Manuel Antonio Garretón acusa a la DC de "chantaje" en la Reforma Educacional
Primero fue el Comité Político ampliado y ahora un cónclave entre parlamentarios de la Nueva Mayoría y el Ejecutivo. Las reuniones en Cerro Castillo han marcado el giro que ha tomado el Gobierno para enfrentar el debate de la reforma educacional. La figura del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, fue reemplazada por la propia presidenta, quien apuesta por alinear a los sectores de su coalición.
En entrevista con El Desconcierto, el sociólogo y politólogo Manuel Antonio Garretón destaca que la principal crítica a la reforma proviene de sectores que “reclaman hegemonismos” desde la Democracia Cristiana.
Gutenberg Martínez señaló que la Nueva Mayoría tenía fecha de caducidad, ya que era más bien una convergencia electoral y no política ni menos ideológica. ¿Son compatibles las visiones al interior de la coalición de gobierno en materia educacional?
Digan lo que digan las personas que no quisieran mayores cambios, la Nueva Mayoría es un proyecto tipo refundacional. Es una estupidez decir que es una coalición electoral cuando se plantea un proyecto de largo alcance y de largo plazo como la reforma educacional.
Lo que ha ocurrido es que algunos que la aceptaron (Nueva Mayoría) porque veían que electoralmente les convenía -como es el caso de la Democracia Cristiana- ahora se dan cuenta que lo que se trata es hacer lo que la Concertación no hizo, que es pasar de una sociedad heredada de la dictadura, a un nuevo tipo de sociedad.
La Democracia Cristiana reclama ahora los "hegemonismos", cuando no reclamaron el que ellos ejercieron anteriormente, y plantean que esto es nada más que temporal, que es una manera de hacer un chantaje para decir “si no nos hacen caso, nos salimos”
Andrés Palma, a mi juicio, lo que trata de hacer es precisamente ser la expresión más progresista de la Democracia Cristiana dentro del Ministerio. El problema de fortalecimiento de la educación pública no es fortalecer el 30% de la que ocupa en el sistema educacional chileno, implica desarmar la hegemonía que tiene el sector privado y el sector de mercado en la educación.
Existen tres esferas que cruzan la crítica a la reforma educacional dentro del oficialismo. Primero técnica, que plantea su rediseño; segundo comunicacional, que plantea transmitirla mejor; y finalmente política, que plantea mostrar la carta de navegación completa del Gobierno A su juicio, ¿Dónde está el problema?
Las dos críticas más importante o radicales a mi juicio, es primero la de la derecha, que no quiere que se haga esto, no quiere reforma educacional. Todo lo que digan sobre calidad es absolutamente una mentira. No quieren reforma educacional porque no les gusta que cambien el modelo, porque lo instalaron ellos.
El otro caso es la iglesia católica, porque se ve enormemente favorecida con una educación con fin de lucro que le permite financiar sus congregaciones. Hay que tener claro que es una crítica como la que hicieron los sectores patronales a la Reforma Agraria. Y en esta crítica están algunos sectores de la Democracia Cristiana.
La otra crítica importante viene de los movimientos sociales, que lo que dicen es que aquí se está llegando a una reforma del actual modelo, pero no a la fundación de un nuevo modelo educacional, que fue aquello que el país clamó en el 2011.
Uno puede hacer críticas al interior del proyecto mismo, pero lo que hay que destacar es que en lo grueso, la reforma planteada por el Gobierno es lo que el país pidió y por lo cual votó. Es decir, pasar de una educación básicamente privada orientada por el mercado, con fines de lucro, segmentada y cara, a una educación básicamente gratuita, pública y básicamente igualitaria sin segmentación y sin selección. Ése es el tema, la calidad y todo lo demás vendrá después.
Ante el desorden, ¿la única posibilidad de orden y liderazgo en la Nueva Mayoría reside en la presidenta Bachelet?
Yo creo que la Presidenta siempre tuvo claro que, desde el momento en que se bajó del avión desde Nueva York, nunca se movió de la línea central. Ella tenía claro que los principios fundamentales no pueden ser cuestionados, porque sería traicionar el programa.
Lo que están haciendo ciertos sectores de la Democracia Cristiana es simplemente pedir que se cambie el programa de acuerdo a lo que ellos quieren. Hay personas que nunca estuvieron por el fin del lucro dentro de la DC.