Desde mediados de 2022, un grupo de vecinos de un pasaje en Quinta Normal comenzó a vivir una pesadilla.

Según se puede apreciar en el recurso de protección, la llegada de una nueva vecina, quien se mudó sola al sector, transformó el barrio con constantes ruidos molestos, fiestas que se extendían por días y personas que ingresaban al domicilio para consumir sustancias, según relataron los afectados.

Los vecinos intentaron aislar acústicamente sus viviendas y realizaron múltiples denuncias a las autoridades, pero la situación continuó.

Además de los ruidos y disturbios, los vecinos denunciaron amenazas e intimidaciones por parte de esta vecina, especialmente contra una mujer mayor que desarrolló ansiedad por los constantes episodios de acoso.

Aunque en 2023 la familia de esta nueva vecina intentó intervenir llevándola a una clínica de rehabilitación, ella volvió al sector semanas después y retomó sus conductas problemáticas.

Ante la falta de soluciones, los vecinos decidieron presentar un recurso de protección, buscando medidas concretas como indemnización por los costos de aislación acústica, multas por ruidos molestos y una orden de alejamiento.

Sin embargo, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el recurso, argumentando que los hechos debían tratarse en otro tipo de procedimiento.

No conformes con la decisión, los vecinos apelaron a la Corte Suprema. Finalmente, el máximo tribunal les dio la razón y ordenó que el caso sea tramitado, señalando que las situaciones descritas podrían vulnerar derechos fundamentales, como el derecho a la integridad física y mental.