Senador Juan Ignacio Latorre (FA): “Si no hay acuerdo en pensiones es por la intransigencia de sectores que boicotearon el proyecto”

Senador Juan Ignacio Latorre (FA): “Si no hay acuerdo en pensiones es por la intransigencia de sectores que boicotearon el proyecto”

Por: Daniel Lillo | 05.01.2025
En conversación con El Desconcierto, el senador Juan Ignacio Latorre desmenuza la reforma de pensiones propuesta por el gobierno y que hoy se discute en el Senado, las negociaciones con Chile Vamos y las controversias que han surgido respecto al debate. Asimismo, se refiere a las aspiraciones del progresismo de cara a la elección parlamentaria y presidencial de este año señalando que es necesario que el sector debe pasar a ser una coalición única.

A pesar del gran número de militantes y haber ganado la Presidencia en la última elección, el Frente Amplio tienen sólo un senador; Juan Ignacio Latorre, también expresidente de Revolución Democrática. En conversación con El Desconcierto, el parlamentario frenteamplista asegura que en los términos en que hoy se discute la reforma previsional es un proyecto que efectivamente logra subir las pensiones, a pesar de lo que ha cedido el gobierno en la discusión.

En ese sentido, el senador sostiene que se debe ceder "hasta donde se refleje que en el acuerdo las pensiones se van a mejorar de forma sustantiva", aunque advierte que "si empiezas a reducir los beneficios y el número de gente beneficiada, obviamente vas a sacar un acuerdo que va a tener muy poco respaldo ciudadano y probablemente también vaya perdiendo respaldo político".

Por lo mismo, Latorre emplaza a la oposición a allanarse a un acuerdo y no prestar atención a los emplazamientos del Partido Republicano. "Los senadores de Chile Vamos están observando mucho qué dicen los republicanos porque se están disputando electoralmente, más en un año electoral, la hegemonía del sector. Por eso ha sido tan ambiguo el liderazgo de Matthei con sus declaraciones que hasta ahora no han aportado nada, ni una propuesta sobre la mesa", cuestiona el parlamentario.

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-En el contexto de que el debate de la Comisión de Trabajo que está pronto a culminar y considerando que en el acuerdo firmado en agosto se estableció que la reforma se votaría en enero, ¿qué espera de esta instancia y de quiénes están negociando los acuerdos?

Yo soy de los que está empujando para que haya un acuerdo viable, que tenga los votos de mayoría, pero sobre todo que le sirva a la gente. El foco tiene tres componentes: primero, el aumento de la PGU, donde hay transversalidad para subirla a 250.000 pesos para el 90% de la población con edad de jubilación de 65 años.  El segundo componente es el seguro social, donde lo más importante es poner el foco en sus beneficios. Hasta ahora el gobierno mantiene la propuesta de 0,1 UF por año cotizado - es decir, 1 UF por 10 años, 2 UF por 20 años, 3 UF por 30 años - y el bono tabla para compensación de equidad de género por la expectativa de vida de las mujeres. Lo que se está negociando tiene que ver con cuánta gente accederá a los beneficios.

El punto en discordia con la oposición es que el gobierno plantea que la cobertura sea de 1.200.000 personas, con una exigencia baja de 5 años de cotización, versus la derecha que pide 15 años para mujeres y 20 para hombres, lo que reduce mucho el universo de beneficiarios, dejando el universo de beneficiados en 500.000 personas. El punto es grave para las mujeres porque mientras más años de cotización se fijen, más quedan fuera debido a que su historia laboral que es distinta por las labores de cuidado.

El tercer componente es la separación de la industria —las opciones de la industria, el soporte, la administración por un lado y la inversión por otro— donde existan alternativas públicas para que la gente elija tanto en administración como en inversión. Y yo espero que estos puntos estén contenidos en el acuerdo que se vote en enero.

-Sobre la separación de la industria, que ha sido uno de los debates centrales, el diputado Giordano aseguró que el Frente Amplio en la Cámara no aprobaría ningún proyecto que no la considere. Como único representante del Frente Amplio en el Senado, ¿tiene alguna línea roja respecto a cómo sale el proyecto de la Comisión de Trabajo que podría impedirle votar a favor?

Como senador me tocará votar el proyecto no solo en general sino también en particular puedo decir que algo que hemos pedido formalmente como Frente Amplio, y que yo reafirmo, es que el gobierno mantenga las indicaciones en el capítulo relacionado con estos temas de la industria. Mi compromiso es votar a favor de los artículos que tengan que ver con la separación de la industria, la inversión y la creación de alternativas públicas.

Le hemos pedido al gobierno que se mantenga firme porque fue parte de los compromisos que tuvimos con la ciudadanía cuando se presentó este proyecto. Que la gente tenga más libertad de elegir, un argumento que incluso la propia derecha plantea. Esto redunda en menores comisiones. Veremos quién defiende los intereses del negocio de las AFP y quién está por ampliar los márgenes de libertad de la gente y subir las pensiones.

Confío en ese punto, pero no sé si habrá acuerdo en la Comisión de Trabajo ni cuánta disposición tengan los senadores de Chile Vamos que están ahí. De hecho, el informe de la Comisión Técnica no lo plantea como un consenso. Pero al menos lo que nos ha transmitido el gobierno en reuniones formales que hemos tenido como Frente Amplio con los ministros es que eso se someterá a votación y mi compromiso es votarlo."

-¿Lo definiría entonces como una línea roja para eventualmente apoyar la reforma?

Más que plantear líneas rojas o qué votaré en contra, prefiero plantear que votaré a favor de la separación de la industria y obviamente de un componente de seguro social que mantenga estos beneficios que conversábamos. Un seguro social muy escuálido, con poco componente de solidaridad intergeneracional, que genera beneficios tan escuálidos para la gente, obviamente no tendría mucho apoyo y además no le serviría finalmente a la gente. No mejoraría las pensiones de los actuales jubilados y de las mujeres.

-El ex alcalde Daniel Jadue expresó su disenso con el camino que está llevando la reforma de pensiones, posición que fue refrendada por diputados del Partido Comunista y del Partido Socialista. ¿Ve cierto pesimismo en la alianza de gobierno respecto a la reforma y cómo cree que debería encaminarse el sector a defender la reforma comprometida durante la campaña del presidente Boric?

Primero hay que decir que el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, cerró filas con la reforma de pensiones y la forma en que está haciendo las gestiones la ministra Jara, que además es ministra y militante del Partido Comunista. El compromiso está en esta agenda, pero sobre todo porque la gente lleva esperando mucho tiempo una reforma al sistema de pensiones que mejore las pensiones de los actuales jubilados.

Puedo entender visiones críticas de este oficialismo porque la propuesta original del gobierno era de seis puntos a solidaridad social y ya se ha ido cediendo.

-Se ha cedido bastante...

Efectivamente, por eso la pregunta es hasta dónde se va a ceder, y mi punto de vista es que hay que ceder hasta donde se refleje que en el acuerdo las pensiones se van a mejorar de forma sustantiva.

-La diputada Karol Cariola dijo que ya se cedió lo suficiente. ¿Hasta lo que se ha cedido es la medida justa en que las pensiones podrían mejorar? En otras palabras, ¿el gobierno ya no debería ceder más?

Los técnicos que están en la negociación con Chile Vamos nos plantean que las simulaciones, por ejemplo el informe técnico que se entregó hace poco, da cuenta de que la propuesta del gobierno con todo lo que se ha cedido beneficia actualmente a 1.200.000 personas, actuales jubilados y mujeres. Eso para mí está bien, porque es una cobertura robusta. Me gustaría que los beneficios sean más generosos, pero con la propuesta se mejora significativamente las pensiones de la gente hoy y no de poca gente. Eso, más el aumento de la PGU, creo que vale la pena un acuerdo con ese objetivo.

Ahora, si empiezas a reducir los beneficios y el número de gente beneficiada, obviamente vas a sacar un acuerdo que va a tener muy poco respaldo ciudadano y probablemente también vaya perdiendo respaldo político.

Por eso el llamado, más que al gobierno, es a la oposición que quiere ser gobierno con Evelyn Matthei. Ellos ya propusieron en su momento con Piñera tres puntos a Seguro Social y tres a cuentas individuales. Que puedan también ceder en sus posiciones que están siendo tironeadas por el Partido Republicano, que quiere que el 6% vaya completo a cuentas individuales, porque es imposible hacer subsidios cruzados por las cuentas individuales.

-¿Cómo evalúa la actuación de los tres senadores de Chile Vamos que están negociando - Juan Antonio Coloma, Luciano Cruz-Coke y Rodrigo Galilea - y cuánto cree que está pesando hoy la opinión del Partido Republicano en la discusión?

Primero hay que decir que ellos vienen de Chile Vamos, que apoyaron a Piñera, que en su momento tuvieron que despejar y llegar a un acuerdo en el gobierno de Piñera con tres puntos a Seguro Social y tres puntos a Capitalización Individual. La pregunta es qué cambió en este tiempo desde ese momento en que ellos ofrecían aquello.

-Ellos responderían que subió la PGU...

Claro, pero sabemos que la PGU primero es aporte completo del Estado. Segundo, ya tiene el financiamiento. Y tercero, la PGU no le sube significativamente las pensiones a las clases medias que cotizaron durante toda una vida y tienen pensiones muy bajas. El aumento de 214 mil a 250 mil son simplemente 36 mil pesos. Y la pregunta es si nos quedamos solo con la PGU, ¿qué pasa con ese millón y medio de personas que cotizaron 10 años, 20 años, 30 años pero que siguen teniendo pensiones muy por debajo de la línea de pobreza?

La PGU no alcanza y la oposición lo sabe, los números dan cuenta de aquello. Y más la situación de las mujeres que por las labores de cuidado, por la distribución social del trabajo, por inequidades que existen en el mercado laboral, y además por las expectativas de vida, tienen una pensión más pequeña que los hombres. La PGU no soluciona el problema. Los técnicos de Chile Vamos reconocen aquello.

-¿Los republicanos han influido demasiado en la discusión pese a no tener representación en el Senado?

Mi interpretación es que estos senadores de Chile Vamos están observando mucho qué dicen los republicanos porque se están disputando electoralmente, más en un año electoral, la hegemonía del sector. Por eso ha sido tan ambiguo el liderazgo de Matthei con sus declaraciones que hasta ahora no han aportado nada, ni una propuesta sobre la mesa.

Chile Vamos está con un ojo mirando lo que dice el Partido Republicano y defendiendo la posición de la asociación de AFP, y con otro conversando con el gobierno. Los senadores Coloma, Galilea y Cruz-Coke han estado disponibles al diálogo con el gobierno y los técnicos. Eso es positivo, pero lo negativo es que se han demorado. Esta reforma perfectamente pudo haber salido a final de año. En los aspectos estructurales de la reforma, que tiene que ver con la creación del seguro social y con la industria, como tocamos la industria de las AFP, en eso se han demorado mucho y han dilatado más allá de la cuenta."

-Además de los aspectos técnicos, está el tema político. Estamos en un año electoral y la reforma de pensiones lleva más de 10 años siendo discutida sin lograr cambiar el sistema. ¿Cuánto afecta el periodo electoral y las motivaciones de los partidos para lograr acuerdos?

El cálculo que puede estar sacando la derecha, yo se lo escuché a javier Macaya cuando era presidente de la UDI, es subir la PGU ahora a 250 mil, hacer algún cambio regulatorio menor, y dejar toda la discusión del 6% y su distribución para el siguiente ciclo electoral, para el 2025, que sea el nuevo Congreso y el nuevo presidente quien defina según la elección a qué fórmula llegamos.

Eso, en mi opinión, es muy peligroso y arriesgado. Y creo que no es compartido por todo Chile Vamos, es un debate que ellos están teniendo. Ellos quieren ser gobierno, entonces ¿qué les conviene? ¿Dejar esto abierto para la elección, para un siguiente ciclo político donde pueda haber mayor radicalidad, donde se pueden polarizar más las posiciones y la dificultad de encontrar acuerdos? ¿O mejor buscar un acuerdo ahora donde todos tengan que ceder?

La gente ya está un poco aburrida de esta discusión, de esta pelea. Dejarlo nuevamente al ciclo electoral siguiente sería un error en términos de la desafección ciudadana, el malestar ciudadano y sobre todo las posibilidades de dinamitar el acuerdo. Si la derecha quiere ser gobierno, me parece que es mejor tener este tema resuelto ahora y no dejarlo abierto a la incertidumbre de lo que venga.

-En cuanto a la valoración del gobierno, ¿qué tan importante es para el legado del presidente Boric que esta reforma vea la luz, considerando que es uno de los pocos proyectos emblema que tiene posibilidad real de materializarse?

Hay quienes en la derecha no quieren dar el acuerdo porque podría ser parte del legado de Boric, pero eso es una visión extremadamente cortoplacista. La gente es la que se vería afectada si el sistema político no llega a un acuerdo en un tema tan complejo, y daría cuenta también del poder que tienen las AFP de boicotear un acuerdo. Acá los que no quieren que esto cambie son las AFP, la asociación de AFP, por eso están gastando 12.000 millones de pesos en publicidad y mucha plata en una campaña en contra de la reforma porque a ellos les conviene que el negocio siga tal cual. Entonces, más que propinarle una derrota al gobierno de Gabriel Boric, acá la derrota es a la ciudadanía y la ganancia sería para las AFP.

-Pero en efectos políticos, ¿sería una derrota para el gobierno? ¿Afectaría el legado del presidente que esta reforma no saliera?

Tal como se han dado las cosas, si finalmente no hay un acuerdo es por la intransigencia de sectores que boicotearon el proyecto, y no por falta de voluntad política del gobierno. Creo que eso la gente lo va a entender y nosotros lo podemos dejar claro frente a la ciudadanía. Sería un fracaso del sistema político donde el propio presidente Boric, la ministra Jara y el oficialismo saldrían a decir que acá no llegamos a un acuerdo no por falta de voluntad nuestra, sino por sectores intransigentes que solo quieren defender a las AFP. Esto nos obligaría a que el progresismo en el siguiente ciclo electoral vaya a buscar una reforma mucho más estructural de lo que se está planteando hoy día."

-Además de la reforma de pensiones y otras reformas en curso, ¿qué prioridad debería tener el gobierno para el 2025?

Dado el escenario que ha ocurrido con las isapres, dada la migración masiva de personas del sistema de salud privada a Fonasa, donde hoy está más del 82% de la población, y vamos caminando de facto a un fondo universal de salud, creo que amerita que el gobierno se comprometa a presentar un proyecto de reforma en esa línea durante el 2025. Que avance hacia la creación de un Fondo Nacional de Salud Universal, que es lo que de facto es hoy día Fonasa, pero que lo haga universal y obligatorio, con gradualidad. No tengo problema con la gradualidad, que haya una operación gradual, no de golpe, no generar crisis sanitaria, y que exista la colaboración público-privada, pero con este seguro único y universal y fortalecer la posibilidad de los seguros complementarios.

-Este año también estará marcado por la elección parlamentaria y presidencial, ¿ve posible alcanzar un acuerdo para una lista única oficialista y una primaria amplia del progresismo?

Soy un convencido de que la elección presidencial está abierta, y no cerrada como pretendían algunos de la derecha, sobre todo después de la municipal. Lo veo en Valparaíso, con el triunfo de Camila Nieto, Macarena Ripamonti y el gobernador Mundaca. También creo que es nuestro deber proyectar toda la alianza de gobierno, con todos los partidos que la integran, en una coalición política con un programa en común.

Si una lista única para primera vuelta donde quepan todos los partidos no es posible, puede haber una definición de dos listas, pero desde una coordinación y desde una convicción que sea una coalición progresista. Ya no tiene sentido hablar de Apruebo Dignidad o Socialismo Democrático, creo que eso era más propio de la etapa inicial del gobierno. Ahora están todas las condiciones dadas para avanzar hacia una coalición política con candidato presidencial único y programa común.

-¿Cómo se construye una coalición cuando día a día se ven diferencias entre parlamentarios del Partido Comunista, del Partido Socialista, del Frente Amplio? ¿Cómo se liman esas asperezas que son también generacionales?

La experiencia de gobierno, el trabajo a nivel territorial en municipios, gobiernos regionales, ya nos da la experiencia para madurar y dar ese paso. No ese paso de primero era una alianza de gobierno producto de una situación electoral de competencia, sino dar el paso a una coalición progresista que se proyecte en un ciclo más largo, no solamente cuatro años, sino que se proyecte por ejemplo un ciclo de dos gobiernos.

El auge de las ultraderechas en distintos países del mundo, los escenarios de incertidumbre, de convulsión que hay, de deterioro de la democracia, hacen más vigente que nunca la idea del progresismo unido, que supere la fragmentación de partidos y movimientos. Cuando uno ve ciertos debates, a veces tienes diferencias al interior de un mismo partido, al interior de una misma bancada, no es que sea una diferencia entre bloques. Por tanto, creo que esas diferencias hay que procesarlas, y la construcción de una coalición con objetivos estratégicos de corto, mediano y largo plazo con apuestas electorales unitarias me parece que es el mejor camino.

-En la construcción de una fuerza unitaria, históricamente se han necesitado líderes como la presidenta Bachelet o el presidente Boric. En este nuevo ciclo, ¿ve algún liderazgo en el progresismo que pueda llevar a la coalición a mantener el gobierno y tener un buen rendimiento electoral parlamentario?

Soy optimista en el sentido de que si ponemos la meta de construir una coalición, un programa con una primaria que muestre distintos liderazgos, no tiene por qué proclamarse a priori ninguno. Los distintos partidos tendrán que levantar el propio, y esa construcción irá determinando quién es el liderazgo y quién puede ser competitivo.

En 2021, como Frente Amplio, levantamos la precandidatura de Gabriel Boric, salimos con firmas incluso porque nos faltaba la posibilidad de participar de una primaria, y en muy poco tiempo se instaló ese liderazgo y esa candidatura, ganamos la primaria. Hoy tenemos partidos, no tenemos que juntar firmas para hacer una primaria. Están las mejores condiciones para la unidad. Yo creo que ese proceso, más que los nombres o instalaciones, se puede dar en poco tiempo.

-Como senador del Frente Amplio y expresidente de Revolución Democrática, ¿ve al interior del Frente Amplio alguna posible carta presidencial? Se ha hablado del alcalde Tomás Vodanovic, aunque él lo ha descartado, o del diputado Gonzalo Winter.

Tenemos actividades que me parecen interesantes. Vodanovic ha sido muy consistente en decir que no está disponible para este ciclo presidencial, que quiere asumir su compromiso del segundo periodo en Maipú, y eso es muy legítimo. El Comité Central ya definió que está en plan de búsqueda de levantar una precandidatura durante este verano. A mí me tiene menos ansioso la búsqueda de un nombre, insisto, creo más en el proceso participativo, unitario, que sea sometido a primaria y que la gente decida qué carta quiere que represente a la fuerza progresista unitaria para enfrentar a la derecha.

-Respecto a la senatorial de Valparaíso, han sonado con fuerza los nombres de los diputados Diego Ibáñez y Jorge Brito, ¿cree que son buenas cartas para competir?

Como Frente Amplio a nivel regional ya se ha levantado la disposición de nombres y en ese sentido yo he manifestado mi disposición a la reelección, al igual que los diputados Brito e Ibáñez al Senado. Me parece una buena noticia que tengamos hartas y buenas cartas. El Frente Amplio en la región de Valparaíso tiene fuerza, tiene nombres disponibles, y el partido tendrá que resolver en términos de un diseño inteligente que permita maximizar las posibilidades del Frente Amplio y del progresismo.

Recordemos que en la región tenemos tres senadores de la fuerza progresista - Isabel Allende y Ricardo Lagos Weber, que ninguno de los dos puede ir a la reelección - por tanto es importante mantener ese desafío de tener tres senadores del mundo progresista en la región, dos de la derecha, y obviamente yo aspiro a poder reelegirme.

-¿Cómo llegó a la decisión de reelegirse y cuál cree que es el mejor diseño, considerando que son bastantes candidatos para un mismo distrito y partido?

"Tuve un largo tiempo de reflexión viendo el cotidiano legislativo y territorial en la región de Valparaíso. Ya llevo siete años en el Senado, tengo mucha experiencia legislativa, he pasado por distintas comisiones y por momentos políticos bien complejos del país: la oposición a Piñera, el estallido, la pandemia, y ahora apoyando la agenda del gobierno del presidente Boric.

Me motiva mucho la idea de proyectar una alianza progresista con mirada de mediano y largo plazo, donde la labor de un parlamentario, sobre todo en el Senado, que es un espacio de búsqueda de acuerdos, es importante para tener una mirada no tan coyuntural sino más de mediano y largo plazo, en el sentido de poder acompañar desde el Senado a dos gobiernos de carácter progresista.

En la región de Valparaíso el Frente Amplio es fuerte en la región, por lo tanto tendría más preferencia para pedir más cupos tanto en diputados como en senadores, sin perjuicio que esto es materia de negociación. Pero es cierto que tenemos cuatro diputaciones, dos en el distrito 7 y dos en el 6. Creo que ahí se pueden pedir más cupos y eso ayudaría a resolver el problema. De todas formas, soy un militante bien orgánico, bien convencido con el proyecto colectivo, por tanto estas decisiones las dejo en manos del partido.