Este miércoles, Genaro Arriagada oficializó ante la presidencia de la Democracia Cristiana (DC), cargo que recae en Carmen Frei, su decisión de renunciar al partido, lo que ocurrió en momentos en que el exsecretario de Estado tramita ante el Servicio Electoral (Servel) que lo eliminen del registro de militantes, asegura CNN.

“Los 58 años en que he sido miembro de la DC los recordaré entre lo más valioso de mi vida pública”, dijo en sus primeras palabras a Frei en una carta donde no dio detalles acerca de las razones de su renuncia, aunque aclaró que el apoyo de la colectividad a Gabriel Boric no es uno de sus motivos para alejarse de la tienda falangista.

Respecto de este respaldo, fue claro. “Me enorgullece (...) la colaboración que nuestra agrupación hizo a la elección de Gabriel Boric. Sin embargo, en los tiempos que vienen, los partidos, individualmente como sistema, deberán ser sometidos a una crítica de sus prácticas, estrategias e incluso revisar su propia naturaleza”, planteó.

Frente a  este nuevo escenario y los desafíos que plantea la contingencia política, marcada por hechos diversos de relevancia en nuestro país, aseguró que necesita disponer de una independencia incompatible con la adhesión que los militantes “deben a las decisiones y acuerdos que adopten las colectividades de las que forman parte”.

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Militancia desde el año 1963

El ingreso de Arriagada a la DC fue el año 1963, tras un paso por el Partido Radical. Transcurrido el tiempo, se consolidó como uno de los rostros principales de la campaña del No para el plebiscito de 1988, que selló el fin de la dictadura de Augusto Pinochet.

Luego fue ministro secretario general de la Presidencia entre 1994 y 1996, durante la administración de Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

La salida de Arriagada del partido falangista se genera apenas un día después de que el secretario nacional de la DC, David Morales, enviara una carta a sus militantes en la que aludió a diversas renuncias ocasionadas por razones varias.

“Nuestro partido iniciará una reflexión profunda de su verdadero sentido en esta etapa de la historia de Chile. Por lo tanto, no es tiempo de renuncias, es tiempo de construir colectivamente desde la humildad de haber sido derrotados en nuestro actuar y en lo que representamos en Chile durante los últimos 50 años”, dijo.