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¿Quién le tiene miedo al BRICS+?
Foto: Rafael Neddermeyer / BRICS Brasil

¿Quién le tiene miedo al BRICS+?

Por: Roberto Pizarro Hofer | 17.06.2025
La injustificada histeria contra la incorporación a los BRICS+ sólo puede explicarse por una subordinación político cultural a los EE.UU., que no sólo pone en cuestión nuestra autonomía como nación, sino además desconoce los dramáticos cambios geopolíticos y el proteccionismo que se han impuesto hoy día en el mundo, con peligrosos efectos para nuestro país.

El 6 y 7 de julio próximo se realizará la próxima cumbre de los jefes de Estados del BRICS+, a la cual ha sido invitado especialmente el presidente Boric. Además de sus miembros fundadores -Brasil, Sudáfrica, Rusia, India y China- estarán presentes como miembros plenos Egipto, Indonesia, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos y los asociados: Bolivia, Cuba, Malasia, Tailandia, Uganda, Nigeria, Bielorrusia, Kazajistán y Uzbekistán.

El rechazo al BRICS+ de algunos políticos y especialistas en política internacional resulta extraño, porque nuestra Cancillería y Hacienda han sido entusiastas en negociar con todo tipo de países y bloques económicos. Y esa política ha recibido el apoyo transversal de políticos, economistas y empresarios.

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En efecto, en cuanto a bloques, Chile se ha incorporado sin vacilaciones a la APEC y a la OCDE y, con algunas controversias al TPP11. Incluso es bueno recordar que nuestra Cancillería, siguiendo la propuesta de Estados Unidos, sobre “el libre comercio para las Américas”, apoyó con decisión la conformación del ALCA, pero debió lamentar su fracaso por la oposición decidida de Brasil y Argentina.

Los argumentos sostenidos por la política comercial chilena para suscribir acuerdos de libre comercio son principalmente las dimensiones de la población y mercados, así como el peso y dinamismo económico de las contrapartes. Y éstos son incontrovertibles en el caso del BRICS+. Hoy día este bloque acumula el 46% de la población y el 37% del PIB mundial. Por ello, resulta sorprendente el prejuicio actual sobre los BRICS+.

Algunos políticos y economistas del establishment han cuestionado el BRICS+ por razones políticas y valores distintos; sin embargo, se olvidan de que convivimos en la APEC con Xi Jinping, Putin y Trump (de los que somos lejanos de valores) y, al mismo tiempo nadie se escandaliza con nuestro prioritario comercio con China.

Además, nadie ha cuestionado negociar un TLC con las monarquías autoritarias del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Omán, Kuwait, Bahréin, Qatar y Emiratos Árabes Unidos) para lo cual ya existe un Memorándum de Entendimiento, suscrito por la Cancillería en febrero 2021.

¿Por qué entonces el doble discurso? ¿Por qué temer al BRICS+?

Como han sostenido con acierto J. M. Ahumada y A. Bórquez el argumento de “los valores distintos” que han sostenido algunos críticos lo niega la misma realidad. India, Brasil y Sudáfrica son incuestionables democracias, con China tenemos relaciones económicas estrechas, mientras en el TPP11 convivimos con Vietnam y en la APEC dialogamos con Rusia y otros países de culturas y valores muy distintos los nuestros. (La Tercera, Cinco argumentos para que Chile sea miembro asociado de los BRICS, 13-01-2025).

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Por otra parte, el presidente Trump ha roto las reglas del libre comercio y tiene empantanada la Organización Mundial de Comercio (OMC) y, además, anuncia acentuar la utilización del FMI y el Banco Mundial contra países que no son de su gusto político. Así las cosas, el bloque del BRICS+ da mayores garantías que el comercio, las fuentes de financiamiento y las inversiones fluyan sin restricciones políticas y desafíen el unilateralismo y las decisiones arbitrarias del gobierno de los Estados Unidos.

La injustificada histeria contra la incorporación a los BRICS+ sólo puede explicarse por una subordinación político cultural a los EE.UU., que no sólo pone en cuestión nuestra autonomía como nación, sino además desconoce los dramáticos cambios geopolíticos y el proteccionismo que se han impuesto hoy día en el mundo, con peligrosos efectos para nuestro país.

Es lo que obliga a un replanteamiento de nuestra política exterior. Los intereses nacionales están en juego y ello exige realismo en la política exterior.

La diversidad debe imponerse. Y en esta línea, ser miembro del BRICS+, no implica romper nuestros acuerdos vigentes con EE.UU. o la Unión Europea, pero sí que estos bloques nos vean con mayor respeto. Del mismo modo, ser parte del BRICS+ no significa renunciar a nuestra postura crítica por la invasión rusa en Ucrania, como lo ha hecho Brasil.

Ser parte del bloque de países BRICS+ nos entrega mayor seguridad en nuestras relaciones de comercio y financiamiento y, al mismo tiempo, abre oportunidades interesantes de inversiones y complementación económica con sus países miembros.

Finalmente, ser miembro del BRICS+ nos hará parte del Sur Global, lo que permitirá a Chile y a otras economías emergentes influir en el orden mundial en momentos que se ha impuesto una geopolítica y un proteccionismo de incalculables peligros.

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