Ansiedad de diciembre: Experta explica qué es y las técnicas para aminorar sus consecuencias
En unos días más llega el mes de diciembre, esperado por muchos, pero también temido por un importante grupo de personas debido a los cuadros de ansiedad y estrés que eso conlleva.
El último mes del año suele ser sinónimo de cierres, celebraciones, balances y múltiples exigencias, lo que provoca que para muchas personas este período se convierta en uno de los más estresantes del año.
La ansiedad de diciembre
De acuerdo a la psicóloga clínica Verónica Aliaga, “el fin de año no es solo diciembre: Es el peso acumulado de todo lo que vivimos durante los meses anteriores. Llegamos con cansancio, pendientes y altas expectativas que parecen tener que resolverse en pocas semanas”.
Además, existe un cansancio físico y emocional por el arrastre de las funciones de todo el año, numerosos compromisos sociales y autoexigencias.
“Dormimos peor, estamos más alerta y cualquier pequeño estrés del día se amplifica. La idea que debemos terminar todo ‘perfecto’ genera irritabilidad, agotamiento y una sensación de estar funcionando en piloto automático”, describió.
¿Cuándo buscar apoyo psicológico?
Si bien el cansancio habitual mejora con descanso, la psicóloga verónica Aliaga indica que es importante prestar atención a señales persistentes que pueden requerir apoyo profesional:
Dificultades para concentrarse
Irritabilidad sin causa clara
Desmotivación
Cambios en el sueño o apetito
Sensación constante de insuficiencia.
“Si el malestar interfiere en tu vida cotidiana, en tus relaciones o en tu funcionamiento, es momento de pedir ayuda. Hacerlo es un acto de autocuidado, no un signo de debilidad”, enfatiza.
¿Cómo aminorar los efectos?
Hacer pausas reales, aunque sean breves.
Revisar expectativas y mover pendientes para enero cuando sea posible.
Hablar lo que pesa, ya que verbalizar emociones disminuye su intensidad.
Volver a lo básico: dormir, hidratarse, comer consciente y mover el cuerpo.
Recordar que descansar también es avanzar.
“Cuidarse a esta altura del año no es un lujo, es una necesidad. Las prácticas simples y repetidas son las que realmente generan bienestar”, cerró la experta.