Convertir las ciudades en esponja: Llaman a instalar infraestructura verde contra inundaciones
En las últimas semanas, intensas lluvias han dejado distintos sectores de Santiago con anegamientos y personas con pérdida total de sus hogares. Aunque la planificación urbana y la construcción en zonas inundables son parte del problema, también lo es la baja capacidad de los suelos de las ciudades para captar agua lluvia e infiltrarla en las napas subterráneas.
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Por suerte, desde el urbanismo sustentable se ha estudiado e incluso aplicado una solución a esto y no es construyendo embalses sino con intervenciones pequeñas de drenaje urbano sustentable, basadas en la naturaleza, que permiten a la ciudad funcionar más parecido a como lo hacía cuando era un espacio natural.
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“Cuando llueve, parte del agua corre y parte es capturada por el suelo e infiltrada a las napas subterráneas. Eso hace que el caudal no aumente tanto cuando llueve, y que no disminuya tanto cuando hay sequía porque las napas están llenas. Al urbanizar, invertimos este sistema: cuando llueve toda el agua corre y se desbordan los ríos y cuando no llueve el caudal baja mucho”, explica Jorge Gironás, investigador del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS.
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El cambio climático también aumenta la intensidad y frecuencia de eventos extremos como ríos atmosféricos que acumulan mucha lluvia en muy poco tiempo. Mientras crecen las ciudades sin contemplar soluciones de retención de agua lluvia, aumenta su vulnerabilidad ante estos eventos cada vez más frecuentes, por lo que el llamado es a adaptarse.
Drenaje urbano
“Hay mucha experiencia internacional y guías sobre formas de infiltrar y almacenar el agua en la ciudad sin quitarle espacio a ciudad misma, sino aprovechando las áreas verdes y también con pavimentos permeables que resisten rodados bajos como de bicicleta por ejemplo. Hay muchas opciones”, comenta Gironás.
Una forma rápida y económica es cuidar y restaurar los humedales urbanos, que funcionan como embalses, con una gran capacidad de infiltración de agua y además ayudan a limpiar el agua y sirven de hábitat para fauna y flora nativa, entregando también valor paisajístico a las ciudades.
Incluir infraestructura verde en el diseño de espacios urbanos, por ejemplo en rotondas, techos verdes, bandejones y plazas también mejora la resiliencia de la infraestructura urbana ante inundaciones.
Existe en el país y un interés académico por los techos verdes, desarrollando propuestas de diseño y guías que contemplan el uso de vegetación nativa de bajo consumo hídrico para que tener esta infraestructura no suponga un gasto extra de agua. Los techos verdes no solo mitigan las inundaciones sino también generan islas frescas en la ciudad ante las olas de calor extremo.
Aumentar la capacidad de infiltración de agua en los suelos también mitiga otro impacto negativo que tienen las inundaciones: el arrastre de basura y contaminantes que están presentes en la superficie de las ciudades, y que entran en contacto con el agua durante las crecidas, par luego fluir hacia los ríos y el mar.