
Machado y Mistral: La razón poética como la voz del pueblo
“…brinda, poeta, un canto de frontera
a la muerte, al silencio y al olvido”.
(Al Gran Cero. Antonio Machado)
“Yo canto lo que tú amabas, vida mía,
por si te acercas y escuchas, vida mía,
por si te acuerdas del mundo que viviste,
al atardecer yo canto, sombra mía”
(Yo canto lo que tú amabas. Gabriela Mistral)
“Razón poética” es una enunciación que pretende expresar que una forma posible para el pensar se relaciona con el lenguaje que apela a la sensibilidad. Quizá es la filósofa y escritora María Zambrano quien mejor nos ha definido esta categoría en su importante toma de conciencia del contenido poético de la lengua española capaz de expresar las formas del pensamiento.
Antonio Machado y Gabriela Mistral resultan ser un buen pretexto, dada la calidad de sus escrituras, además de las fechas conmemorativas que representan los 150 años del natalicio del poeta español y los 80 años del nobel de la poeta chilena. Toda conmemoración que logra atravesar ámbitos de la institucionalidad política en materia cultural debe tener muy claro lo que pretende rescatar.
Lo importante, en este caso, es la escritura y principalmente la poesía, aunque abunde diré la escritura poética del autor, cuestión por lo cual es irrelevante la pretensión de levantar banderas de luchas que no fueron parte ni de la escritura ni de la praxis de los conmemorados. El interés de las conmemoraciones, por tanto, debe estar centrado en la poesía, es este el foco fundamental que debe acompañar a las celebraciones.
La cuestión poética es inevitable vincularla con una reflexión estética que de cuenta de lo bello y lo sublime para nuestro espíritu, los grandes poetas es eso lo que logran con su oficio de escritores, con esa capacidad de convocarnos a un estremecimiento del ser, cuestión que nos recuerda esa suerte de constitución humana que a veces los filósofos llaman como metafísica.
Ambos poetas conmemorados este año, en sus escrituras resisten un tipo de análisis estético-metafísico con pretensiones de entregar una cierta revelación de la condición existencial humana. Sin duda, ese tipo de escritura es fundamental para la comprensión de lo que somos.
Machado y Mistral no son sólo ese tipo de poetas, son además poetas capaces de darse cuenta del sufrimiento del pueblo. Su “razón poética” no se queda en lo estético-metafísico, sus visiones de mundo poseen siempre un anclaje político consciente, por eso es que en sus escrituras aparece la “voz del pueblo”, ese ser colectivo que ha quedado excluido de los privilegios, sufriendo la violencia del poder.
La escritura pensada, meditada, no cae en el silencio, es una oportunidad para la denuncia, es un acto de resistencia, siempre a favor de ese ideal que orienta a las utopías arraigadas en formas de existencias a las que éstos pertenecen, y que la entienden como formas de su propia identidad.
Estos autores nos dan razones para pensar que la escritura y los libros son siempre una palabra que permanece guardada para quien le pertenece, es eso lo que encontramos en los libros, un pedacito de memoria destinado a nosotros.
No podemos olvidar que tanto el poeta como la poeta siguen hablándonos con una escritura cargada de belleza, sin ingenuidad y siempre con esperanza. Poetas que cumplen con esa noble tarea del ejercicio intelectual que no renuncia al pensamiento ni a las formas de expresión, entregando esa experiencia de belleza que no se queda condenada en la contemplación.