Consulta ciudadana por actualización curricular: Acercar la educación a los desafíos de hoy
Los cambios culturales y las demandas sociales de las últimas décadas, tales como la convivencia y seguridad, cambio climático, brechas de género e inclusión, han sido la base conceptual para un nuevo proceso de actualización curricular en Chile.
Este proceso no es antojadizo, y responde a los tiempos que exige el marco legal al Ministerio de Educación para presentar una propuesta que responda a los desafíos ciudadanos vigentes, sometiéndola incluso a un proceso de consulta ciudadana abierta que culmina el próximo mes.
En este contexto, pareciera ser pertinente abrir los espacios de diálogo sobre ¿cuáles son las visiones que tenemos como sociedad sobre el rol que tiene el currículum para las transformaciones sociales que precisamos?
Contar con un curriculum actualizado que haga sentido a las personas es una forma de asegurar democracia y la oportunidad para construir, desde la educación, significados comunes y dinamizar acceso al conocimiento y la participación, todos ejes transversales para garantizar el derecho a la educación.
Resulta decepcionante entonces como un sector político organizado se ha resistido a abrir el debate sobre el curriculum, obstaculizando una reflexión que debiera ser permanente: los aprendizajes que son relevantes para la sociedad que añoramos.
La propuesta de actualización curricular del Ministerio de Educación (2024), actualmente sometida a consulta pública viene a “fortalecer procesos de innovación pedagógica y de apropiación e implementación curricular” (Mineduc 2024) desde 1° básico hasta 2° medio, impactando a 2,5 millones de estudiantes.
Dicho proceso, se inició a través de un diagnóstico y consulta participativa a las comunidades educativas con 805 mil participantes, entre ellos estudiantes, familias, docentes y público en general.
Dentro de sus principales lineamientos, contempla la armonización conceptual, recuperación de aprendizajes y nivelación de saberes basales en el marco de la Política de Reactivación Educativa post pandemia y la flexibilidad y diversificación, dando cuenta de amplias posibilidades de adaptabilidad y compatibilidad de los saberes que se proponen con la diversidad de practicas pedagógicas, diversidad de estudiantes, proyectos educativos, instituciones y contextos locales.
Esto es especialmente importante pues, como educadoras, sabemos que una de las mayores fuentes de aprendizaje ocurre desde la cotidianeidad, y que la adaptabilidad y la capacidad de aplicación que tenga el currículo a la realidad de cada contexto escolar resulta indispensable para desarrollar aprendizajes más profundos y significativos.
En la presente propuesta se evidencia también algunos aspectos transcendentes para debates vigentes, como el problema de la violencia y seguridad, tal como lo es el fortalecimiento base en la formación valórica, ciudadana y socioemocional, como aprendizajes relevantes desde educación parvularia y durante toda la trayectoria educativa.
En síntesis, lo que se observa es que la propuesta curricular del Ministerio de Educación ofrece una mirada contundente y participativa de los desafíos que tenemos actualmente en educación, y sobre cómo contribuimos a la recuperación del valor de la educación formal para el bienestar y desarrollo de nuestra sociedad, en la medida que la acercamos a los reales intereses de nuestros estudiantes y sus familias.
Es una propuesta que propone una educación basada en aprendizajes que reconozcan la diversidad de estudiantes y contextos, así como también respeta y reconoce la autonomía de la profesión docente en la planificación de experiencias educativas, con un marco curricular que entrega más posibilidades de acción.
Todas estas, buenas noticias para nuestros/as estudiantes de hoy y mañana, esperan un país a la altura de los desafíos y que no dude de que el tiempo de debatir sobre educación de calidad en una sociedad democrática no solo es ahora, sino que debe ser un debate permanente y abierto.
Crédito de la foto: Agencia Uno