Aguinaldo en Chile: qué es, cuándo es obligatorio y cómo impacta en las organizaciones
Sector público: un derecho garantizado
En el sector público, el aguinaldo es un derecho garantizado por leyes anuales de reajuste que definen montos y requisitos. Pueden recibirlo funcionarios de planta y contrata, personal municipal, servicios descentralizados, universidades estatales, Fuerzas Armadas y pensionados del IPS. El requisito clave es estar en servicio al 1 de diciembre. Para 2024, los montos fueron $68.865 para remuneraciones líquidas hasta $1.025.622 y $36.427 para ingresos superiores. Estos pagos no son imponibles ni tributables, por lo que se reciben íntegros.
Sector privado: voluntariedad y derecho adquirido
En el sector privado, no existe una ley que obligue a entregar aguinaldo. Su pago depende de la decisión de la empresa, salvo dos excepciones: que esté pactado por escrito o que se haya otorgado durante años de forma reiterada, configurando una cláusula tácita. Según la Dirección del Trabajo, esto ocurre cuando el beneficio se entrega de manera permanente, es conocido y aceptado por ambas partes y no corresponde a una materia que deba fijarse por contrato. En esos casos, el aguinaldo se vuelve un derecho exigible.
Tratamiento tributario
A diferencia del sector público, los aguinaldos del sector privado son considerados remuneración. Por lo mismo, están afectos a cotizaciones previsionales y al Impuesto Único de Segunda Categoría. También deben recibirlo los trabajadores a plazo fijo u obra/faena si la empresa lo otorga y su contrato está vigente en la fecha de pago. Quienes trabajan a honorarios no tienen derecho, ya que no existe relación laboral.
Impacto en el clima laboral
Aunque el aguinaldo suele tratarse como un tema económico, también tiene efectos organizacionales. La Dirección del Trabajo señala que la consistencia en la entrega de beneficios influye en la percepción de equidad y estabilidad dentro de los equipos, dimensiones centrales del clima laboral. Cuando un aguinaldo se entrega de manera clara y sostenida, refuerza la confianza interna y la motivación. Cuando se suspende inesperadamente, puede generar incertidumbre y afectar la cohesión, especialmente en el cierre del año.
En esa misma línea, desde la experiencia en desarrollo organizacional, un especialista de Grafton Latam señala que “cuando un beneficio como el aguinaldo se instala en el tiempo, deja de ser solo un aporte económico y pasa a formar parte de las expectativas del equipo. La forma en que se gestiona, ya sea con claridad o con ambigüedad, influye directamente en la percepción de coherencia y confianza hacia la organización, impactando el clima laboral”.
Conclusión
El aguinaldo, obligatorio o voluntario según el caso, es finalmente una señal cultural dentro de las organizaciones. Su correcta gestión permite claridad para trabajadores y empleadores y contribuye a relaciones laborales más predecibles y transparentes.