Tras una alta participación popular en las elecciones generales de Grecia, el pueblo helénico le dio este domingo el triunfo a la joven agrupación Syriza, que, con el 86% de los votos escrutados, ha conquistado el 36% de las preferencias. Si bien no es claro si logrará la mayoría absoluta, con este apoyo la opción encabezada por Alexis Tsipras podrá gobernar sin necesidad de hacer un gobierno de coalición, contando así con un considerable margen de maniobra para implementar su programa.

Detrás de Syriza (abreviatura en griego para Coalición de la Izquierda Radical) quedó Nueva Democracia (ND), el partido derechista que dirige el gobierno saliente y que lidera Andonis Samarás. ND consiguió el 28% de los votos, ubicándose en el segundo lugar entre las siete listas que compitieron por puestos en el Parlamento y en el Ejecutivo.

Syriza, además, conquistó 149 escaños en el Parlamento, contra los 77 conseguidos por ND y los 17 de Amanecer Dorado, fuerza política neonazi que llegó en tercer lugar.

Estas elecciones generales tienen lugar en medio de una severa crisis humanitaria y pérdida de soberanía económica y política en Grecia, problemas derivados de las duras exigencias impuestas por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional -acuerdo conocido como Troika- para "rescatar" a la economía griega de la crisis.

Desde las entrañas de la crisis

En Grecia el desempleo supera al 25% de la población y llega al 50% entre los jóvenes, dejando a más de 300 mil familias bajo el umbral de la pobreza. La deuda pública hoy es de 300.000 millones de euros, monto que equivale al 175% del Producto Interno Bruto. En los últimos cinco años, además, el PIB griego se contrajo en un 25%.

En ese contexto es que Syriza llega al poder, después de un meterórico crecimiento que la llevó a aumentar en siete veces su votación entre las elecciones 2007, en las que obtuvo el 5%, y las celebradas hoy. Su programa consiste, básicamente, en abandonar el plan de austeridad que ha significado recortar el gasto público en salud, educación y otros derechos sociales, para sacar el peso de la crisis de los hombros de la mayoría.

La victoriosa jornada para la nueva izquierda griega se abrió con Tsipras asegurando que el pueblo griego "va a recobrar la dignidad" mientras emitía su voto. En declaraciones a los medios, el candidato y eurodiputado a quien todas las encuestas daban como favorito advirtió a la Unión Europea (UE) que el futuro de Europa "no está en la austeridad, sino en la dignidad y la cohesión".