¿Derecha feminista?: Cuando el oportunismo político sobrepasa toda línea ética
Cual hienas, la derecha chilena nuevamente se alimenta de una desdicha para engordar sus aspiraciones electorales; cual señores feudales, la derecha chilena nuevamente convierte en festín lo que es, en verdad, tragedia. ¿Hay alguien que pueda estar feliz con el condenable obrar del ex subsecretario Manuel Monsalve? Sí, lo hay: la derecha chilena.
Las cosas como son: a la derecha chilena poco, más bien nada, le importa la víctima, y no se esfuerzan ni siquiera en mostrar preocupación. Lo que ellos se traen entre manos es la utilización del caso para destruir un gobierno que, si bien ha cometido errores, jamás se le podrá acusar de cómplices o violadores como afirmó en sesión un exaltado diputado, adivinen de qué sector: de la derecha chilena.
Es grotesco y es indignante. Acá el tema troncal no es la proyección electoral o el apoyo que puedan tener o no las autoridades de turno, menos aun el eventual fortalecimiento de la oposición, acá lo que está en entredicho y lo que debemos denunciar es que, de manera sistemática, la derecha chilena (otra vez) se ha opuesto a toda política que vaya en protección a las mujeres, a las políticas que apunten a prevenir el acoso y/o abuso contra ellas, a cualquier siquiera esbozo que se direccione hacia el cuestionamiento del patriarcado
He acá el resultado: una ex alta autoridad de gobierno, cobijado por el poder propio de su cargo, abusando de quien fuera su subalterna. Así como este caso, hay miles, y miles, y miles a lo largo y ancho del país, en zonas pobres y en zonas acomodadas, entre gente de derecha y gente de izquierda, viejos y jóvenes. La falta de políticas que apunten a la protección de mujeres y a la educación sexual se manifiesta en todos los rincones de la sociedad.
Y vaya qué responsabilidad tiene la derecha en esto. Insistimos, se ha opuesto a cada una de las iniciativas que apuntan a la protección de la mujer, pero no dudan un minuto a la hora de atacar al Gobierno bajo el falso argumento de que apoyan la lucha de las mujeres.
Más que evidenciado quedó con el Caso Monsalve y, ahora último, con la denuncia por presunto acoso sexual contra el Presidente Gabriel Boric, denuncia que, no está demás recordar, fue impulsada por un abogado perteneciente al Partido Republicano.
Resulta que ahora, de pronto, la derecha se volvió feminista, apelan a la sororidad y ocupan frases construidas al alero de la lucha de las mujeres. En redes sociales hacen eco de este entramado sin siquiera tener fuentes verídicas, exigen renuncias, se muestran indignados, etc. Todo este show para dañar al Gobierno y al oficialismo.
Pero eso no es lo peor, pues, conscientemente, también tratan de dañar la lucha que por años hemos dado las mujeres, históricamente oprimidas por un sistema a imagen y semejanza del hombre. Así es nuestra derecha “criolla”, y el ejercicio de desenmascararla es siempre necesario.
Acá hay víctimas, y es a ellas a quienes debemos proteger. Sin shows mediáticos, sin defensas corporativas, sin ataques injustificados. Ese es el camino que debemos tomar y así lo haremos siempre.
La lucha por el derecho y la emancipación de la mujer la seguiremos dando a diario, pese al oportunismo, a la indolencia, a la falta de ética. Pese a la derecha.