Casi un mes ha transcurrido desde que se hizo pública la denuncia por presunta violación interpuesta contra el ex subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, y su posterior renuncia. En todo este periodo, la ministra de la cartera, Carolina Tohá, ha debido enfrentar los embates de la oposición (e incluso sectores aliados) debido al manejo de la crisis. 

Según los relatos de los mismos personeros de gobierno, la jefa del gabinete ministerial fue la primera funcionaria del Ejecutivo que se enteró de la denuncia, sólo un día después de que el fiscal Xavier Armendáriz comenzara la ronda de diligencias. Fue el director general de la Policía de Investigaciones, Eduardo Cerna, quien le reveló a la ministra que su entonces mano derecha estaba acusado y siendo investigado por una agresión sexual. 

Ahí, Tohá reportó la situación al Presidente Gabriel Boirc, quien habría citado a Monsalve a su despacho para oír su versión. Junto con defender su inocencia, el entonces subsecretario le confesó al presidente haber “revisado” las cámaras del Hotel Panamericano, lugar donde habrían ocurrido los hechos por los que fue denunciado. 

Todo lo que vino después, fue una cadena de errores —según admitió incluso el mismo mandatario— lo que ha debilitado la posición de Tohá hasta el punto de ser la principal perjudicada de la crisis, a lo menos en términos comunicacionales. 

Pese a que la oposición ya definió no avanzar en una segunda acusación constitucional contra la ministra (hace un mes y medio se rechazó una en su contra), Tohá sí la ha pasado mal en el Congreso. 

A las sesiones que asiste es interpelada con recurrencia, se citó hace dos semanas una comisión especial para analizar su actuación en la crisis, y Chile Vamos se encuentra recolectando firmas para levantar una comisión investigadora. 

Por su parte, el Presidente Gabriel Boric optó por respaldar a la ministra en su cargo ante las presiones para que ajustara su gabinete.

Retrasar la definición presidencial

Pero además de las consecuencias de la crisis en su gestión como ministra, Tohá ha debido ponderar en la ecuación su intención de ser la candidata del oficialismo, opción que se ha visto mermada no sólo por cómo la ciudadanía percibe su manejo, sino también por la mala evaluación de cuadros del oficialismo. 

Por lo mismo, los principales escuderos de Tohá; el presidente del PPD Jaime Quintana y su padrino político, Guido Girardi, han hecho gestiones para cuadrar al Socialismo Democrático tras la figura de la ministra. Esto, en respuesta a que parlamentarios del PS incluso pidieron la remoción de Tohá. 

La idea, según indican fuentes del PPD, sería quitar de la primera línea de confrontación a Tohá y que sean los parlamentarios del oficialismo quienes comiencen a defender la gestión de la ministra. 

Más importante, respecto a la presidencial, la estrategia sería retrasar lo más posible una eventual candidatura esperando que la crisis por Monsalve se enfríe y no termine golpeando a Tohá en su camino hacia La Moneda. 

En su último punto de prensa en el Congreso, la ministra descartó cualquier intención de renunciar a su cargo para dedicarse a una candidatura. Sin embargo, lo cierto es que los secretarios de Estado y cualquier autoridad puede competir en una presidencial sin renunciar al cargo. 

En todo caso, este diseño tiene varios riesgos. Por una parte, está el hecho de que la crisis puede reactivarse en diversos momentos, como por ejemplo cuando se lleve a cabo la formalización del exsubsecretario. También, pensando en que la eventual primaria se desarrollará en julio del próximo año, un eventual juicio contra Monsalve podría coincidir con la campaña o incluso con la misma elección.

Por otra parte, Tohá también enfrenta una querella por su supuesta responsabilidad en el manejo de la crisis, y si avanza la acción judicial podría afectar nuevamente su posición.

A nivel de alianzas políticas la situación de Tohá tampoco es la mejor. Si hasta hace unos meses el PS tenía entre sus opciones apoyarla para su candidatura, hoy la posición mayoritaria es que se debe levantar una figura propia del partido para competir en la eventual primaria del Socialismo Democrático.

Algo similar ocurre en la DC donde la mirada, por lo menos desde la bancada de parlamentarios, es que Tohá no es la mejor figura para representar a la centro izquierda en la próxima presidencial.