
Feministas por Aborto en Cuenta Pública: “Las reacciones de molestia son legítimas, pero no se pueden cerrar al diálogo"
Fue uno de los puntos que más abucheos generó en su última Cuenta Pública. El proyecto de ley de aborto legal hasta las 14 semanas de gestación, sin causales, fue defendido en su discurso por el presidente Gabriel Boric no solo dando por cumplida su promesa de campaña, sino también llamando a permitir un debate democrático sobre el derecho de las mujeres a decidir para que no sean obligadas a intervenciones clandestinas por la penalización vigente.
Se trata de un debate que aún genera reacciones encontradas en el Congreso: Ayer, mientras parlamentarias de izquierda alzaron pañuelos verdes en señal de apoyo, sectores conservadores y de la ultra derecha expresaron su rechazo, llevando incluso a algunos diputados a abandonar el hemiciclo congresal.
En este marco es que la vocera de la Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto, Siomara Molina, abordó el anuncio y los próximos pasos a seguir por todas las organizaciones, profesionales y activistas, que suman más de 1.500 en el país, en torno a esta ley.
Un primer paso es el “trabajo de hormiga”, enfatiza la dirigente, quien confirmó que ya comenzaron con las solicitudes de lobby para explicar a los parlamentarios las razones de la defensa del aborto legal.
-Han dicho que las mujeres en Chile han esperado más de 100 años para llegar a este punto: legislar el aborto libre, sin causales, y cuyo debate Boric defendió en su discurso. ¿Cómo creen que se dará este debate en el Congreso con una iglesia que lo rechaza y el candidato libertario se retirara de la Cuenta Pública?
-Las reacciones de molestia son completamente legítimas, pero no se pueden cerrar al diálogo. El punto, creemos, es qué se hace con esa molestia. En un país con una trayectoria republicana, lo mínimo es que las instituciones funcionen. Todos tenemos derecho a tener distintas opiniones frente a este tema, pero lo esencial es que no se puede simplemente pararse e irse. El Congreso es el espacio para debatir, plantear diferencias, expresar opiniones y presentar la evidencia. Esperamos que recapaciten y respondan al llamado al ejercicio democrático de dialogar.
-¿Asumen ustedes que esta puede ser una discusión larga, que no necesariamente se resuelva en este gobierno?
-Totalmente. Las organizaciones feministas entendemos que los procesos de transformación de la sociedad son generalmente mucho más largos que los gobiernos. Llevamos más de cien años en esta lucha y estas circunstancias no nos impedirá seguir adelante.
-¿Tienen alguna crítica respecto a que el proyecto se presente recién en los últimos 9 meses del mandato del Presidente Gabriel Boric, pese a haber sido un compromiso de campaña?
-Sin duda hubiéramos preferido que se presentara con más tiempo. Pero también sabíamos que era muy importante el tema del reglamento sobre objeción de conciencia. Más que responsabilidad del gobierno, creo que la Contraloría jugó un rol dilatorio.
-¿Por qué creen que se dilató tanto el reglamento por la Contraloría?
- A nuestro parecer, dilató esta decisión por razones no técnicas, sino probablemente políticas. Y bueno, estamos acostumbradas: nuestras demandas siempre transcurren con bastante resistencia. Lo mismo pasó con el divorcio y con todas las luchas de las mujeres… siempre vamos a contrapelo. Pero no nos perdemos respecto a nuestro trabajo: lo hacemos para mejorar la vida de las mujeres y las niñas.
-Pensar en una familia planificada también es parte del enfoque de este proyecto. ¿Cómo lo abordan ustedes?
-Por supuesto. Nos parece positivo que en la Cuenta Pública se haya hablado de aborto, pero también en un contexto más amplio: fertilización asistida, salud mental, aumento de centros de atención primaria... Hay elementos que permiten abordar estos temas de manera estructural. Necesitamos poder planificar la vida que queremos tener: si queremos o no tener hijos, cuántos, y en qué momento de nuestras vidas. Son preguntas que tienen muchas respuestas y dependen de múltiples factores. Las salas cuna, los cuidados, la corresponsabilidad, los "papito corazón"... El aborto es uno más dentro de todos estos elementos. Lo que está en juego es cómo, como sociedad, construimos políticas públicas que permitan que los niños y niñas nazcan deseados y planificados.
-¿Cuáles son los próximos pasos que darán ustedes ahora que el proyecto de ley ingresa al Senado?
-Mañana se ingresa formalmente el proyecto en la Cámara. Nosotras vamos a acompañar ese anuncio. Luego, se debe definir a qué comisión será derivado para su evaluación en profundidad. Eso debería ocurrir dentro de la semana.
-¿Tienen alguna estrategia concreta para participar e incidir en el Congreso?
-Por supuesto. Tenemos mapeados todos los pasos que involucra la tramitación del proyecto de ley, para estar presentes en cada etapa. Las organizaciones feministas y de mujeres hemos estado permanentemente disponibles y seguiremos estándolo para entregar información, evidencia científica, testimonios y todo lo necesario para que este debate sea lo más democrático e informado posible. Vamos a ir contribuyendo paso a paso desde la sociedad civil.
-¿Cómo van a abordar la oposición que históricamente han presentado movimientos antiaborto, pro familia, católicos ortodoxos, sectores conservadores y de ultraderecha?
-No se trata de “enfrentarlos”. Como decía, todas las posturas son válidas y legítimas. Lo que vamos a hacer es nuestro trabajo: poner a disposición de la sociedad y del Parlamento información fidedigna, evidencia científica y la realidad que viven mujeres y niñas respecto al aborto. Si otros grupos quieren hacer campañas o intervenciones, es su responsabilidad. La nuestra es entregar información seria, sustentada y mostrar la voz de quienes viven esta situación día a día.
-¿Realizarán algo como un “puerta a puerta” con parlamentarios para reunir apoyos, juntar los votos, como se dice?
- Vamos a hablar con todas y todos quienes sea necesario. Ya hemos iniciado algunas solicitudes de lobby, como corresponde, y estamos a la espera de respuestas. Este es parte del trabajo de hormiga que las organizaciones feministas siempre hemos hecho. En cada lucha, así ha sido.