¿Cómo reivindicar a la agredida?: Las víctimas de abuso sexual y sus agresores "no son ideales"
En un contexto país que estado marcado por los recientes casos de agresiones sexuales a mujeres adultas de parte de figuras políticas y futbolistas, la psicóloga y perito forense, Claudia Riquelme Arroyo, realiza una reflexión acerca de este tipo de delitos llegando a una conclusión: las víctimas y sus agresores "no son ideales".
En ese sentido, se cuestiona "¿qué características debe tener una víctima para que la comunidad sienta compasión y la cobije?".
Casos como el del exsubsecretario Manuel Monsalve o el exfutbolista Jorge Valdivia generan debate en la sociedad respecto a si creerle o no a la víctima.
"Las víctimas al igual que los agresores no son ideales" sostiene la docente Psicología Universidad Andrés Bello. Es normal que las personas reaccionen indignadas cuando se trata de abusos contra niños y niñas.
Sin embargo, ¿qué es lo que sucede cuando las víctimas son adultas?, es lo que intenta explicar la experta.
Las agredidas no siempre son "cándidas e ingenuas" y los victimarios tampoco son unos "psicópatas desalmados".
Es desde esta vereda que nace la reacción de no creerle a la víctima y cuestionar su comportamiento, mientras que la responsabilidad del agresor se tiende a relativizar.
"La posibilidad de ser vulnerados por alguien de quién nunca dudamos, ya sea por el vínculo, la confianza, la imagen, el prestigio, etc., nos moviliza a rechazar esa vulnerabilidad", explica la experta.
Por lo tanto, es más fácil culpar a la víctima para sentirnos "seguros, pensamos que “eso” no nos ocurrirá a nosotros porque no nos ponemos en riesgo".
Reivindicar a la víctima
Lo anterior resulta perjudicial en la sociedad, y más aún para quienes han sido víctimas de estos delitos.
Algunas de las consecuencias que plantea Riquelme son, por ejemplo, no reconocernos como víctimas cuando hemos sufrido agresión sexual.
Al dudar de las denunciantes, "nuestros niños y adolescentes nos escuchan dudando de las víctimas y aprenderán también a ponerse en duda frente a una agresión".
O incluso, "relativizarán sus propios actos inadecuados pudiendo agredir a otros".
Para reivindicar a la víctima es fundamental ofrecer espacios para que los demás puedan oír su testimonio, indica la profesional.
Al mismo tiempo, en que debemos señalar como responsable de la agresión a quien comete el delito mismo, y así "atribuirle la vergüenza".
Estos se constituyen como actos que apuntan a reparar, proteger, prevenir y formar, sostiene Riquelme.
Es complejo realizar una denuncia de agresión sexual, sobre todo cuando el victimario es "alguien de quién nunca dudamos".
Por lo tanto, para combatir la estigmatización y la vergüenza la sociedad debe reconocer ese sufrimiento y señalar al agresor como el único culpable, concluye.
El cambio también debe ser a nivel institucional, puesto que se necesita "un sistema de justicia sensible y compasivo".
En ese sentido, el Estado y la sociedad deben ser "garantes de un proceso de justicia que haga eco de las necesidades y expectativas de los sobrevivientes de abuso sexual".