¿Peligra la vida en la Tierra a causa de la pérdida de insectos?
Seguramente, el trabajo de los insectos del mundo llegue a tus labios cada día. El café o el té que saboreas lo han polinizado insectos. Las manzanas, las naranjas, los repollos, las cerezas, las zanahorias, el brócoli, la sandía, el ajo, la canela, la albahaca, las pipas de girasol, las almendras, el aceite de canola… todos son polinizados por los insectos. La miel, los colorantes e incluso algunas vacunas requieren que haya insectos para salir adelante.
Son vitales para la red alimentaria del mundo, están alojados en el ciclo de nutrientes e integrados en la industria. Cuanto más los observamos, más vemos que los insectos son vitales para mantener las estructuras de la vida. En referencia a esto, el reconocido biólogo E.O. Wilson escribió en 1987: “si los insectos desaparecieran, dudo que la especie humana dure más de unos meses”. Por eso el precipitado declive de los insectos está causando alarma.
Las poblaciones de insectos se están reduciendo a un ritmo diferente en el espacio y el tiempo, pero de media, se cree que el descenso en su abundancia es de alrededor de un 1-2 % al año, o un 10-20 % por década.
La abeja Bombus affinis está en peligro en toda su área de distribución en Norteamérica. Foto de Jill Utrup/USFWS (CC BY 2.0)
“Piensa en un propietario con una casa de un millón de dólares al lado de un río que es un poco salvaje. Está perdiendo entre un 10 y un 20 % de su terreno cada década y es espantoso. Eso significa que después de solo un siglo, no te queda nada”, dijo David Wagner, entomólogo de la Universidad de Connecticut en una entrevista con Mongabay. Según dice, ese es el peligro al que nos enfrentamos.
Wagner acaba de editar un reportaje recientemente publicado en Proceedings of the National Academy of Science, Global Decline of Insects in the Anthropocene (El Declive Global de los Insectos en el Antropoceno), en el cual 56 investigadores presentan estudios científicos, opiniones y noticias sobre la extinción de los insectos. La revista ofrece perspectivas sobre las dimensiones ecológicas, taxonómicas, geográficas y sociológicas del declive de estos animales, junto con sugerencias sobre cómo avanzar para estudiar y revertir este drenaje de biodiversidad global.
Las amenazas para los insectos
En un artículo de opinión que encabeza el reportaje especial, Wagner y sus coautores hablan de las posibles causas de la disminución de los insectos. De acuerdo con ellos, los principales factores estresantes son los cambios en el uso del suelo (sobre todo la deforestación), la agricultura, el cambio climático, la nitrificación, la contaminación y las especies introducidas o invasoras. Sin embargo, la importancia de cada factor, y cómo interactúan, sigue desconcertando a los científicos.
“Hay muchos buenos científicos que no son capaces de averiguar la causa”, dijo Wagner. Pone a la abeja como ejemplo. “Es decir, esto vale miles de millones de dólares y no sabemos por qué están teniendo tantas dificultades. Creo que la razón es que es una muerte por mil golpes… la mayoría están siendo golpeados por cuatro o cinco factores importantes y estos actúan de forma sinérgica”.
Insectos ilustrados: fritilario real, (Speyeria idalia) (centro), Bombus affinis (centro derecha), escarabajo tigre puritano (Cicindela puritana) (abajo). Cada uno es un insecto amenazado que representa un linaje más grande que incluye muchas especies de la Lista Roja de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (globalmente extintas, en peligro y amenazadas)”. Ilustración de Virginia R. Wagner obtenida en Wagner et al 2020.
Los artículos siguientes se concentran en las causas claves para algunas de las mayores pérdidas conocidas.
Un estudio de Wagner y Peter Raven, presidente emérito del Jardín Botánico de Missouri, concluye que los declives en la biodiversidad de los insectos y la biomasa están relacionados con la intensificación de la agricultura en los últimos 50 años.
La investigación de Dan Janzen y Winnie Hallwachs —ambos biólogos de la Universidad de Pensilvania, quienes se describen como “observadores intensos de las orugas, sus parásitos y sus socios”— se centra en el cambio climático como factor estresante. Desde finales de los 70, escriben, han observado cómo los declives de insectos llegaron a los bosques secos, los bosques nubosos y los bosques lluviosos del Área de Conservación Guanacaste en Costa Rica, a medida que la región se veía azotada por el aumento de las temperaturas, las estaciones cada vez más erráticas y las lluvias irregulares.
La imagen de arriba muestra un conjunto de polillas en los 80 en la trampa de luz de de Cliff Top en los bosques secos del Área de Conservation Guanacaste en Costa Rica. La imagen de abajo es del mismo lugar en 2019 en el mismo momento del ciclo lunar. “Este cambio dramático en la densidad y riqueza de especies es representativo de las capturas en las trampas de luz en el bosque seco al principio de las lluvias”, dicen los autores. Imágenes de Janzen and Hallwachs 2020.
Otro estudio en la edición especial, titulado Insects and recent climate change (Insectos y el reciente cambio climático), defiende que el clima podría tener un papel más relevante en esta pérdida que el cambio de uso del suelo, que es enorme en todo el planeta, sobre todo por la expansión de la agroindustria. Los autores basan sus descubrimientos sobre el clima en un estudio de las mariposas en el norte de California, donde las disminuciones eran severas incluso en áreas con poca pérdida de hábitat. Se han detectado pérdidas similares en áreas protegidas en Alemania y Puerto Rico.
Asimismo, las poblaciones de mariposas en Europa se enfrentan a desafíos. En el Reino Unido, los números de mariposas han descendido cerca de un 50 % en los últimos 50 años, y un 8 % de las especies residentes conocidas se consideran extintas. En los Países bajos, más del 20 % de las especies se han perdido, y en Bélgica, el 29 %. Los investigadores sugieren que las causas principales son la pérdida y degradación de hábitat y la contaminación química. Los autores ofrecen soluciones de conservación y recomiendan cambios en las políticas para conservar las mariposas y otros insectos, pero por ahora ha faltado voluntad política.
Wagner y sus colegas pasan de las criaturas aladas del día a las de la noche y ofrecen una descripción del estado global de la disminución de las polillas. Las polillas son extremadamente diversas y cosmopolitas. “Por cada mariposa que los lectores de Mongabay ven durante el día, hay 19 especies de polillas que vuelan por la noche”, reveló Wagner.
Aunque los números de polillas han disminuido en algunas áreas, como en partes de Europa y Centroamérica, en otras áreas, sobre todo templadas, muchos taxones están aumentando en abundancia. Otro estudio descubrió que la abundancia general de artrópodos en el Ártico ha aumentado en los últimos años. Los investigadores atribuyen ese incremento en el número de insectos al cambio climático, que según los científicos tiene especies ganadoras y perdedoras. A medida que las temperaturas más cálidas avanzan hacia el norte, se abren nuevos hábitats adecuados para los insectos. Las consecuencias de esta expansión —y los conflictos que pueden darse con las especies de plantas e insectos que ya las ocupan— todavía se tienen que analizar.
El Eurythyrea quercus es una de las especies de escarabajo más amenazadas de Europa y requiere robles viejos y secos para desarrollarse, los cuales rara vez se mantienen en el paisaje. Foto de Frank Vassen via Flickr (CC BY 2.0)
El declive de los insectos es reflejo de un problema más grande: la Tierra se ha adentrado en lo que algunos llaman “sexta extinción masiva”. Las aves, los anfibios, los bivalvos de agua dulce y los grandes mamíferos están viendo sus números reducidos. La cuestión para los entomólogos, dijo Wagner, es si el descenso se está dando más rápido en los insectos que en otros grupos, sobre todo porque los insectos son el objetivo directo de la destrucción creada por los humanos, debido al uso de pesticidas y herbicidas.
Sarah Cornell, científica en el Centro de Resiliencia de Estocolmo (SRC), plantea una pregunta relevante para nuestra época: “Puede que haya habido muchas más extinciones masivas. Lo que pasa es que solo vemos las extinciones de las cosas que dejan una marca… cosas con esqueleto… Cuando la gente dice ‘estamos entrando en la sexta extinción masiva’, de acuerdo, ¿cómo lo sabemos? Podríamos estar entrando en la decimoséptima”.
Sobrepasar los límites planetarios
Claramente, la pérdida de abundancia de los insectos, según la velocidad y el lugar donde ocurra, podría tener impactos más graves e imprevistos que la pérdida del café o algún otro cultivo. La transformación general de los ecosistemas mundiales, que está provocando los declives masivos de insectos, podría estar empujando a la Tierra más allá de lo que los científicos han llamado “límites planetarios”.
El marco de los límites planetarios, propuesto por un grupo de científicos internacionales en 2009, intenta establecer las fronteras ambientales en las que la vida puede funcionar de forma segura y plantea la siguiente pregunta: ¿cuántas alteraciones humanas puede haber en el planeta sin que este cambie a un estado nuevo o más peligroso?
Según un análisis de 2016, la humanidad ha sobrepasado el umbral del «límite planetario seguro» para la “integridad biótica” o equilibrio de la vida. Según los autores, la integridad biótica ha disminuido en al menos el 65 % de la superficie terrestre del planeta, especialmente en prados y zonas de alta biodiversidad.
“La forma en que la gente (o sea, nosotros) utilizamos la tierra está cambiando la capacidad de los ecosistemas de seguir con sus funciones normales”, dijo Cornell, investigador de cambio global de SRC que trabajó en una actualización de 2015 para el marco de los límites planetarios. “Este patrón de biodiversidad perdida perjudica nuestro propio bienestar a largo plazo”.
Una mantis palo (Empusa pennata) en Portugal. A causa de su distribución de baja densidad, esta especie casi nunca se encuentra en la naturaleza. Foto de Frank Vassen via Flickr (CC BY 2.0)
Wagner advierte que lo más probable es que los declives en los insectos solo se agraven, ya que el cambio climático —un límite planetario crítico— empeora rápidamente y tanto la población humana como el consumo se están disparando, lo cual causa más cambios en el uso de la tierra y el aumento de la contaminación —otros dos límites planetarios—.
Cabe destacar que el reportaje El Declive global de los insectos en el Antropoceno identifica brechas de conocimiento críticas. Para empezar, dice que solo hemos arañado la superficie de la identificación y descripción de la biodiversidad actual de los insectos del planeta. Los entomólogos trabajan de forma agresiva para avanzar nuestros conocimientos mediante aprendizaje profundo y visión por ordenador —con el uso de variedad de cámaras y sensores— e iniciativas ambiciosas como un plan para hacer un inventario del código de barras de ADN de toda la biota de Costa Rica en los próximos diez años.
Tú puedes ayudar a salvar a los insectos del mundo
El nuevo reportaje no solo da una voz de alarma sobre los insectos, también ofrece sugerencias sobre cómo conservar y proteger a estos invertebrados diminutos. Deben crearse políticas internacionales, nacionales y corporativas. Y rápido.
En el artículo final, los investigadores exponen: “ocho acciones simples que cada persona puede hacer para salvar a los insectos del declive mundial”. Una de ellas anima a que la gente convierta el césped de sus jardines o cualquier otro espacio exterior en hábitats naturales más diversos.
Mariposa monarca bebiendo néctar de un algodoncillo de México (A. incarnata) en Idaho. Las poblaciones de mariposa monarca se han reducido dramáticamente y la especie está calificada para entrar en la Ley de Especies Amenazadas de Estados Unidos. Foto cortesía de Stephanie McKnight / Xerces Society.
El artículo recomienda plantar plantas nativas, utilizar menos herbicidas y pesticidas, limitar el uso de iluminación exterior, reducir los vertidos que se crean al lavar coches y edificios, trabajar para cambiar la percepción negativa que se tiene de los insectos, educar a otros sobre los insectos, involucrarse en la política local y apoyar a la ciencia.
“Creo que si todos lo hiciéramos juntos… habría un cambio significativo”, dijo a Mongabay Akito Kawahara, autor principal del artículo sobre las ocho acciones simples. “Incluso solo lo de los jardines […] se puede elegir un trocito del jardín y convertirlo en un hábitat natural […] el impacto que ese pequeño trozo de espacio puede crear a gran escala es enorme”. Los jardines de mariposas y otros espacios similares también enriquecen nuestra vida y ofrecen oportunidades educativas para despertar una fascinación natural en los niños.
“Estos artículos sobre los insectos se centran en las cosas pequeñas, es una grata vuelta a pensar de forma ecológica”, dijo Cornell a Mongabay. “No se trata solo de contar cosas. ¿Cuántos insectos? ¿Cuántas extinciones? Nos tenemos que preguntar: ¿cómo cambia el mundo?”.
En un mundo con un descenso descontrolado de insectos, la respuesta podría ser: más de lo que nos atrevemos a imaginar.