Politólogo e impacto de Caso Hermosilla: “Profundiza la degradación de nuestras autoridades"
Cuánto afecta a la fe pública el caso judicial que tiene a Luis Hermosilla formalizado por la presunta comisión de cohecho, lavado de activos y delitos tributarios, y cual es el impacto que tiene este entramado judicial en la imagen del funcionario público de nuestro país, considerando el despliegue del abogado y los vínculos que se le investigan, es lo que conversamos con Felipe Vergara Maldonado, analista político y académico de la Universidad Andrés Bello (UNAB), quien nos comparte su visión al respecto.
“Hay un descrédito que no está concentrado exclusivamente en este Caso Audios, que involucra al abogado Hermosilla, sino que es un descrédito, un desprestigio que lleva tiempo, a las distintas funciones del Estado públicas, sean gubernamentales, parlamentarias, sean judiciales, involucra a los tres poderes del Estado”, sostiene.
Siguiendo con su análisis, el politólogo comenta que, “en este caso, lo que uno observa es que se profundiza en esa degradación, en ese descrédito de nuestras autoridades, y eso daña la función pública, desmotiva a la ciudadanía y genera una mayor apatía de cara a estos funcionarios y a los roles que le competen, y daña evidentemente a todo el Estado”.
Consultado respecto de la situación en la que está el ministro de la Corte Suprema, Jean Pierre Matus, a quien una investigación de Ciper le filtró chats donde conversaba con Hermosilla acerca de la defensa de Andrés Chadwick cuando fue acusado constitucionalmente durante la segunda administración de Sebastián Piñera, contexto en el que se acusa al magistrado de colaborarle al abogado en su defensa, Vergara es claro.
“La posición del juez Matus y de el ex ministro Chadwick está en entredicho, compleja. Sin embargo, aún es algo que debe justificarse, acreditarse, demostrarse, por parte de ambas ambas autoridades y de la exautoridad pública en el caso de Chadwick, en relación a lo que aparece lo en los audios o a los recursos o ingresos que hayan recibido, en el caso del Chadwick particularmente”, dice atendiendo a las últimas revelaciones en este ámbito.
“Ya está bastante dañada la fe pública”
Según explica el politólogo, “queda ese manto de duda, lo importante acá es que se pueda transparentar y clarificar esa duda plausible hoy en la ciudadanía, lo que no signifique que no haya un daño ya expresado”.
“Es un daño más, ya está bastante dañada o cuestionada a veces fundadamente, y en otros varios casos infundadamente, la fe pública en los tres poderes del Estado, el camino acá es cómo esta degradación o cómo esta sensación de abandono del rol público en la ciudadanía, se puede revertir”, dice apuntando al desafío que plantea este complejo presente de la institucionalidad de nuestro país.
En este adverso escenario, complementa, “lo que lo que hay que buscar es la restitución de confianza por los distintos actores que se ve agravada con el caso Hermosilla, que no termina con el Caso Audios”.
“Esto va a seguir, deduzco yo, profundizándose. Y habrá que trabajar en la reconstrucción de confianza de manera transversal”, agrega.
Pero, dice luego, “ese desafío es mayor y no sé, tengo mis dudas de cuál real voluntad hay de revertir o de recuperar esta confianza perdida en varios sectores de la población”.
En qué gastaba el dinero Hermosilla no es relevante
“Obviamente a la ciudadanía esto le pega, pero es muy importante, que no nos quedemos en qué se gastaba la plata Hermosilla, (si fue en un) avión, yate o cualquier otra cosa, porque ese no es el foco del tema”, recalca.
La pregunta es, asegura, “cómo conseguía los ingresos para tener esa vida, en lo que uno quiera gastarse su dinero, en la medida que lo tenga, está dentro de la libertad de cada uno. Si nos concentramos en qué se gastaba y cómo obtenía esos ingresos, estamos desviando el foco y el desafío es transparentar de dónde se obtenían esos ingresos que le permitían tener ese tipo de vida”.
“No en lo otro, porque eso es un desvío de atención que obvía el tema de fondo, hechos de tráficos de influencias, eventuales corrupciones, eventuales presiones, vinculaciones de afinidad política o social, eso es lo grave que se está destapando con el Caso Audios”, releva.
“He notado cierta pasividad de los parlamentarios”
Compartiendo su certeza de que todavía “falta mucho por dilucidar”, Vergara alude al “Poder Legislativo particularmente, porque el Poder Judicial ya ha estado cuestionado por autoridades que como el juez Matus, tendrán que aclarar sus hechos, obviamente”.
Sin embargo, sincera que desde el Congreso extraña una actitud distinta. “A nivel legislativo, siento que el sector parlamentario transversalmente, porque esto es algo transversal hasta ahora, no ha estado tan afectado o tan involucrado”, contextualiza.
“Aún más, he notado cierta pasividad por parte de los parlamentarios, posiblemente por temor a que salgan algunos audios, algunos chats de nuestras autoridades, sean diputados o senadores, con eso uno puede saber cuál es el impacto que esto puede tener”, dice.
Me gustaría, complementa, “ver un rol más activo de parte del Parlamento para condenar y perseguir este tipo de acciones en la medida que se vayan detectando las situaciones irregulares que van sucediendo, pero hasta ahora es poco lo que se ha observado, y más me sorprende este silencio que se mantiene casi transversalmente”.
“Uno espera señales claras de condena"
“Uno espera de, sean sectores de derecha, extrema derecha, izquierda, extrema izquierda, sectores apolíticos ‘entre comillas’, como es el Poder Judicial, señales claras y evidentes de condena”, agrega.
Expresadas, “no solo a través de condenas por medio de un comunicado de prensa, en el que digan que están indignados, molestos o desilusionados de lo que está sucediendo, sino que esta condena se traduzca también, en normativas, leyes y sanciones ejemplificadoras, para que para que este tipo de actitudes y actividades no queden impune, como muchas veces quedan”.
Y que en lugar de terminar ahí, dice Vergara, “que realmente se produzca un remezón profundo en la manera que se realiza este tipo de de acciones y las consecuencias que esto puede tener, porque habitualmente la ciudadanía siente que esto pasa, y no hay ninguna consecuencia, no pasa absolutamente nada”.
“Por ende, uno espera que en este caso salgan posturas duras y radicales, meas culpa también, categóricos y claros y acciones que sean ejemplificadoras y que reviertan este tipo de actitudes de aquí a futuro”, concluye.
Crédito foto: Agencia Uno