Las nuevas derechas: Entre individualismos y 'religiones seculares'
Cuando uno/a busca en internet sobre las nuevas derechas se encuentra con expresiones más bien negativas que inducen a pensar que su domicilio está en el extremo del espectro político, que son negacionistas y con un ‘tufillo’ a regresión dictatorial. Aun cuando en su oportunidad las denominé derechas fragmentadas (“Verano Político”, El Mercurio de Antofagasta, 24/02/2024) o postmodernas (El Mercurio de Antofagasta, 16/08/2020), me suscita curiosidad la evolución polarizada que han ido adquiriendo.
La académica uruguaya Karina Batthyany precisa que las derechas actuales representan un peligro para la democracia y los derechos humanos debido a la presencia de “discursos negacionistas de lo que fue el pasado dictatorial y con llegada a algunos sectores populares, […con] fuerte base nacionalista y de recuperación de valores tradicionales y familiares que se supone que nos dan la seguridad y la organización social necesaria” (CLACSO, 11/10/2023).
Esta mirada puede ser vista muy desde la izquierda, porque al final las ‘agendas woke’ se mezclan entre izquierda y derecha (Pablo Stefanoni, Le Monde diplomatique, 2014), así como una necesaria ‘real politik’ en el accionar del actual gobierno.
Verónica Giordano señala que estas nuevas derechas son variopintas en la convivencia entre la vieja política, el mundo empresarial, las ONGs y los think tanks liberales. En su constitución “…El emprendedorismo y el voluntariado son valores partidarios dominantes, a lo que suman un discurso «postideológico», una estética festiva y un liderazgo propio de un team leader empresarial” (“¿Qué hay de nuevo en las nuevas derechas?”, Nueva Sociedad, 2014).
Desde este zoológico político, el cuestionamiento que surge es por qué no se pueden poner de acuerdo para asumir el desafío de ejercer el poder más allá de liderazgos unitarios.
La tónica de los discursos del evento político de lanzamiento de la plataforma “Chile desde las comunas”, con presencia de la presidenciable Evelyn Matthei (realizado en Antofagasta) versó sobre la necesidad de alinear a las derechas a un proyecto común y a largo plazo como solía soñar el ex presidente Sebastián Piñera.
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho, y las acciones que se han visto como el desayuno sin ‘prensa’ de candidateables al municipio por encargo de ‘soa Evelyn’ (Timeline, 27/06/2023), pareciera que más dividen que convocan, como señalara el analista y asesor político Giovanni Rivera T.
Franz J. Hinkelammert precisa que en realidad las nuevas derechas abrazan la idea de una ‘democracia instrumental’, que tarde o temprano busca un neoliberalismo a ultranza, el control de los medios de comunicación y la cuestión utópica de una ‘democracia dialogante’ a través de grandes acuerdos o consensos (“Democracia y nueva derecha en América Latina”, Nueva Sociedad, 1988).
También se pudiese pensar que las nuevas derechas están constituidas por políticos individualistas (Fernando Bizzarro, 2022), por liderazgos narcisistas o egoístas.
Sin embargo, tal vez las nuevas derechas sean ‘religiones seculares’ que abrazan con pasión dogmática sus posturas y representarían la máxima expresión de la multiplicidad del espectro político. La problemática es que en los partidos deportivos y en la política se gana con equipos y no erosionando el sistema por dentro. Si las nuevas derechas no entienden eso en Chile, no podrán proyectar gobernanzas locales, regionales y de país.
Autora de la columna: Francis Espinoza, Académica de la Universidad Católica del Norte (UCN)
Crédito de la foto: Agencia Uno