Los archivos desclasificados de Voluspa Jarpa
En el año 1999 el gobierno de Estados Unidos anunció la desclasificación de documentos de sus servicios secretos sobre la historia reciente de Chile. Entonces, la artista visual chilena Voluspa Jarpa recuerda que esa noticia le produjo “cierta conmoción expectante” pensando que este hecho produciría gran revuelo a nivel nacional. “Sin embargo, no sucedió. En la contingencia -hasta la fecha solamente algunos libros recogen esta información, dos en Chile y uno publicado en Estados Unidos-, pero para mí se transformó en una interrogante simbólica”, ha señalado Voluspa.
Los archivos desclasificados estuvieron a disposición del público a través de un sitio oficial difundido por Internet. Al bajar algunos de estos archivos, Jarpa se impresionó con el hecho mismo de la desclasificación de los documentos, pero además se conmovió con esos párrafos tachados y páginas completas borradas con líneas y bloques negros. “Me conmoví por esa información borrada y, a su vez, por la Historia de Chile, aquella que sentí pequeña e insignificante desde esa borradura y pensé en el abismo que había entre los hechos sucedidos en Chile y esas tachas”.
Su curiosidad traspasó la información misma que contenían esos archivos, centrando su interés en la imagen latente que portaban. “¿Qué podía hacer yo como artista con esto?, tal vez nada o tal vez no era necesario, pero ya no podría borrar aquellas imágenes de las tachas de mi memoria visual y tampoco podría dejar de conmoverme por ellas”, dijo. Así nació su obra “Biblioteca de la No-Historia”, una edición y selección que consiste en la revisión de 10.000 de estos archivos que fueron reclasificados según dos factores, considerando que su principal característica material es la pugna entre información y la tacha de la censura.
Negación histórica
Jarpa reconoce que en Chile existe una dificultad para narrar y simbolizar los hechos traumáticos ocurridos en el pasado y en la historia reciente. “No hay una confianza, ni acuerdo con respecto a la ‘verdad’, entendida como un consenso generado por el estudio y organización de los datos documentales de lo ocurrido, sino más bien versiones antagónicas y míticas, con un habla que es más parecida a un rumor que a una voz ética y pública, unida a la destrucción material de elementos documentales, tanto por acciones ideológicas como por la naturaleza telúrica del territorio chileno”.
Para la artista –compañera de generación de Natalia Babarovic y Mario Navarro– la negación del trauma en los relatos históricos nacionales, los relatos histéricos y las historias truncas se han convertido en su preocupación. Sus proyectos tienen generalmente un largo proceso de investigación para llegar al punto en que la creación toma lugar.
“Cuando planteo los documentos de archivo como material para una obra es porque veo en ellos características conceptuales (semánticas y políticas) y visuales con las que me interesa trabajar, por otro lado, considero que éstas son apropiadas y precisas para el desarrollo de mi lenguaje artístico. Fundamentalmente me interesa trabajar con la problematización de los acontecimientos históricos tratados en el arte, considero que el lenguaje artístico da una posibilidad de enfrentamiento con aquellas experiencias históricas desde interrogantes simbólicas, aquellas que les compete a las imágenes que estas mismas contienen y no necesariamente de manera directa a los contenidos historiográficos, ya que a estos les compete ser tratados por otras disciplinas como la historia o las ciencias políticas”, ha dicho Jarpa.
Voluspa Jarpa estará presente en la próxima edición de Festival Puerto de Ideas que se realizará en Valparaíso los días 7, 8 y 9 de noviembre. Su conferencia “Archivos desclasificados y creación artística” abordará precisamente estos temas. Será el sábado 8 a las 12.30 horas en el Teatro Condell (Valor: $1.500).
Voluspa Jarpa (1971)
Trabaja a partir de las nociones de construcción de la historia colectiva (discursos y documentos históricos, ciudad y emblemas patrios) y su cruce con los relatos subjetivos, a través de la noción de trauma heredada del psiconálisis. Así, las imágenes del sitio eriazo con respecto al tejido urbano, la histeria con respecto a la historia, los documentos públicos y los documentos secretos, pasan a ser las imágenes que construyen las nociones de público y privado, de lo narrable y de lo que no posee ordenamiento a través lenguaje. Es el trauma en cuanto conmoción colectiva e individual, el concepto que hilvana la poética de los trabajos que se corporalizan a través del mecanismo de síntomas, en cuanto lenguaje y discurso material de los hechos traumáticos, dando origen a intervenciones en espacio públicos, instalaciones, gráfica y pintura.