Hace poco más de una semana se reveló que el senador Rojo Edwards sería oficialmente el precandidato presidencial del Partido Social Cristiano (PSC), luego de saberse los resultados de las elecciones del pasado 27 de octubre.

Esto abre la discusión de la persona, intereses e ideas de Edwards en materia política, ya que no es primera vez que observamos en sus decisiones públicas cambios y volteretas radicales respecto del sector al cual adhiere. Tal vez, este tiene profundos matices, o bien, simplemente se encuentra una y otra vez, ¡donde calienta el sol!

Sobre la persona, José Manuel Rojo Edwards Silva, es Ingeniero Civil Industrial y político del Partido Social Cristiano. Nació el 15 de julio de 1977 en Chicago, Estados Unidos. Durante los años de 2005 y 2007 realizó un Magister en Políticas Públicas en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, donde obtuvo la beca Catherine B. Reynolds Fellowship para Emprendimiento Social.

Ahora bien, más allá de su formación académica y profesional, para nadie es un misterio que Rojo Edwards ha protagonizado varias polémicas al interior de sus espacios políticos, no obstante, luego que Héctor Muñoz lograra imponerse en la pasada elección municipal de Concepción con el 21,96% de los votos, el exmilitante de Republicanos, Rojo Edwards, fue decretado precandidato presidencial en su carrera hacia el Palacio de La Moneda por el PSC.

Las repercusiones en la derecha no se hicieron esperar, más aún, fue el propio partido Republicano que señaló lo siguiente a través del Diario Cooperativa:

“Me parece fantástico (la candidatura del senador). Él está logrando su propósito de tener un proyecto político más bien personal que colectivo, por eso salió del Partido Republicano, y es bueno para que él conozca la realidad de lo que es ser candidato a Presidente, conozca que esto no es sólo con salir en prensa, sino que hacer un trabajo en terreno, muy de cara con los vecinos, muy cercano, muy transparente, y eso yo creo que va a ser un buen baño de realidad para el senador Edwards”, afirmó Ruth Hurtado, secretaria general del partido de José Antonio Kast.

Por otra parte, debemos recordar que en su momento Rojo Edwards también tuvo profundas discrepancias con la Unión Demócrata Independiente (UDI) dada sus ideas y aproximaciones políticas, lo cual no está mal en ningún caso, sin embargo, salió de esta militancia para transitar hacia Republicanos, donde posteriormente también saldría producto de sus “nuevas ideas” y diferencias al interior.

Y ahora, irónicamente lo vemos posicionado en el Partido Social Cristiano, entre paréntesis, un nicho de grandes narrativas en pro de la moral conservadora y lineamientos cristianos, una especie de utopía cargada de dogmatismos implícitos, claro, como si la política se tratara de izar la bandera de la Biblia y sus bases conceptuales para satisfacer el “gusto de unos pocos”.

Desde ya, una meta profundamente fracasada, considerando que vivimos en un Estado Laico y en nuestro país conviven ateos, gnósticos, cristianos, entre muchas otras pluralidades religiosas.

Cabe señalar que desconocemos cual es la real motivación de Rojo Edwards para liderar nuestro país y, junto con ello, si las “huellas” que ha dejado en materia política son suficientes para organizar Chile, o si en cambio son tan solo aspiraciones utilitaristas de alguien que desea llegar al poder incesantemente.

Pero eso sí, con urgencia, deberíamos preguntarnos cuales son las ideas que hacen supuestamente a Rojo Edwards un candidato diferente, coherente y de grandes acuerdos. De lo contrario, estamos frente a una especie de narrativa liberal igual a las que han transitado en tiempos pasados, de ahí que puedan surgir las siguientes interrogantes a modo de reflexión social:

¿Es José Manuel Rojo Edwards Silva una voz que pavimenta diálogos y acuerdos en la política chilena? ¿Cómo confiar en un político que se descolgó de dos espacios militantes en Chile para perseverar con sus ideas, teniendo en cuenta que estas no logran hasta ahora posicionarse ni convencer a un grupo político específico?

¿Será que estamos en presencia de alguien oportunista con esbozos que socavan la poca confianza en la política que aún mantiene parte de la ciudadanía en el territorio nacional? ¿Es probable que en Chile habiten personas que reiteradamente están donde calienta el sol para conseguir sus deseos a rajatabla?

Tal vez, pasarán los años, y seguirán existiendo individuos que no son “ni chicha ni limoná”, donde la política los cría y la “ocasión” los junta.