Hace unas semanas atrás, el periodista Sebastián Eyzaguirre fue condenado a 300 días de presidio (que cumplirá en libertad), ser vigilado por Gendarmería y deberá someterse a una serie de medidas de seguridad, entre ellas la prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o estudio.

Esto, tras ser leerse la lectura de la sentencia en su contra tras ser imputado por el delito de maltrato habitual a su expareja, Lorena Vargas, quien este domingo habló en extenso detallando el infierno que vivió con el comunicador que es relacionado con la ultraderecha nacional.

Fueron meses de abusos físicos y psicológicos, insultos, amenazas e incluso persecuciones en vehículo para amedrentar a su víctima, quien debió irse de Santiago, dejando atrás familia, amigos y buenas oportunidades laborales.

Amenazantes mails

En el reportaje, Lorena Vargas se quebró emocionalmente al narrar los vejámenes que sufrió de parte de Sebastián Eyzaguirre, actual productor del polémico programa político “Sin Filtros”.

“Ya que te diste el lujo de bloquearme, decirte que quiero un mail por escrito mañana mismo, reconociendo la deuda que tienes conmigo con fecha de hoy y con fecha máxima de pago al 30 de junio… Agradece que soy generoso”, decía uno de los correos, donde terminaba con una serie de garabatos.

“Ya que me bloqueaste, contéstame el email que te mandé, que es bien formal y es bien claro frente al único tema pendiente que tenemos. Contéstame el mail, si no querís verme caliente en serio y ver hasta dónde puedo llegar contigo. Es lo único que te digo, porque tenemos un temita pendiente”, decía otro.

Llorando, Lorena dijo al periodista que “fue terrible, después de eso empezó a mandar correos y me agarró en un supermercado. Y luego del supermercado, se fue a meter a mi edificio”, mostrando cómo Eyzaguirre irrumpió violentamente en los estacionamientos y tuvo que ser desalojado por personal de seguridad municipal.

Recordar que tras la condena, Sebastián Eyzaguirre debe ser vigilado por Gendarmería y usar la misma tobillera electrónica que se instala a peligrosos delincuentes.