EFE.- Para el club chileno Palestino, 90 minutos de juego son más que un partido de fútbol: suponen un manifiesto al que este sábado sumaron la sandía –un símbolo de lucha– en su camiseta y como ofrenda un trozo de piedra, que fue parte de un hogar en Gaza, como “testimonio de un anhelo irrenunciable: vivir en paz”.

Así ocurrió cuando los baisanos vistieron “su nueva piel”, como afirman en redes sociales, en el triunfo por 3-1 ante Deportes Iquique por la liga chilena y en el que la sandía se destacó como estampado de su malla alternativa.

El equipo, que habitualmente apoya a la causa árabe, retomó el emblema que se remonta a la Guerra de los Seis Días ocurrida en 1967, cuando Israel prohibió portar públicamente los símbolos de la identidad palestina en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania.

Camisetas conmemorativas

"Quisimos incluirla porque en muchos lugares del mundo actualmente están censurando la bandera palestina, y creemos que es inaceptable”, afirmó a EFE Diego Yunis, gerente general del club de Primera División.

La fruta, característica de la cocina de este pueblo, y que tiene los colores rojo, negro, blanco y verde de su bandera nacional se erigió en aquel momento como una alegoría de protesta, que es utilizada en manifestaciones en todo el mundo.

La escuadra fundada por inmigrantes palestinos en 1920 en la ciudad de Osorno, a más de 920 kilómetros al sur de la capital chilena, quiso mostrar su compromiso porque “a nosotros como club también nos han querido censurar la bandera, y por eso buscamos rendir honor a la resistencia palestina”, comentó Yunis.

“A partir de algunas temporadas, Palestino está sacando camisetas conmemorativas vinculadas a la causa palestina. El año pasado fue la ‘Green Brigade’, una camiseta que tenía el nexo con la hinchada del Celtic de Escocia, una de las más propalestinas del mundo”, recordó.

Una piedra lejana

La clasificación del cuadro tricolor a la fase de grupos de la Copa Sudamericana, el martes pasado, también fue el escenario donde un pedrusco que viajó más de 13 mil kilómetros desde Gaza hasta Santiago de Chile terminó en manos del capitán del chileno Universidad Católica, equipo al que derrotaron en penales.

“Una piedra que alguna vez fue el hogar de un palestino asesinado en Gaza”, relata Palestino en un video divulgado a la prensa, fue entregado junto al banderín de identificación del club en el ritual previo al partido.

“Creo que es un gesto muy bonito, un detalle muy especial para que los equipos rivales se lleven una parte de historia. Muy pocas veces se ven en el fútbol”, explicó el capitán de Palestino, Bryan Carrasco, en el video donde se le ve entregándolo.

“Un fragmento hoy sigue su viaje de mano en mano, de cancha en cancha como lo han hecho por generaciones los sueños y las esperanzas de miles y ser el testimonio de un anhelo irrenunciable vivir en paz”, dice la narración.

500 mil descendientes en Chile

Chile alberga a la mayor comunidad palestina fuera de Medio Oriente en el mundo, con cerca de medio millón de personas descendientes de palestinos que habitan en el país, superando incluso a estados como Egipto y Líbano.

Los directivos, jugadores y aficionados del club utilizan usualmente pancartas y accesorios como la kufiya durante los partidos, como parte de su identidad.

“El mensaje que queremos dar como institución es sumarse a la resistencia y cada año haremos algo especial para seguir mostrando cercanía con Palestina”, añadió.

En mayo de 2024, previo al inicio de un duelo de la liga chilena, los jugadores del equipo árabe salieron en formación al campo con un gesto como si sostuvieran las manos de los niños que ceremonialmente salen con ellos antes de cada encuentro.

Los pequeños no estaban presentes como homenaje a aquellos que murieron por el conflicto en la Franja de Gaza, que recrudeció el año pasado.

El directivo del club árabe destacó que en los últimos 15 años “hemos estrechado mucho el vínculo con Palestina, abriendo academias de fútbol allá, haciendo giras del plantel, realizando charlas a nuestros jugadores”, en referencia a las escuelas que tienen en Ramallah, Belén y la Franja de Gaza. EFE