La serie tendrá más capítulos: Tratado de plásticos no llega a acuerdo y habrá otra sesión en 2025
La expectación por este INC-5 en Busán, Corea del Sur era alta. Si bien el proceso de negociaciones se caracterizó por avanzar lento y con muchas trabas por un grupo pequeño de países, el 1 de diciembre debía haber un tratado listo para su firma y posterior ratificación. Previo a esta última ronda de negociaciones, el presidente del INC, Luis Vayas, presentó a las delegaciones el Non-Paper, que tuvo muchas versiones y, si los países lo aceptaban, sería el punto de partida para la negociación. Sin embargo, y luego de cinco versiones del Non-Paper, Vayas declaró en la última plenaria que se logró progresar, pero que “también debemos reconocer que algunas cuestiones críticas aún nos impiden alcanzar un acuerdo integral”.
Dos bloques marcados
Este INC reveló explícitamente a los dos bloques que se contraponen. Por un lado, está una gran cantidad de países que se autodenominaron “Coalition of the willing”. El bloque africano, junto con al Grupo de Países Latinoamericanos y del Caribe (GRULAC) y la Unión Europea conforman el grueso de este grupo, el que exige medidas globales vinculantes para la reducción en la producción de plásticos, que se incluyan artículos sobre salud y químicos peligrosos, y que el texto incluya un mecanismo de financiamiento dedicado especialmente para este tratado.
La ambición de este grupo quedó demostrada en las plenarias, con potentes discursos de la delegación de Panamá, expresado por Juan Carlos Monterrey, representante especial para el Cambio Climático del Ministerio de Ambiente. “Hace mas de dos años acordamos desarrollar un instrumento internacionalmente vinculante sobre la contaminación por plásticos que aborde todo el ciclo de vida de los plásticos. Para nuestros colegas que argumentan que la producción no forma parte del mandato, permítanme hacer una corrección: producción es parte del ciclo de vida del plástico”.
Por otra parte, identificamos al grupo que se denomina como “Like-minded countries”, que no ha revelado los nombres y la cantidad de países que lo conforman, pero que se sabe están liderados por los países petroleros como Arabia Saudita y Rusia. Desde el INC-2, estos países han obstruido el avance de las negociaciones, argumentando que todas las decisiones deben ser tomadas por consenso y velando porque este sea un tratado de gestión de residuos, ignorando el mandato de la Resolución UNEA 5/14.
Latinoamérica alineada y protagonista
Se pretendía que esta ronda de negociaciones fuera la última, por lo que las narrativas se fortalecieron y las posiciones se aclararon. Los países de GRULAC se han caracterizado por dar espacio a la sociedad civil en sus reuniones diarias durante los INC’s, recibiendo el testimonio de pueblos indígenas, recicladores de base, ONG’s y representantes de la industria (que acumularon 220 inscritos de todo el mundo, la mayor cifra en todo el proceso de negociaciones del tratado).
La delegación chilena de gobierno, conformada por María Mesonero y Cristóbal Hernández del Ministerio de Medio Ambiente, y Macarena Quezada y Julio Cordano, del Ministerio de Relaciones Exteriores, en tanto, también sostuvo reuniones frecuentes con la sociedad civil, recibiendo observaciones y diversos puntos de vista respecto a los artículos del tratado. Chile apoyó en todo momento la reducción de la producción con metas globales y vinculantes, presentando su propia propuesta de articulado para esto, y adhiriendo a la propuesta de Panamá y más de 80 países.
Mejor no tener tratado que tener uno débil
Pese a que las expectativas para este INC radicaban en tener un nuevo tratado legalmente vinculante para detener la contaminación por plásticos, la semana de negociaciones fue vertiginosa en cuanto a nuevos documentos presentados por la secretaría para buscar el consenso de las delegaciones.
En este sentido, hubo contenidos de la propuesta de tratado que cambiaron drásticamente de un día para otro en las negociaciones, lo que propició un ambiente aun mas complicado para encontrar el consenso y cerrar el proceso en esta ronda de negociaciones.
Ante la última propuesta de Luis Vayas, el Non Paper 5, presentado en el último día de INC, tanto los países ambiciosos como la sociedad civil reaccionaron con preocupación al enterarse de que aspectos fundamentales como la regulación de químicos tóxicos o un mecanismo financiero robusto ya no estaban en el texto. En una conferencia de prensa del domingo 1 de diciembre, el negociador de Ghana, Dr. Sam Adu-Kumi, afirmó que “el mundo entero nos mira con admiración… esperan algo mejor que proteja el medio ambiente, la salud humana, a nuestros hermanos y hermanas y a nuestras poblaciones jóvenes… Por eso no estamos aquí para aceptar nada que no sea un tratado ambicioso”.
Por su parte, Alejandra Parra, coordinadora nacional de la Alianza Basura Cero Chile y miembro de la Alianza Global por Alternativas a la Incineración (GAIA) aseguró que “Un tratado débil haría que el mundo piense que el problema de los plásticos se resolvió cuando en realidad solo se estaría lavando la imagen de la industria petroquímica y del plástico. Pero que no se haya firmado el tratado en el INC 5, permite que sigamos presionando para que tengamos un tratado que realmente sirva para detener la crisis planetaria generada por la contaminación por plásticos”.
De esta manera finalizó el INC-5 sin cumplir su objetivo principal: tener listo un tratado que detenga la contaminación por plásticos. Sin embargo, resulta positivo que no se haya cerrado un acuerdo débil y con medidas voluntarias que terminará por no cumplirse. El INC 5 será retomado en 2025 con un INC 5.2 durante el primer semestre, en un lugar y fecha por confirmar. En 2022 se produjeron 400 millones de toneladas de plástico y se espera que para 2050 esta cantidad se triplique. Si no hay metas globales obligatorias de reducción de la producción ni regulaciones de los químicos que pongan por delante la salud humana, será muy difícil revertir la situación actual. En palabras del negociador panameño “Estamos aquí porque se han encontrado microplásticos en la placenta de mujeres sanas, tanto en feto como en la madre. Estamos literalmente criando una generación que comienza su vida contaminada antes de dar su primer respiro. Si eso no nos alarma, ¿qué lo hará?”.