Hace unos días, se oficializaron los resultados del estudio Percepción y valoración de la democracia, trabajo liderado por Democracia UDP (Universidad Diego Portales), el Instituto de Investigación en Ciencias Sociales (ICSO) de la misma casa de estudios, y Feedback.

Entre sus hallazgos, en un ítem alusivo al “respeto a las reglas y corrupción”, destaca la confianza erosionada en las instituciones.

“Uno de los principales desafíos que enfrenta la democracia chilena es la profunda desconfianza hacia sus instituciones. Órganos como el Poder Judicial, el Congreso y Carabineros son percibidos como entidades corruptas y desconectadas de las demandas ciudadanas”, detalla el reporte del sondeo.

Este fenómeno, complementa este, “no solo mina la legitimidad del sistema democrático, sino que refuerza la idea de que los recursos y decisiones están concentrados en manos de una élite privilegiada”.

Y en contraste, agrega el trabajo recopilatorio, “instituciones como Bomberos y el Servel son destacadas por su transparencia y compromiso social, ofreciendo un contrapunto en medio de la crisis de confianza”.

Poder Judicial, también al debe

No es la realidad que exhiben las municipalidades y el Congreso.

“¿Cuánta corrupción piensa usted que hay en las siguientes organizaciones del país?”, es la consulta que se formula donde ambas entidades arrojan sobre 90% de respuestas considerando las alternativas “algo” y “bastante”.

Y en el caso de tribunales, estos alcanzan 85% de adhesión a las afirmaciones que ofreció el sondeo a sus involucrados, tal como lo revela la gráfica adjunta.

Consultado al respecto, Claudio Fuentes, director del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales (ICSO) UDP, entrega su apreciación sobre los resultados obtenidos por el levantamiento de información en este ámbito.

Admitiendo que la señal, es “preocupante”, asume esta señal recalcando que “se trata de poderes del Estado que tienen gran impacto en la vida de las personas”.

“Y estas percepciones generan distancia respecto del sistema político como un todo”, agrega al tiempo que releva que “acá lo que hacemos es percepción, por lo que no sabemos si eso se condice con la realidad, pero sin duda las percepciones sociales construyen realidades y ese es el problema”.

Igual se prefiere la democracia

Ofreciendo un matiz, Fuentes plantea que, “aunque los datos muestran hastío social, debe tenerse en cuenta que en otras preguntas” del sondeo, “la ciudadanía prefiere el sistema político democrático”.

“Sobre 60% prefiere la democracia, sobre el 60% piensa que los partidos son indispensables para la democracia, sobre el 70% defiende el voto obligatorio, y sobre 70% prefiere mecanismos de democracia directa”.

Es un hastío con el modo en que funcionan estos partidos y estas autoridades, agrega, “pero hay una defensa de la democracia y sus procedimientos”, dice a renglón seguido.

Finalmente, Fuentes asegura que “el sistema político en general, los parlamentarios y alcaldes en particular, debiesen tomar una agresiva agenda en favor de la probidad”.

“La percepción social no cambiará si no hay cambios drásticos en el modo en que funcionan las cosas. Mayores estándares de probidad debiesen ser parte de la agenda de cualquier funcionario público”, advierte.