María Emilia Tijoux: “Acá nadie se imagina a una ‘nana’ que no tenga rasgos de indígena”
No es un alcance de nombres. María Emilia Tijoux, doctora en Sociología de la Universidad París VIII y magíster en Ciencias Sociales, es la madre de la MC chilena Anita Tijoux. Desde su perspectiva académica, ha investigado el racismo, el clasismo y su vínculos con el género mucho tiempo antes de que se desatara la polémica que, este domingo, involucró a su conocida hija en Lolapallooza.
Ana Tijoux fue increpada durante su presentación en el concierto por algunos asistentes que le gritaron “cara de nana”. Horas después, a través de su cuenta en Twitter, la artista respondió: “Para los que lo creen insultarme llamándome cara de nana, tremendo orgullo por todas las mujeres trabajadoras ejemplo de valor!”.
En entrevista con ElDesconcierto.cl, la socióloga analizó la polémica desde su perspectiva y experiencia académica, más allá de su rol como madre de la conocida rapera.
¿Qué le parece esta polémica dada en Lolapallooza y la concepción tras quienes ocupan la frase “cara de nana” como sinónimo de ataque y ofensa?
Primero debo decir que fue increíble esto porque llegó en un momento justo en que estoy investigando la nueva inmigración de negros, entre comillas, en Santiago y el modo en que son tratados y tratadas por la sociedad chilena. A partir de ahí obviamente se abre todo un espectro de dificultades, en primer lugar con el concepto de nana, que es un eufemismo, porque nana es la persona que cuida a los niños. Esa es la historia, y en realidad, son empleadas de casa particular. Ese es el nombre legal que tienen trabajadoras que cumplen horarios, que deben ser tratadas con dignidad y que es un rol cumplido por muchas personas en este país, incluso personas cercanas a nosotros, incluso a mí me pasó en el exilio el haber tenido que realizar este tipo de labores para pagarse los estudios, salvo que en el extranjero eso es muy bien visto y se cuenta en el currículum.
Entonces, volvamos a Chile. Yo creo que esta es una sociedad fundamentalmente racista y clasista, porque cuando se habla de nana, entre comillas, además se junta en el imaginario la idea del color, del origen, de los rasgos indígenas, nadie se imagina una nana que no tenga esos rasgos.
Efectivamente, esto conjugado en una persona que canta, en una artista que es conocida y que además reivindica sus rasgos, reivindica su origen, que tiene una serie de canciones bastante duras, respecto a la propia sociedad chilena, a lo que somos, surge entonces un grupo de personas que considera que está frente a una trabajadora de casa particular. Lo que ella responde es que no es ningún insulto, al contrario, y esto a mi modo de ver tiene un efecto boomerang. Es decir, se da vuelta contra los insultadores, por decirlo de alguna manera. Entonces, es una torpeza vinculada a los racistas que en este contexto chileno adquiere características bastante terribles. Por ejemplo, se nota en la cantidad de cosas que nos han llegado de Europa, de África, de los países asiáticos. Hemos recibido miles de correos. La gente no entiende que acá se pueda insultar a un artista diciéndole que parece ser trabajadora de casa particular.
¿Qué es lo más interesante de esta polémica desde su perspectiva?
Me parece que es interesante porque obliga a poner sobre la mesa lo que es el sentido común de nuestra sociedad. Un sentido común del que tenemos que hacernos cargo todos, incluido nosotros, los más críticos, porque hay cosas que se salen de la boca, que han sido aprendidas. Pienso en los juegos o canciones infantiles que uno mismo cantó, como cuántos panes hay en el horno, 21 quemados… ¿se acuerda de esa canción? Hasta el día de hoy es cantada y tiene que ver con todo el odio contra un pueblo exterminado. O las canciones más simpáticas como arroz con leche y sus concepciones sobre la mujer.
Entonces, que una mujer se suba a un escenario y se vaya de su casa durante un mes ó 7 días, puede ser catalogada inmediatamente como alguien que no está cumpliendo las funciones y los roles que le han sido asignados. ¿Por quién? Por Dios, por la familia y por la educación. En ese sentido me parece que lo que ha pasado es muy interesante, casi queda agradecerle a esta gente torpe que abra una polémica que se salga de la persona, o se salga del artista, y coloca en la mesa una cuestión que no se discute en un país que está cocinando el racismo, donde pienso que la ley de Arizona se viene, seguro, en donde acaban de detener a inmigrantes haitianos en Lo Valledor porque están vendiendo sus cosas y los van a hacer firmar una vez al mes. Eso, no se había visto jamás en Chile.
Hay ciertos rasgos que el chileno parece aborrecer, pese a su relación con nosotros, como son, por ejemplo, los pómulos marcados y el color de piel morena, muy vinculados al pueblo mapuche y otros pueblos indígenas...
Es la constitución del Estado Nación chileno, que se constituye como una nación que tiene que estar vinculada al progreso y el progreso tiene características: es Europeo y es blanco. Por lo tanto, en el momento de la constitución del Estado Nación chileno hay dos figuras que hay que destruir, demoler, y es la figura del indio, entre comillas, y la figura del negro, que es al que se esclavizó en este país. Los rasgos que tenemos, el color, nuestros pómulos, las orejas que tenemos, que son generalizadas en todo chileno, son rasgos mestizos. Se les ha olvidado que somos mestizos, no somos blancos, entonces esos rasgos que implicarían no progreso, no modernidad, son odiados porque la figura del dominante viene con un color claro, con unos ojos de determinado color y colocado en estos cuerpos europeos y americanos.
Cuando se hizo la constitución del Estado nación chileno y se trajeron los inmigrantes europeos, muy empobrecidos, que venían a trabajar aquí, se les trajo diciéndoles que había que “mejorar la raza”. Esto lo encuentras en distintos tipos de textos de historia social chilena. El lugar en que dejan a los inmigrantes peruanos, que son muy parecidos a nosotros, son los perdedores. Ellos fueron castigados, no hay que olvidarse que entre 1911 y 1917, en el norte, en Tarapacá, actuaron lo que se llamaron las Ligas Patrióticas. Éstas eran una mezcla entre militares, civiles y personeros vinculados al gobierno de la época que mataron, violaron, torturaron y marcaron las puertas de las casas con alquitrán, esas fotos uno todavía las encuentra. La idea era expulsar a todo ese pueblo que pasó a ser chileno cuando se anexó Tarapacá y es uno de los primeros censos donde aparece mucho extranjero en Chile.
Esto da cuenta que una buena parte de esta sociedad se quiere parecer a una figura que no corresponde a nuestra nación, sin embargo, lo interesante es que hay mucha búsqueda de exotismo. Perú es uno de los países más visitados por los turistas chilenos: los restaurantes peruanos son adorados, todos dicen qué mejor que tener a una nana peruana… es decir, hay una contradicción que es muy interesante y yo sinceramente agradezco la posibilidad de decir estas cosas. Esto abre una pregunta no por los demás, sino por quiénes somos nosotros.
Este intento de ofensa se da en el contexto de un festival con un público perteneciente, en su mayoría, a estratos sociales altos. ¿Qué piensa de esta relación?
Yo creo que es un error, tampoco estoy de acuerdo en hablar de cuicos. Como no estoy de acuerdo en hablar de nanas, no estoy de acuerdo en hablar de cuicos. Es importante decir que el concierto donde mi hija estaba, estaba repleto de gente saltando feliz escuchándola. ¿Qué importa de qué sector social sean? La gente puede venir de cualquier lado, el problema de la consciencia no está vinculado al lugar donde vivo. Cuando hubo esta historia con los nazis chilenos, venían de sectores populares, por ejemplo. Yo estoy totalmente en contra de conceptos como flaite, cuico… porque clasifican a gente que no tiene por qué ser clasificada en ninguna parte, creo que es un tremendo error.
Lollapalooza tiene que seguir existiendo y habrá público al que le gusta ir, y los cantantes chilenos tienen que estar en el lugar que les corresponde, siendo que eran muy pocos y que además tenían un tremendo público. Ellos también tienen que trabajar y vivir.