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Argentina bajo la ultra de Milei (o las señales que pueden anticipar un eventual gobierno de Kast en Chile)
Agencia Uno

Argentina bajo la ultra de Milei (o las señales que pueden anticipar un eventual gobierno de Kast en Chile)

Por: Efraín Estévez Cardam | 04.12.2025
Represión, ataques a la prensa y recorte social definen el año de Milei en Argentina. A diez días del balotaje, el caso trasandino evidencia qué pasa cuando la ultraderecha profundiza en su batalla cultural. Ahí la interrogante que sobrevuela es si Kast se quedará solo en su promesa de "gobierno de emergencia" o irá por más.

La última década estuvo caracterizada por el ascenso electoral de partidos ultraconservadores  y experiencias de ultraderecha que en principio eran contemplados desde América Latina como un fenómeno lejano, que acontecía en naciones tan distantes como India, Turquía, Italia o los Países Bajos.

Sin embargo, hace ya años que nuestro subcontinente también empieza a sentir el fenómeno intramuros,  tras los casos de Jair Bolsonaro en Brasil, Nayib Bukele en El Salvador y Javier Milei en Argentina.

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Más allá de las explicaciones posibles para dar cuenta del hecho, entre ellas el rechazo unánime de las instituciones y valores liberales, la respuesta apenas paliativa de los Gobiernos progresistas, el creciente descrédito de la democracia, la cuestión migratoria, etc., lo cierto es que Chile también ingresa con pie firme en el radar de esta ola que trae aparejado un conservadurismo intenso, nacionalismo radical, autoritarismo, antifeminismo y posturas xenófobas o racistas.

Si bien cada líder y nación tienen su especificidad, la historia aconseja observar  experiencias cercanas que bien podrían funcionar como spoiler de una eventual resultado en las elecciones presidenciales del 14 de diciembre.

Democracia de baja intensidad

Argentina es el caso más reciente y cercano que, con sus características propias, nos permiten vislumbrar a qué se enfrenta una nación gobernada por la ultraderecha.

Allí, el experimento libertario trajo aparejado un incremento sustantivo de los discursos del odio y la tendencia a la desilusión política, los clivajes divisores y fragmentarios, profundizando además la batalla cultural iniciada por el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).

Esta batalla pretende modificar el ethos más igualitario y pro Estado que caracterizó a la sociedad argentina en el marco de un contrato social del Estado de Bienestar y justicia social, para reemplazarlo por un imaginario que gravita alrededor de la meritocracia.

Lo anterior se traduce en una "democracia de baja intensidad", un sistema en el que las instituciones democráticas existen formalmente, con elecciones periódicas de autoridades, pero sin substancia real, con derechos sociales debilitados, exclusión, violencia política y mediática, marginalización de grupos y una credibilidad muy baja, con ciudadanos desvinculados de las decisiones políticas.

En resumen con una ciudadanía también de baja intensidad.

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Ataque a periodistas

Los ataques a periodistas fueron marcaron fuertemente también la primera mitad de la gestión libertaria. A fines de noviembre, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó en Miami una audiencia sobre la libertad de expresión en Argentina, en respuesta a una solicitud del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), que denuncia el “alarmante y veloz deterioro de la libertad de expresión en el país, según coinciden numerosas organizaciones y referentes jurídicos que acompañan la presentación.

La iniciativa de Fopea aportó documentación sobre el hostigamiento y la estigmatización del periodismo desde el poder estatal, así como el preocupante aumento de las agresiones, el uso abusivo de demandas penales y las permanentes restricciones al acceso a la información pública, que crecieron en la gestión del presidente Javier Milei.

La audiencia buscó visibilizar ante el sistema interamericano de derechos humanos el deterioro de la libertad de expresión en el país vecino.

DD.HH. y feminismos en la mira

Otra característica del período fue la inmediata desjerarquización de las políticas de género y el ataque sistemático contra el movimiento feminista a través de los avances contra una serie derechos como la Ley IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), la Ley de Identidad de Género, la figura de femicidio en el Código Penal, el programa de Educación Sexual Integral (ESI), la Ley el matrimonio igualitario, etc., que para la cosmovisión ultraderechista atentan contra valores como la “vida” y la “familia”.

También fueron desarticulados varios organismos de DDHH a través del desfinanciamiento, los despidos y reestructuraciones que han afectado a entidades clave en políticas de memoria, verdad y justicia.

En las últimas semanas el gobierno libertario nombró  ministro de Defensa al militar Carlos Alberto Presti, hijo del genocida Carlos Roque Presti, procesado y detenido por secuestros y desapariciones durante la dictadura. Es la primera vez que desde el retorno de la democracia (1983) que un militar ocupa esa cartera.

El nuevo ministro, por su parte, nombró subsecretario a Guillermo Madero, quien en su currículum suma haber obstaculizado la búsqueda de bebés robados durante el terrorismo de Estado.

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Geopolítica y patrimonio ambiental

Existe también creciente preocupación por la inflexión geopolítica que ordenó el presidente Javier Milei, así como el abandono de la histórica neutralidad trasandina frente a los conflictos en Medio Oriente para alinearse públicamente con Israel y, por extensión, con el bloque atlántico liderado por Washington.

Se trata de un cambio que “incluye decisiones diplomáticas, militares y estratégicas que alteran profundamente la posición internacional del país”, señala el escritor y periodista Ernesto Bisceglia.

El hecho de posicionarse abiertamente del lado de Tel Aviv en uno de los conflictos más sensibles y prolongados del escenario internacional trae aparejado el riesgo de deteriorar relaciones con el mundo árabe.

El alineamiento irrestricto a Washington, por otra parte, profundizado por el rescate financiero brindado en octubre por el secretario del Tesoro Scott Bessent,  y que resultó decisivo en el resultado de las elecciones legislativas nacionales del pasado 26 de octubre pone en riesgo el patrimonio ambiental de la nación vecina.

Colectivos ambientalistas denuncian que Washington exigió entre otros temas el control de los yacimientos de uranio, litio y tierras raras en Argentina, un grupo de minerales considerados críticos por su rol en la llamada transición energética, las tecnologías digitales y la industria militar.

Recorte de políticas sociales y represión

Durante su primer año de gestión, el gobierno libertario argentino llevó a cabo el mayor ajuste del gasto social desde 2002, impulsado por los recortes en los programas asistenciales destinados a jóvenes (-39,8%) y adultos mayores (-9,3%), según señala el informe Mapa de Políticas Sociales en la Argentina 2025, publicado por el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS). 

La política de “motosierra” y “el ajuste más grande de la historia” de los que se jacta el gobierno tuvieron como víctimas principales a los sueldos y las jubilaciones, motores históricos del consumo popular .

El balance económico y social realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) sobre los primeros 500 días de gobierno libertario sostiene que se caracteriza por la devaluación acelerada y la pérdida de poder adquisitivo con fuerte deterioro para los hogares argentinos.

Durante esa etapa, medida hasta abril de 2025, se destruyeron más de 100 mil puestos de trabajo registrados privados, la industria se deprimió 14 %, la inversión 3%. Las empresas chicas y grandes advierten problemas de competitividad y rentabilidad por el incremento de los costos en moneda extranjera y la apertura importadora a productos que se fabrican a nivel nacional.

Todo intento de reclamo ciudadano fue respondido hasta ahora con una brutal represión.

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Repeticiones y rimas

Todo lo descrito anteriormente, nobleza obliga, fue respaldado por una porcentaje significativo de la ciudadanía en las elecciones legislativas realizadas en octubre. Se trata de una porción de los argentinos que espantados por la gestión anterior del ex presidente Alberto Fernández y la inflación galopante que lo caracterizó, prefiere apostar por un país que –al menos en principio- se vislumbra más previsible, aunque esa previsibilidad se construya como la paz de los cementerios.

El escritor y filósofo francés Eric Sadin plantea en su libro “La era del individuo tirano” que transitamos una época y sociedad marcadas por el ocaso de los fundamentos comunes.

En ella, la hiperconectividad genera un ciudadano con una fuerte ilusión de soberanía y autosuficiencia personal  en la que la obsesión por la autoexhibición se transforma en un espejismo catártico en el que contrarresta su creciente precariedad.

La ultraderecha consagra el fin de los fundamentos comunes y construye una sociedad de sujetos atomizados sin interés en la cosa pública.

Cada realidad es diferente y cada nación cataliza sus procesos políticos y sociales de modo irrepetible, por lo que establecer paralelos automáticos sería un error. Sin embargo, parafraseando al escritor estadounidense Mark Twain, es conveniente advertir que  “la historia no se repite, pero rima”.