Entrevista a Andrés Fielbaum Presidente de la Fech

Entrevista a Andrés Fielbaum Presidente de la Fech

Por: El Desconcierto | 11.01.2013

Por Rodrigo Ruiz Parece que el 2013 va a ser un año importante para el movimiento estudiantil. ¿Qué te parece a tí? El 2011 marcó un quiebre. Más allá de que evidentemente tiene antecedentes en el 2006 y antes, marca un quiebre en el sentido de que se corren los límites de lo que es posible soñar para Chile, ahora pensar en derechos sociales para todos, salud pública y gratuita, educación pública y gratuita, en que la ciudadanía pueda detener Hidroaysen, son reales y no meros sueños trasnochados. Por otro lado, van surgiendo nuevas fuerzas políticas, nuevas formas de organizarse y eso permite que los que avancen no sean los mismos de siempre. Todo eso se pone mucho más en juego en 2013 por ser un año de elecciones… Pero sería un gran error que el movimiento estudiantil esconda la cabeza por eso. Al contrario, tiene que aprovechar esa coyuntura para seguir avanzando tanto en transformaciones concretas como en su posibilidad de organización, de crítica y propuesta. Según tu punto de vista, ¿cuáles fueron las posiciones políticas que se enfrentaron en las recientes elecciones? Habían dos grandes tesis en juego, que se diferenciaban respecto a con quien construir para incidir en lo que pasa en el país. Estaba la tesis de que es necesario entrar de lleno a la política formal haciendo alianzas con la Concertación, porque ellos son los que tienen la posibilidad de estar en espacios de poder. Nosotros vemos que esa tesis salió profundamente derrotada. Por otro lado, la tesis que representábamos nosotros y que creo que con algunos matices podemos decir que representa en gran medida también a “Luchar” (opción que obtuvo la vice presidencia), que fue el otro grupo que salió victorioso en estas elecciones. Esa tesis propone ir generando un movimiento social con fuerza propia y nueva, que tenga la capacidad de incidir, que no requiera esconderse en la falda de la vieja política, con su propia vocación de poder. ¿Qué proponen para el 2013? Voy a referirme particularmente a la educación superior, por mi rol en la Fech. Un tema que es crucial es el aumento en el Aporte Fiscal Directo a las universidades estatales. Se trata de que el Estado realmente se haga cargo de sus universidades. Eso tiene que ir aparejado sí o sí con comenzar una reducción de los aranceles con miras hacia la gratuidad, no es posible que la Universidad de Chile siga igual desde el 2011, con todo lo que hemos estado pidiendo en las calles. Por otro lado, la democratización, que Beyer prometió en su última carta al Confech. Y en tercer lugar, fin efectivo al lucro. Los autonomistas han planteado una voluntad política que no se limita a lo puramente universitario y que se propone construir una nueva fuerza política. ¿Cómo están viendo este proceso? Yo diría que tenemos un aprendizaje importante después del 2012, cuando nos dimos cuenta con la conducción de la Fech y con la capacidad de incidencia que vamos teniendo en las esferas más propiamente políticas, que al final del día el esfuerzo que nosotros representamos en ningún caso es suficiente para el tamaño de los desafíos que tenemos por delante. Hay muchos esfuerzos que están surgiendo en la propia lucha estudiantil y también en otras luchas que tienen una vocación similar en el sentido de partir de la disputa social para ir construyendo nuevos imaginarios de izquierda que sean capaces de apostar a la incidencia política. ¿Cómo ubicar a los autonomistas en el mapa político actual? Nosotros somos convencidamente de izquierda, y las dos grandes cosas que nos parecen muy importantes y nos distinguen son la necesidad de reimaginar la izquierda, comprender que la izquierda del siglo XX tuvo mucho fracasos que no pueden ser simplemente olvidados, pero tampoco se puede desecharlo todo, sino que hay que incorporarlo para ver cuál va a ser el nuevo ideario para el siglo XXI, y en segundo lugar, que los procesos de politización y de movilización tienen que estar profundamente anclados en condiciones materiales, o sea, para enfrentarse a un enemigo tan poderoso como el neoliberalismo en Chile es fundamental convocar no solamente a los convencidos de siempre sino a todos los compañeros y la gente que se moviliza cuando se da cuenta que la política le hace sentido.