Cosme y Óscar Castro: “El teatro nos permite contribuir a la memoria de nuestra familia, pero también a la historia del país”

A pesar de ser primavera, la lluvia fue la antesala de una significativo encuentro con la memoria. El pasado sábado 5 de diciembre, más de cien personas llegaron hasta el sitio de memoria Melinka-Puchuncaví, para ser parte de la presentación de “Cuervo”, una adaptación teatral y audiovisual de la autobiografía inédita del actor, dramaturgo, director y fundador de Teatro Aleph, Óscar Cuervo Castro, titulada por su autor como Teatrografía. 

Protagonizada y narrada por tres de sus hijos, “Cuervo” revisa este texto escrito por Óscar Castro durante su exilio en Francia, evocando la represión vivida por él y su familia, y el rol que ocupó la creación escénica para sobrellevar la reclusión, además de su impacto en los presos y opresores; como es el caso del sitio donde se estrenó la obra, donde él estuvo recluido.

Como cuenta Corentin Rostollán, productor de la gira, todo se montó en muy poco tiempo: “fui a verla la noche de su estreno en París, en junio de este año y al instante entendí lo fundamental que era para ell@s volver al lugar de los hechos. No querían esperar: querían presentarla en la misma tierra donde había pasado todo, donde habían venido a filmar, y sobre todo — actuarla para quienes habían sido parte de esa historia”. Así, esta gira teatral logró llevar la obra a tres regiones en quince días, reuniendo, a la fecha, a más de mil espectadores. 

Prontos a continuar presentándose -el sábado 3 de enero en el Teatro Biobío, Concepción y el sábado 5 del mismo mes en la casa Teatro Aleph, ubicada en La Cisterna, junto a un concierto del aclamado Dúo Pajarito- Cosme y Óscar revisan lo vivido en estas funciones. Más información en redes sociales @projetcuervo.

-¿Qué significa para ustedes, como hijos y artistas, el trabajo creativo, puesta en escena y gira de "Cuervo"?

-El espectáculo “Cuervo” nos permite contribuir al trabajo de memoria de nuestra familia, pero también a la historia de Chile. Para nosotros es una manera de continuar la obra de nuestro padre, con su forma: poética y devastadora, fantasiosa y profundamente humana. 

A través de su humor y su poesía, buscamos sensibilizar, alertar, informar y transmitir su historia: la de un niño nacido en la región del Maule, crecido en el pequeño pueblo de Colín y que, sin querer, fue encarcelado en un campo de concentración a los 27 años, desafiando a la dictadura al representar obras de teatro cada semana en el refectorio del campo.

-¿Qué ha implicado presentarse en centros de reclusión, incluyendo el que tuvo prisionero a su padre?

-Queríamos que esta gira fuera simbólica, al igual que la obra: deseábamos actuar en los propios  lugares, en los antiguos campos de concentración y centros de tortura, que hoy se han convertido en sitios de memoria. También queríamos presentarnos en universidades y teatros. 

En un contexto complejo, donde, como en muchas partes de este mundo tambaleante, la extrema derecha se posiciona para llegar al poder, este relato, 50 años después, resulta necesario. Alerta, narra, canta como un graznido que se escucha a lo lejos, sobre una de las páginas más oscuras de Chile.

-Están abordando esta historia personal pero también pública, atravesada por la historia del país. Para ello, ¿qué técnicas y saberes se abordan en escena?

-Antes de nuestro viaje a Chile, pasamos semanas analizando las ochenta páginas de este texto, para quedarnos con una veintena que se convertiría en el hilo conductor del espectáculo.

Concebimos el espectáculo como siempre lo hacemos: con lo que teníamos. El proyecto fue completamente autofinanciado. La urgencia de montarlo nos obligaba a arreglarnos con los medios disponibles; esta limitación de producción exigía imaginación. Partimos con un simple teléfono para filmar y un micrófono para grabar, con el fin de documentar nuestro viaje. 

-Tras ese primer viaje de preparación se presentaron en Francia y luego, con mucho esfuerzo, acá en Chile. Como dicen, esto fue autofinanciado. ¿Cómo llegaron a armar esta gira que además contempló regiones?

-Corentin Rostollan-Sinet, productor y distribuidor de la gira, fue una pieza clave en este proyecto. Desde hace algunos años, él realiza una tesis sobre el teatro concentracionario y, más específicamente, sobre la historia de nuestro padre. 

Nos puso en contacto con todas las personas que había conocido allá: antiguos presos y amigos de nuestro padre que compartieron su celda y que participaban, los viernes, en esas obras de teatro dentro de los campos. 

Para las entrevistas con los ex presos, habíamos preparado preguntas directamente vinculadas al texto del ‘Cuervo’. Ellos confirmaban cada historia, agregando anécdotas cada vez más increíbles, creando un vaivén entre el pasado y el presente. Luego nos dirigimos a los lugares donde nuestro padre estuvo encarcelado, los campos de concentración, los centros de tortura, enfrentando los fantasmas del pasado y buscando un fragmento  de verdad.

De regreso a Francia, elaboramos el espectáculo en nuestro estudio de trabajo, una especie de búnker poético con aspecto de estacionamiento subterráneo. Durante un mes, nos sumergimos completamente allí, sin ver la luz del día, tejiendo los hilos de esta historia, dándole aliento, colores, respiración.

Fue un trabajo apasionante llevado a cabo entre dos hermanos en búsqueda de sus orígenes, acompañados de Jeanne Frenkel, la ilustradora y escenógrafa de este relato. Nos gusta reflexionar a partir de un dispositivo a la vez orgánico y tecnológico: mezclar secuencias documentales proyectadas desde una pantalla LED de un smartphone, papel recortado, gelatinas… El espectáculo refleja las creaciones que nuestro padre montaba en los campos: hecho con casi nada, pero con creatividad y poesía.

-¿Qué significa para ustedes realizar esta colaboración, entre amigos y por sobre todo, entre hermanos?

Es la primera vez que Óscar, Cosme y Sebastián, los tres hijos del Cuervo, nos encontramos juntos sobre un escenario  de teatro. Acompañados de la artista plástica y escenógrafa Jeanne Frenkel, este proyecto tiene un sabor muy particular: es una experiencia única y profundamente simbólica. Al igual que el Aleph de Borges, ese punto en el espacio donde se reúnen el pasado, el presente y el futuro en un instante único, sin confusión.

Últimas funciones: Concepción y Santiago A Mil

“Cuervo” regresa con sus últimas presentaciones en enero. Una de ellas se realizará el sábado 3 de enero en el Teatro Biobío, Concepción a las 19:00 horas. Más información sobre esta función y sus entradas gratuitas, acá.

Luego el cierre de la gira será en Santiago, específicamente en casa Teatro Aleph, ubicada en La Cisterna, el 5 de enero 2026 a las 20:00 horas, junto a un concierto excepcional del aclamado dúo musical chileno Dúo Pajarito — conformado por las artistas Amaia José y Fiona Murillo. La obra se presentará en la Sala Julieta del Aleph Chile, teatro que lleva el nombre de la madre de Oscar Castro, detenida desaparecida; y en el marco del Festival Internacional Teatro A Mil 2026. Más información y compra de entradas en teatroamil.cl.