Homosexualidad y revolución: el avance de Cuba ante una de sus tareas pendientes
La homosexualidad en Cuba es todo un tema. Hasta ahora, una serie de acusaciones pesan sobre los líderes de la revolución, a quienes atribuyen responsabilidad en la persecución y condena de los homosexuales durante las primeras dos décadas del proceso.
Pese a que no existe información certera al respecto, se ha apuntado al rol jugado por las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), encargadas de confinar a los disidentes, religiosos y homosexuales, considerados hasta ese momento como contrarrevolucionarios. Dichos espacios, descritos como campos de trabajo forzado, fueron utilizados para la “reeducación” de lesbianas, gays y transexuales.
A causa de estas acusaciones, el gobierno cubano ha pedido disculpas y reconocido, a su vez, las políticas represivas aplicadas en contra de la población homosexual. En una entrevista realizada durante el 2010, Fidel Castro aseguró que fue “una gran injusticia, ¡una gran injusticia! La haya hecho quien sea. Si la hicimos nosotros, nosotros… Estoy tratando de delimitar mi responsabilidad en todo eso porque, desde luego, personalmente, yo no tengo ese tipo de prejuicios”.
Según lo señalado por Castro, la homofobia entre las filas revolucionarias se fue produciendo como una reacción espontánea, heredada de las tradiciones machistas de Latinoamérica y el Caribe, donde también existía discriminación hacia las mujeres y los negros. Desde fines de la década de los 80’, sin embargo, Cuba ha intentado enmendar el error y definir políticas institucionales en contra de la discriminación.
Durante este jueves, diversos medios internacionales dieron a conocer una sorpresiva noticia: según señalaron, Mariela Castro, hija del presidente cubano y sobrina de Fidel, viajaba en el avión de Air Argelie que se estrelló en África.
Las informaciones, sin embargo, fueron desmentidas prontamente por la misma aludida, quien declaró, desde Cuba, “estoy vivita y coleando, feliz y saludable”. La curiosa intervención de la prensa, sin embargo, sacó a la luz la figura de la sobrina de Fidel, cuyo rol aún es poco conocido en Chile.
Mariela Castro, actual diputada del parlamento cubano, es también la sexóloga, psicóloga y pedagoga que se encargó de crear el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (Cenesex), institución que, entre otros aspectos, busca poner fin a la discriminación de homosexuales en la isla y potenciar sus derechos. Desde su rol, Castro se ha convertido en una de las principales activistas en la causa del movimiento.
Según la socióloga cubana Mirennis Sánchez, el Cenesex es una institución de carácter investigación y docente, que desde 1989 se encarga de gestionar la política cubana de educación sexual, coordinando el trabajo comunitario y la orientación y terapia.
“Realizan desde el 2007 las jornadas contra la homofobia y por los derechos de las personas LGBT. En Cuba no hay una tradición muy fuerte de lo que se denomina el orgullo gay, pero desde que se están haciendo estas jornadas contra la homofobia y contra la discriminación sí se ha institucionalizado un poco más o por lo menos desde la percepción social”, señaló Sánchez.
Cenesex colabora con otras instituciones activistas y, dentro de las causas que favorecieron su origen, está el vínculo con la Federación de Mujeres Cubanas, que lleva a cabo políticas destinadas a la emancipación femenina y tuvo como presidenta, hasta el 2007, a Vilma Espín, madre de Mariela Castro y ex esposa del presidente.
Según la socióloga cubana entrevistada por ElDesconcierto.cl, Espín tuvo una influencia importante en las tareas llevadas a cabo por Castro, pero “esta no es la continuación del trabajo de Wilma, es el logro de una política social”.
Como hija del presidente y sobrina de Fidel, Mariela ha aclarado que pertenecer a los Castro ha tenido ventajas y desventajas en la disputa que ha liderado. Así lo reconoce Víctor Hugo Robles, conocido como el “Che de los gays”, quien la entrevistó en su segunda visita a Cuba: “Ella me decía que la ayudaba, pero a veces no. Como es parte de un proceso revolucionario, de un país con súperestructura, no por ser hija del presidente se van a abrir todas las puertas y van a aceptar a los homosexuales solo porque a ella se le ocurrió. Ellos han intentado convencer a la población desde el Cenesex”.
Algo parecido describe Sánchez, quien también conoció a la sexóloga durante la realización de una instancia académica.
“Ella estaba invitada como una investigadora más y de manera muy humilde ella decía que, por el trabajo que ellos desplegaban como centro de investigación, las personas pensaban que era más fácil para ella por tener la condición de ser hija de Raúl Castro y decía que era todo lo contrario, que con el centro realizaban una labor importante y que eran luchas de poder, que eran relaciones muy complejas y que esta era una demanda que ellos tenían que pelear en esas instancias”, argumentó.
El escenario, como en la mayoría de los análisis respecto a Cuba, está polarizado: Mientras muchos celebran el trabajo de Castro, desde la disidencia, algunas versiones han apuntado a que su trabajo es insuficiente y que la discriminación aún no se despeja del todo, con más que deudas pendientes.
La tarea: convencer primero al pueblo
Durante las últimas décadas, la labor del Cenesex se ha concentrado en terminar con la herencia del machismo que, tal como en otras partes del mundo, afecta a la población cubana y se traduce en expresiones de homofobia.
En opinión de Víctor Hugo Robles, pese a la revolución, ellos tienen muchas contradicciones internas, no sólo restringidas al área económica y estrictamente política. “¿Por qué los cubanos no van a ser tan machistas como los chilenos u otras culturas latinoamericanas? El machismo es propio del mundo. En Cuba existe la discriminación, la homofobia también. El trabajo del Cenesex ha tenido que batallar contra todos esos tipos de discriminación”.
Alrededor del Cenesex se configuran amplias redes de activistas sociales, pero también existen colectivos al margen de la institución estatal. Proyecto Arcoiris, por ejemplo, es una organización LGTB que se declara anticapitalista y partidaria de la revolución cubana, pero sostienen sus críticas y diferencias con el gobierno. A su vez, otros colectivos opositores a los Castro desarrollan su trabajo por la liberación del mundo homosexual y en contra del socialismo.
El trabajo levantado ha logrado convencer a la población: hoy existen menos resquemores y más libertades respecto de la diversidad sexual. En este sentido, el trabajo de los activistas ha utilizado una lógica política distinta al movimiento gay en Chile: “Ellos han hecho un trabajo al revés respecto de nosotros porque acá las organizaciones buscan convencer a las autoridades oficiales, pero se han despreocupado de convencer a la población misma”, señala el Che de los Gays.
Además de la conmemoración del Día Nacional Contra la Homofobia, los cubanos han instalado algunos hitos como “la conga” de celebración del orgullo gay y el objetivo, establecido en el pleno del Partido Comunista de Cuba, de acabar con todas formas de discriminación, incluyendo explícitamente la identidad sexual entre sus expresiones.
Por otra parte, se han tomado medidas a favor de la integración política y económica de las personas con identidades sexuales distintas como los transexuales que, en la isla, tienen la posibilidad de reasignación sexual, es decir, cambio de sexo, cuyo costo cuenta con asignación estatal.
En tanto, en el último Código del Trabajo también fue incluida una norma de no discriminación hacia la orientación sexual, pero con controversias, según relata Robles: “Mariela Castro hizo una propuesta para integrar nuevos elementos al Código del Trabajo, incluyendo la no discriminación por orientación sexual e identidad de género. Hubo parlamentarios que se opusieron a la identidad de género y ella votó en contra del proyecto".
Respecto al matrimonio igualitario aún no existe consenso entre los propios activistas. Desafiando las limitaciones propias de un Estado con un solo partido y las viejas estructuras de poder, los movimientos intentan avanzar, quitando del camino los prejuicios al interior de la propia revolución.
¿Cómo es eso de que el Che era maricón?
Una anécdota del Che de los Gays detalla que, al ir a presentar su documental a la isla durante el 2005, los cubanos no comprendían la imagen que deseaba proyectar y vinculaban su tesis a la idea de que Ernesto Guevara era homosexual. “Me decían pero chico, cómo eso es eso de que el Che era maricón”, declara, asegurando que tuvo que dar más que algunas explicaciones.
En tanto, durante el 2005, mientras se realizaba el festival de cine, éste dedicó la película a Gladys Marín y al escritor cubano Reinaldo Arenas, quien decidió exiliarse de la isla y denunciar sostenidamente las políticas represivas de la revolución en contra de la homosexualidad, publicando libros y películas. El gesto no fue bien recibido en ese entonces por los sectores fieles al gobierno.
Años más tarde, Víctor Hugo Robles volvió a Cuba y conoció directamente a Mariela Castro. Entonces, desde el activismo y la observación de las políticas del Estado, tuvo la percepción de tiempos mejores para los homosexuales, lesbianas y transexuales en la isla, pese a la larga lista de tareas por resolver en el país y en la mayor parte de los espacios del mundo.
"La sexualidad tiene un componente de liberación de conciencia, de la aceptación del otro. Como decía José Martí: Toda la justicia. Yo creo que nunca habrá toda la justicia si en esa justicia no se integran los derechos de los diferentes, que tienen otra forma de vivir la sexualidad. No hay socialismo de verdad cuando el socialismo no integra, no convive y no deja practicar la sexualidad a las personas diferentes", argumentó.