La sobre explotación de recursos marinos y la contaminación en las aguas del sur del país, no solo han dejado su huella en los ecosistemas, sino también en las formas de vida de comunidades indígenas, que habitan los mismos territorios que sus ancestros, conservando sus prácticas.

Para proteger ambas características de un territorio, comunidades indígenas pueden solicitar un Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO). A través de este instrumento, se le otorga la administración marítima a comunidades que demuestren el uso ancestral del lugar, y que presenten un plan de manejo que contemple protección de la biodiversidad.

Las comunidades que habitan en las Islas Desertores y la costa de Chaitén lograron recientemente, tras cinco años de trabajo, que se acogiera a trámite la solicitud de crear allí un ECMPO. Se trata de un área de 200 mil hectáreas donde habitan ballenas fin, azules y sei, corales de agua fría, además de decenas de aves y especies marinas comercializadas por los pescadores artesanales del lugar.

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Allí, las comunidades han practicado históricamente el marisqueo, la pesca y recolección de lugar y otros usos destinados a la provisión de alimentos y la economía doméstica. Entre las amenazas a este territorio se identifica la salmonicultura, la mitilcultura industrial, la sobreexplotación de recursos y la contaminación marina.

Pueblos originarios, comunidad organizada

Para lograr la solicitud, varias comunidades indígenas trabajaron en conjunto generando talleres explicativos y reuniones autoconvocadas. “Nos conocemos desde hace años. Toda la vida se ha trabajado en comunidad en estas islas. Y si bien las organizaciones pueden tener distintos nombres, somos la misma gente que hemos estado acá siempre y que hemos hecho las cosas de forma colaborativa, en conjunto. Ahora nos une el cuidado de este lugar y sus recursos, para nosotros y nuestros hijos, declara Nancy Vargas, presidenta de la comunidad indígena de la isla Autení.

Para que el área pueda ser concedida, se debe presentar y aprobar un plan de manejo del espacio. Este aspecto distingue a los ECMPO de otras áreas protegidas que se crean primero, y los planes de manejo demoran a veces años en aprobarse, lo que obstaculiza una correcta protección ambiental en el entretiempo.

Trabajo comunitario

El objetivo de las ECMPO no es otorgar un uso exclusivo del espacio a comunidades indígenas, sino que éstas lideren el proceso de planificación del territorio, y establezcan los parámetros de protección, involucrando a los distintos actores.

“Es importante que se integre a los actores locales en la planificación y decisión del resguardo de los ecosistemas. Este ECMPO ha permitido posicionar a las comunidades indígenas, así como a todas las organizaciones que apoyan la solicitud, haciéndolas parte de la gobernanza local para lograr acuerdos con todos quienes quieren vivir y trabajara aquí”, reflexiona Pamela Mayorga, presidenta de la Corporación Ambiental local del Uso del Borde Costero Chaitén.

En la misma línea, el presidente del Sindicato de Pescadores y Recolectores de Casa de Pesca e Isla Llahuen, Juan Alvarado destaca que “las comunidades solicitantes están proponiendo una administración compartida e inclusiva con todos los actores locales que hacen también uso del borde costero, para lograr acuerdos de uso compartido y sustentable”.

Tras su admisibilidad por parte de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, el ECMPO debe esperar aún otros cinco procesos hasta que se apruebe y firme el convenio de uso.

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