Chile se presenta a cumbre climática de Biden como el único país latinoamericano que no ha firmado Escazú
El próximo 22 de abril, en el contexto del día de la Tierra, el presidente del país norteamericano, Joe Biden, convocó a los líderes de distintas naciones para impulsarlos a tomar medidas más ambiciosas en la lucha contra el cambio climático. Iniciativa que se desarrolla bajo la idea de cumplir con una de sus promesas de campaña: diferenciarse de su predecesor, Donald Trump, tomando serias medidas ecológicas.
Para esto, invitó a cuarenta Jefes de Estado, entre los que se encuentra el actual Presidente de Chile, Sebastián Piñera, además de los 17 países responsables del 80% de las emisiones a nivel global. Desde la Casa Blanca, la creación de estas instancias globales pretende traer distintos beneficios para el planeta, teniendo como principal propósito la reducción de los gases contaminantes de estas naciones y, en propias palabras de Biden, “combatir el cambio climático como jamás lo habíamos hecho hasta ahora”.
A nivel latinoamericano, fueron cinco las naciones invitadas: Argentina, Brasil, Colombia, México y Chile, siendo esta última quien mantiene una particularidad que la diferencia de sus pares, no haber firmado el primer acuerdo latinoamericano en materia medioambiental y el más importante de los últimos 20 años en materia de DDHH y medioambiente, el Acuerdo de Escazú. Cabe recordar que fue el propio Sebastián Piñera quien en su primer mandato promovió la suscripción a este tratado entre las naciones de la región, cambiando su postura justo antes de llegar el momento de la concreción.
Respecto a la confiabilidad y perspectiva de las naciones vecinas respecto a Chile, el Coordinador Nacional de la campaña por la firma del Acuerdo de Escazú en Chile, Sebastián Benfeld, señaló que “este 22 de abril el Presidente Piñera no tan solo asistirá a la cumbre cargando el peso de ser el único país latinoamericano presente que no ha firmado Escazú, sino que además deberá rendir cuentas respecto de porqué su administración impulsó e invitó a los demás países a sumarse a una iniciativa que años más tarde dejó abandonada de manera repentina”, agregando que “esa vuelta de carnero y falta de seriedad en la conducción de las relaciones exteriores del país sin duda le jugará una mala pasada al Gobierno a la hora de pedirle a nuestros vecinos que vuelvan a confiar en nosotros”.
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Este acuerdo ha sido destacado por diversas autoridades internacionales y ha sido reafirmado por distintos países que han decidido ser parte de este tratado. Para la Directora Política de Greenpeace, Josefina Correa, la firma de un acuerdo internacional medioambiental como este debe ser vital en la actualidad, argumentando que: “la justicia ambiental y particularmente, la protección de las personas defensoras de derechos ambientales, son clave para poder avanzar de manera sustancial en el cambio de definiciones que tenemos que realizar para impedir el colapso ecológico de nuestro planeta”. Además, puntualizó que “creemos que si un país como Chile se define como democrático no existe ningún argumento válido para no firmar y ratificar un acuerdo que lo que pretende es poder participar de manera justa en las decisiones que determinan la forma en la que habitamos y proteger a quienes estén en ese ejercicio”, cerró Correa.
Cabe destacar que la fecha de la cumbre internacional no sólo coincide con el Día Mundial de la Tierra, sino que también comienza a entrar en vigor el Acuerdo de Escazú en los países que sí lo han firmado. Al respecto, Benfeld destaca que “a pesar de la ausencia de Chile, la gran mayoría de los países de la región han decidido apoyar el tratado y comprometerse con la defensa de los Derechos Humanos y el medio ambiente. Hasta el momento van 24 firmas y 12 ratificaciones, y es probable que antes de su entrada en vigencia se sumen aún más países. Costa Rica podría ser uno de ellos” concluyó Benfeld.
El Acuerdo de Escazú
Es un tratado regional adoptado en Escazú, Costa Rica, que tiene como objetivo luchar contra las injusticias y desigualdades ambientales que vive la región dándole más derechos a las personas para que puedan defender su entorno, entre ellos sus derechos a acceder a la información ambiental, participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en asuntos ambientales.
Es el primer acuerdo ambiental de América Latina y el Caribe, siendo también el primero en el mundo que incluye disposiciones específicas para proteger a los defensores de Derechos Humanos en asuntos ambientales, quienes día a día son víctimas de amenazas, hostigamientos, e incluso asesinatos. Hasta el momento, han sido 24 las naciones que han firmado este tratado y 12 las que lo han ratificado, siendo Chile uno de los pocos, junto a Venezuela, Cuba y El Salvador que se niegan a suscribirlo. El 22 de abril del presente año entrará en vigor en los países que lo ratificaron.