La pesadilla de Villalobos
Publicado en El Desconcierto Nº3 Septiembre 2012
Sergio Villalobos, Premio Nacional de Historia 1992, angolino de nacimiento, lo viene predicando desde hace al menos medio siglo. Que los mapuche no existen. Él, de hecho, no habla de “mapuches” sino de “araucanos”. O bien de “mestizos chilenos descendientes de los ya extintos araucanos”, como prefiere llamarnos cuando la coyuntura mediática le saca definitivamente los choros del canasto. De allí que Villalobos califique a los cuatro vientos el conflicto chileno- mapuche como “un problema ficticio”, inventado por los comunistas, el populismo de izquierda, los antropólogos, grupos guerrilleros internacionales y los periodistas “fabricantes de noticias truculentas”. No necesariamente en ese orden.
Hace días atrás, en conversación con El Austral de Temuco, el laureado historiador sostuvo además que la visión de los (supuestos) mapuche era “conservadora, retrógrada y enfocada hacia atrás”. En resumen, cero aporte para el Chile del siglo XXI. Esa onda el tatita. Leyendo el libro “Ta iñ Fijke Xipa Rakizuameluwün. Historia, Colonialismo y Resistencia desde el País Mapuche”, no dejo de pensar en Villalobos y sus tesis propias del Tercer Reich. Se trata de la última novedad editorial que trata sobre los (supuestos) mapuche. El libro, de 380 páginas, reúne 13 artículos de autoras y autores que abordan diversas dimensiones de la historia (inexistente) de dicho pueblo (igualmente inexistente), teniendo como eje articulador un abordaje desde las teorías críticas del colonialismo. Desde Bonfill Batalla a Franz Fanon. Desde GonzÁlez Casanova a Albert Memmi.
¿Quiénes son sus autores? Se trata, para sorpresa del octogenario historiador, de jóvenes académicos, cientistas sociales que insisten en la porfía de autodefinirse como “mapuche”, articulados a su vez en un colectivo autogestionado que no dudaron en bautizar de una forma igualmente fraudulenta y pomposa (para el susodicho): “Comunidad de Historia Mapuche”. Y pienso en Villalobos porque, de seguro, este libro vuelve realidad una de sus peores pesadillas. A saber, que los mal llamados “mapuche”, tras un siglo de aculturación, despojo territorial, menoscabo identitario e implacable persecución política y policial, sigan insistiendo en ser lo que sus bisabuelos fueron y no lo que Vicuña Mackenna, Barros Arana y el propio Villalobos han predicado desde la gestación del Estado-Nación. Esto es, Mapuche, un pueblo con historia, cosmovisión, lengua nacional, patrones culturales comunes y, he aquí la madre del cordero, un territorio (simbólico y geopolítico) del cual fue despojado de manera violenta y traicionera hace poco más de un siglo. Es lo que reflexionan, con brillantez, los autores y autoras de este libro. “Los Parlamentos Hispano-Mapuche”, “Rol y Presencia del Mapuzungun en la Colonia”, “La República y los Mapuche”, “Formación Colonial del Estado”, son algunos de los textos que componen esta obra ineludible. Tan reflexiva como rabiosa. Y que se disfruta, créanme, de principio a fin.
Mapuche escribiendo sobre ser mapuche. Una bendita novedad para el mercado editorial chileno, acostumbrado a publicar mapuchólogos de diverso signo ideológico. Desde el propio Sergio Villalobos (para quien, ya lo saben, no existimos) al marxista Alejandro Saavedra (para quien somos una simple “subcultura campesina”, ergo, tampoco existimos), pasando por la monumental obra de José Bengoa (para quien seriamos algo así como los “chilenos originales”). Novedad editorial que deja de serlo, por suerte. Allí está “Escucha Winka” (LOM), brillantes ensayos de cuatro jóvenes intelectuales liderados por el historiador Pablo Marimán; “Recado Confidencial a los Chilenos” (LOM) del candidato al Premio Nacional de Literatura, Elicura Chihuailaf; y “Autodeterminación; Ideas Políticas Mapuche” (LOM), del cientista político radicado en EE.UU, José Marimán. Es la rebelión del sujeto de estudio. El salir del closet del colonizado. La pesadilla de Villalobos.