Desbordes, el excarabinero que votó sí a Pinochet que devuelve a la derecha alcaldía de Santiago
El militante de Renovación Nacional Mario Desbordes, ministro de Defensa durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera (2018-2022) y quien votó "sí" en el referéndum sobre la continuidad de la dictadura de Augusto Pinochet, asestó este domingo un duro golpe a la coalición progresista de Gobierno al arrebatar la emblemática Alcaldía de Santiago a la comunista Iraci Hassler.
Su elección supone un gran triunfo para la derecha en una alcaldía emblemática: en la última década, el resultado en Santiago Centro ha sido el termómetro para las elecciones presidenciales.
Uniformado
Nacido en la localidad de Los Andes en 1968, Desbordes estudió derecho y se alistó en 1986 en las filas de Carabineros de Chile, en el que permaneció hasta el año 2000, en el que se sumó al partido conservador Renovación Nacional (RN).
En ese tiempo, se produjo la primera de las polémicas de su luego amplia carrera política al votar a favor de la continuidad de Pinochet en el poder en la consulta en la que ganó el "no".
Su primer cargo fue el de alcalde de Buin, comuna en el interior de la Región Metropolitana, desde donde ascendió a través del aparato hasta convertirse en secretario general de Renovación Nacional.
Elegido diputado en 2017, participando en las comisiones permanentes de Defensa Nacional y de Seguridad Ciudadana, un año después fue elegido presidente de RN.
Dos años después, y tras la crisis que supuso el estallido social, la mayor ola de protestas sociales en Chile desde el fin de la dictadura, fue designado por Piñera como ministro de Defensa.
Estallido social
Su posición sobre el estallido y sus causas generó controversia en el seno de RN: primero, planteó que no se debía haber subido la tarifa del metro, que fue lo que desencadenó las protestas.
Después, avanzó hacia la centroderecha al asegurar que había que avanzar hacia un sistema mixto de pensiones y de condonar parte de la deuda del crédito con garantía del Estado, una deuda que pesa sobre la mayoría de los chilenos que optan por estudios universitarios.
Además subrayó que si bien era indispensable condenar la violencia y el vandalismo, la derecha tenía que darse cuenta que las protestas reflejaban demandas reales.
El pasado junio, una investigación de prensa asoció su nombre a un presunto delito de tráfico influencias, al indicar que cuando era ministro habría tratado de influir en la designación de una juez de la Corte Suprema.
Su perfil de hombre vinculado a la seguridad y defensa ha sido una de las claves de su victoria en Santiago Centro, una de las comunas más golpeadas por la sensación de creciente inseguridad que vive la capital. EFE