
Pesca artesanal acusa a PacificBlu de usar de "escudos humanos" a sus trabajadores y exige reponer 70% de cuota de merluza
La Alianza Nacional por la Defensa de la Pesca Artesanal solicitó formalmente al Congreso restablecer el criterio de distribución de la merluza común que había sido aprobado en la Cámara de Diputadas y Diputados: un 70% para el sector artesanal y un 30% para el industrial.
La petición fue hecha llegar el pasado 7 de mayo a través de un oficio dirigido al senador Fidel Espinoza (PS), presidente de la comisión mixta que discute el proyecto de Ley de Fraccionamiento pesquero.
En el documento, la organización argumenta que la salida del sector industrial de la pesquería —en referencia al anunciado cierre de operaciones de la empresa PacificBlu— abre una posibilidad concreta para modificar la asignación de cuotas.
“Solicitamos que se pueda reevaluar el fraccionamiento para el recurso merluza común y establecer los guarismos que fueron aprobados en la Cámara de diputados y diputadas. Ya que entendemos que el sector industrial da un paso al costado y por tanto la fracción asignada no sería capturada”, plantearon los dirigentes.
La organización también abordó el impacto del cierre de PacificBlu, planteándolo como una oportunidad para avanzar hacia modelos de pesca sustentable similares al desarrollado con la jibia, lo que, según afirman, ha permitido mayor participación de las pequeñas y medianas empresas del rubro.
“PacificBlu está utilizando a las trabajadoras y trabajadores como escudos humanos frente a decisiones que perjudican, no su viabilidad de operaciones, sino que más bien, su disminución de utilidades”, se lee en el texto, que responsabiliza directamente a la empresa de instrumentalizar a sus empleados con fines políticos y empresariales.
En la misma línea, el documento advierte sobre intentos de presión hacia el Congreso. “No tengamos miedo a gritos de privilegios llenos de rabia e impotencia al ver que sus exenciones se ven disminuidas frente a instancias transparentes de toma de decisiones”, señalaron, llamando a los legisladores a no dejarse influir por lo que califican como “maquinaciones orquestadas bajo una estrategia basada en la generación de miedos”.