La primavera y su influencia en el estado de ánimo: El clima y la salud emocional
El 21 de septiembre Chile celebró la llegada de la primavera, una estación que, para muchos, evoca sensaciones de renovación y vitalidad. Sin embargo, en medio de la celebración de los brotes florales y días más largos, es crucial recordar que esta temporada también tiene un lado menos luminoso.
Septiembre es el mes en que se conmemora la prevención del suicidio, ya que las estadísticas muestran que esta época del año -justamente- ve un incremento preocupante en los índices de suicidios.
La relación entre los cambios de estación y nuestros estados de ánimo es un tema que debemos abordar con seriedad. La llegada de la primavera, aunque trae consigo más luz solar y temperaturas más cálidas, también puede desencadenar emociones intensas y a menudo conflictivas.
La primavera puede ser un detonante para aquellas personas que están lidiando con problemas emocionales profundos. La percepción social nos invita a sentirnos bien y disfrutar de la estación, pero no siempre es tan sencillo. Esto puede generar una discrepancia vista desde nuestro mundo emocional en aquellos que no logran experimentar esa supuesta “alegría” primaveral, profundizando la sensación de aislamiento o desesperanza.
Las investigaciones revelan que el clima tiene un impacto significativo en nuestro bienestar emocional. En países nórdicos, donde los inviernos son extremadamente largos y oscuros, se observa un aumento en los índices de suicidio durante los meses con menos luz solar. Este fenómeno ha sido vinculado al Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una condición en la que la falta de luz afecta los niveles de serotonina en el cerebro, disminuyendo nuestro bienestar general.
En contraposición, durante la primavera, la mayor exposición al sol provoca un cambio repentino en los patrones hormonales que, en algunas personas, genera desequilibrios emocionales. Este aumento de la luz, aunque parece positivo, puede ser un detonante para quienes atraviesan dificultades emocionales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 700.000 personas se suicidan cada año, y los cambios estacionales pueden influir en este trágico fenómeno.
En Chile, el 10 de septiembre se conmemoró el Día mundial para la prevención del suicidio, un recordatorio de la urgencia de abordar este tema desde múltiples frentes, incluyendo la educación emocional y la comprensión de cómo los factores externos, como el clima, pueden amplificar las crisis internas.
La primavera no solo altera nuestro estado de ánimo, sino también la forma en que nos relacionamos con los demás. Con la llegada del calor, las personas tienden a estar más dispuestas a salir, a compartir con amigos y familia, a disfrutar de actividades al aire libre. No obstante, para quienes enfrentan depresiones profundas o sentimientos de ansiedad, este cambio en el entorno social puede generar presión y aumentar el estrés.
Es crucial aprender a reconocer nuestras emociones y darles el espacio necesario para ser procesadas, sin importar la estación del año. En lugar de pretender que todo debe ser alegría en primavera, es esencial cultivar una comprensión más profunda de nuestros estados de ánimo. Las fluctuaciones emocionales son normales, y el clima puede jugar un papel significativo en ellas, pero eso no debe llevarnos a ignorar las señales de alerta cuando se trata de nuestra salud mental.
La educación emocional, como herramienta preventiva, nos permite reconocer y gestionar estos estados anímicos. Nos brinda las habilidades necesarias para identificar cuándo el entorno externo está afectando nuestro bienestar, y cómo buscar apoyo cuando lo necesitamos. Es en este punto donde radica la importancia de contar con una red de apoyo, de tener espacios de conversación abiertos sobre lo que sentimos, y de comprender que no debemos enfrentar estas luchas solos.
Así como los países nórdicos han implementado terapias de luz para combatir la falta de sol durante los largos inviernos, es fundamental que en Chile consideremos el impacto del clima en nuestra salud mental. No se trata solo de disfrutar la primavera, sino de aprender a sobrellevar los desafíos emocionales que esta y otras estaciones pueden traer consigo.
Fuentes y datos relevantes:
Organización Mundial de la Salud: 700.000 personas se suicidan cada año a nivel global.
En Chile, septiembre tiene un alza en suicidios, coincidiendo con la llegada de la primavera.
Trastorno Afectivo Estacional (TAE) afecta al 5% de la población mundial durante los meses más oscuros y fríos.
La primavera es un recordatorio de que, al igual que las estaciones, nuestras emociones cambian y fluctúan. Lo importante es aprender a reconocerlas, aceptarlas y buscar los recursos necesarios para enfrentarlas de manera saludable.