Migrantes en Chile, víctimas de instrumentalización política y discursos de odio y rechazo
“Nuevos contextos migratorios desde la pandemia: Una mirada estadística de América Latina y el Caribe, es el nombre del estudio que oficializó hace unos días, la Universidad Alberto Hurtado, un análisis elaborado por el Centro Vives de esta entidad académica, en colaboración con la Red de Observatorios de la Deuda Social de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe.
Se trata de un trabajo que “ofrece un análisis de los flujos migratorios, revelando cómo la crisis sanitaria y económica agudizó las condiciones de vulnerabilidad de la población migrante”.
“La pandemia tuvo significativas consecuencias sanitarias y socioeconómicas a nivel mundial, destacando las restricciones y el control al libre tránsito de personas, sin embargo, no detuvo ni cesó los flujos migratorios internacionales”, detalla el informe del trabajo presentado esta semana.
Este contexto de crisis, agrega, “con territorios especialmente golpeados en su economía y su seguridad, reconfiguró las dinámicas y los flujos migratorios, en particular, de personas haitianas y venezolanas a lo largo del continente”.
“Algunos de los principales hallazgos dan cuenta que (…) varios países de la región han adoptado un enfoque securitista en desmedro, muchas veces, de los derechos migratorios y la seguridad humana, desencadenándose verdaderas crisis humanitarias, especialmente en territorios fronterizos”, releva el reporte de la investigación.
Con restricciones, "fronteras se hicieron más peligrosas"
Producto de la emergencia sanitaria y las medidas de cierre de fronteras, agrega este, “se confirma y mantiene la tendencia observada sobre el aumento de los ingresos irregulares”, lo que sucede en un contexto en el que “las rutas no se modificaron, sino más bien los puntos de ingreso a los distintos territorios se diversificaron”.
“Con las medidas restrictivas, las fronteras se hicieron más porosas y peligrosas, proliferando el oportunismo criminal y los abusos contra las personas migrantes”, destaca el levantamiento de información.
Y agrega que, “cuando se cruzan los resultados del Índice de Riesgo Socioeconómico con indicadores de seguridad y violencia, destacan México, Colombia, Brasil y Chile, como los destinos más riesgosos”.
Paralela y desafortunadamente, recalca el estudio, “se observa un aumento generalizado de la xenofobia en el continente”.
Respecto del la configuración geográfica, destaca el “eje Atlántico sudamericano, por concentrar las actitudes más favorables hacia la migración, mientras que el Eje Andino”, donde se encuentra nuestro país, “resalta por percepciones asociadas principalmente a la xenofobia y discriminación”.
Se requieren políticas de inclusión y bienestar
Precisamente, agrega el informe, “en los países de este último eje, se expresa una tendencia generalizada de sensacionalismo informativo e instrumentalización política de la migración que fomenta discursos de odio y rechazo a los migrantes”.
“Se destaca la necesidad de implementar políticas de inclusión y bienestar, reconociendo los riesgos y vulnerabilidades específicas que enfrenta la población migrante en cada territorio, dejando de asumir que el destino elegido es el mejor posible, o que ofrece per se mejores oportunidades que los países vecinos”, releva.
Por otra parte, el estudio apunta a que “el combate contra el crimen organizado debiese ser regional y transfronterizo, apostando, por un lado, a enfatizar la inteligencia policial por sobre el control y la represión indiscriminada y, por otro, a desincentivar el mercado de la migración y el crimen organizado, con métodos efectivos como los visados humanitarios y el fomento de los ingresos regulares”.
Y dado el incremento “de la xenofobia de la mano con la instrumentalización política y mediática de la migración, se enfatiza la necesidad de un compromiso férreo de los Estados y la Sociedad Civil en la condena y prevención de los discursos de odio y discriminación”.
Lo que resulta “particularmente necesario en tiempos donde las democracias y sus instituciones se erosionan, con caudillismos, e incluso con gobiernos progresistas que comienzan a abrazar discursos populistas y anti migrantes”.