Un día muy especial se encuentra viviendo la familia de Nicolás Ríos, el joven detenido a comienzos de año en el Cerro Santa Lucía por un furgón civil, un episodio que rápidamente se viralizó en redes sociales gracias a que un testigo de los hechos, grabó el procedimiento efectuado el 10 de enero, una jornada traumática que terminó con el estudiante en Santiago 1.

Transcurridos algunos días, específicamente la última semana de febrero, una medida cautelar del juez Daniel Urrutia le permitió regresar a su casa, hasta donde llegó bajo arresto domiciliario. Lamentablemente esta situación duró muy poco y el 2 de marzo, la Corte de Apelaciones Santiago dictaminó que el joven tenía que regresar a prisión, lugar al que fue llevado tras ser formalizado por lanzamiento de artefacto incendiario.

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Así pasaron las semanas y el coronavirus se instaló en nuestro país en medio de la saturación del recinto penal y la permanente y creciente preocupación de la familia Ríos, que sagradamente visitaba a Nicolás. Hasta hace un tiempo prolongado, como lo reconoce a El Desconcierto este viernes Camilo Ríos, su papá.

"Son prácticamente dos meses sin recibir visitas, por la pandemia. La última semana de mayo fue la última vez que lo vimos, estaba un poco decepcionado, no veía el horizonte, veía las cosas muy difíciles", nos relata Camilo en medio de un escueto contacto telefónico generado producto de la victoria judicial que hoy los tiene muy emocionados.

Esta mañana, la Corte de Apelaciones de Santiago y en respuesta a una petición del Séptimo juzgado de garantía, comenta el patriarca de los Ríos, accedió a otorgarle al joven el arresto domiciliario (con orden de arraigo incluida), a la espera de que se resuelva su situación judicial, una medida que representa un gran alivio para la familia, dado que las circunstancias de la pandemia la ha impactado profundamente.

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"No quería recibir atención médica porque generalmente después de eso los aíslan, quedan solos", cuenta Camilo aludiendo a la condición de salud de su hijo, quien es asmático y que durante las últimas semanas, fue cambiado, junto a varios de sus compañeros de reclusión, del módulo del módulo 14 al 12".

"Ahora tenemos que tramitar salvo conducto para ir a buscarlo, a las 21:00 horas. Hoy por fin lo vamos a tener en casa", dice en medio de su emoción.

"Estoy, no sé qué decirle, se me está rompiendo la coraza que tengo", dice hacia el final de su diálogo con este medio, emocionado por la noticia con la que despertó este lluvioso viernes de junio.