicios mientras más escasos más valen.
Aplicar esto al fútbol es simple, si entendemos que la lógica del fútbol es marcar goles, pues lo goles son un bien preciado y quien ofrece el servicio vale gran cantidad de dinero. Ejemplo: un delantero. En nuestro fútbol los 9 de fuste son pocos, pero cuando llegan cambian la realidad de un club deportivo. Ahora, si interpretas el fútbol como ganar evitando que te hagan goles, el bien o servicio por el que el equipo pagará será por defensas o arqueros, un ejemplo fue el traspaso de Rio Ferdinand al Manchester United, David Luis al París Saint-Germain o Barroso a Colo-Colo. También, aunque en menor medida se pagan importantes precios por arqueros, ejemplo son: Buffon, Neur, De-Gea, Toldo y Cech.
En mi opinión, estos jugadores valen su precio por las ganancias por concepto de entradas y premios que las instituciones obtienen por participar en distintas copas. Tener sangre fría en el área chica es complicado, tener nervios de acero para empujar el balón, alejarlo o atraparlo es un bien o servicio valiosísimo. Ahora, también podemos apelar a la capacidad de manipular el tiempo y las leyes de la física. Un 9 puede tener más tiempo que ningún otro jugador en el área chica, para ellos el tiempo no corre como para todos los mortales, pueden ser capaces de decidir en una centésima de segundo lo que a cualquier humano le demoraría más del triple. Son capaces de colocar el balón en lugares imposibles.
Los arqueros son capaces de despegarse del piso desafiando la fuerza de atracción de la tierra (gravedad) para atenazar el balón que surca su espacio aéreo o llegar a rincones imposibles para detener un obús.
Muchas veces los sueldos de estos jugadores escapan a la realidad. Cristiano Ronaldo gana 1.250.000 euros al mes (3.193 millones de pesos), 312.500 euros a la semana (798 millones de pesos), 44.643 euros al día (114 millones de pesos), 1.860 euros cada hora (4.750.000 pesos) y 31 euros por minuto (79.200 pesos). En Chile el ranking lo encabezan Suazo con 43 millones de pesos al mes, Beasejour con 34 millones mensuales y cerrando el podio Gustavo Canales con 33 millones, sin contar el dinero por contratos con marcas deportivas. Lejano al sueldo mínimo chileno de 225 mil pesos mensuales.
No digo que esté mal lo que le pagan a los jugadores nombrados, sino que considero que la economía no se auto-regula, pensar esto, es creer la ilusión de que no podemos hacer nada para compensar las desigualdades. Tampoco podemos creer en la ley de la oferta y la demanda, sino cómo explicamos que aún se impartan carreras como el periodismo que ya saturaron el mercado.
Y, por último, mostrar como la panacea de la movilidad social a futbolistas que salieron de la pobreza gracias a ser talentosos con el balón. La salida de la pobreza no puede entregarse al azar, la salida de la pobreza no se da por generación espontánea o el don del gol. El sistema económico no puede justificar su falta de movilidad social por ser malo para la pelota. O tener una mejor situación gracias a ser un dotado con el esférico.
El sistema económico ha generado brechas que son insoslayables, al igual que lo son las diferencias entre los mejores pagados del fútbol y los que juegan en clubes más pequeños. En un sistema justo y equitativo, no podemos ver la salida de la pobreza entera en un juego, porque entonces para qué la educación “dado por el correr, mover rápido los pies, auspiciada con un balón de fútbol puede ser por lejos una de las mejores suertes que le puede ocurrir a un niño de barrio. Apenas aprendiendo a hablar pero tiene que saber patear bien el balón, tal vez ahí puede estar la gran oportunidad de su vida y la de su familia”