La causa por VIF que pesa a presidente de Suprema para enfrentar grave crisis de transparencia
La Corte Suprema está pasando por su peor crisis en los últimos 30 años, momento que coincide con la presidencia de Ricardo Blanco. Este miércoles se suspendió el trabajo de las cuatro salas que conforman el máximo tribunal. Los ministros y ministras dedicarán el día completo a una reunión del pleno para intentar resolver el serio cuestionamiento a la integridad de la Corte, después que se revelaran una serie de chats que mostraron conversaciones entre jueces y políticos para acordar nombramientos de jueces y notarios.
El primer incendio se activó hace dos semanas, con las conversaciones reveladas por Ciper entre el entonces juez Juan Antonio Poblete y el exministro de Defensa Mario Desbordes, con el fin de que el dirigente político intercediera en favor de su amiga María Teresa Letelier, para que fuera elegida como ministra de la Corte Suprema, lo que finalmente ocurrió.
En el pleno del lunes 10 de junio, el presidente del máximo tribunal propuso reactivar una “comisión de ética” que sancionara eventuales faltas. La ministra Letelier no se negó a esta comisión, pero antes recordó que "ninguno está aquí por obra del espíritu santo", consignó El Mercurio. No hubo comisión, ni pronunciamiento, ni declaraciones por parte de los ministros y ministras.
Chats de pareja de Ángela Vivanco
Otro foco estalló hace unos días, cuando se revelaron las conversaciones entre Gonzalo Migueles, pareja de la ministra Ángela Vivanco, y el fiscal de Aysén, Carlos Palma. En los chats, que estaban en el celular incautado a Luis Hermosilla, Migueles le pide a Palma que apoye a un candidato a Fiscal Nacional, luego de que él quedara en el camino. A cambio le ofrece pagar estudios de posgrado y quedarse como reemplazante de Xavier Armendáriz al mando de la Fiscalía Centro Norte. Carlos Palma, le envió una captura de la conversación al abogado Hermosilla porque ,según dijo, el ofrecimiento le parecía “impropio”.
Pero lo más delicado es que en el reportaje de Ciper, que revela la propuesta a Palma, se aluden eventuales conversaciones entre la ministra Vivanco y Hermosilla, donde se mostrarían gestiones del abogado para que ella llegara a la Corte Suprema.
Vivanco publicó un comunicado cuestionando al medio de comunicación y sus supuestas “inexactitudes”. Pero la ministra no se salvó de los reproches de sus colegas y, según trascendió, la ministra Andrea Muñoz, propuso llevarla a una comisión de ética, que en la práctica no existe. Otra vez no se resolvió nada.
Un nuevo frente de conflicto además, puede abrirse a partir de la solicitud de remoción que un grupo de parlamentarios de oposición presentó contra Armendáriz, fiscal metropolitano Centro Norte, por “negligencia manifiesta en el ejercicio de sus funciones” luego del estallido social.
El recurso fue acogido y su tramitación está a cargo del ministro de la Suprema, Diego Simpertigue, quien suspendió la investigación para tomar vacaciones junto a su mujer Gilda Miranda, notaria en Lampa. Ambos coincidirán en un crucero por Europa con el abogado Eduardo Lagos. Y él mismo está pidiendo al Consejo de Defensa del Estado, que restrinja el acceso a los chats de Hermosilla. Si esta petición se tramita en la Corte Suprema, deberá verla la Tercera Sala, que integran el ministro Simpertigue y la ministra Vivanco.
El estilo incómodo de Blanco
Aunque Blanco, en el caso de los chats que involucran a Vivanco, instó a los demás ministros y ministras para que este miércoles salga una propuesta de reforma al sistema de nombramientos, él atraviesa un pésimo momento reputacional y sus colegas dudan de que pueda conducir adecuadamente la crisis.
Al interior de la Corte, la relación no es buena entre el presidente de la Corte Suprema y sus colegas. En efecto, uno de los pocos apoyos que concita es el de la ministra Vivanco y de Gloria Ana Chevesich, quien por antigüedad debería ser su sucesora desde 2026.
Precisamente, uno de los episodios que generó molestia con él y su estilo de ejercer el cargo, ocurrió en mayo. La autoridad no asistió al desfile de las Glorias Navales. En su reemplazo estuvo el ministro Sergio Muñoz, vicepresidente del máximo tribunal.
Blanco estaba a más de 8 mil kilómetros del puerto. El juez completaba su segundo día de actividades en España. Invitado por la Real Academia a participar en el Congreso de la Red Panhispánica de Lenguaje Claro. En el encuentro, de dos días, estuvo el exministro Andrés Allamand, residente en la península gracias a su puesto en la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB)
La clausura del evento en Madrid juntó a Allamand, quien dio un discurso en la testera con Blanco, que hizo este viaje protocolar precisamente junto a Vivanco y en su intervención del 20 de mayo, habló sobre alarmante avance de la tecnología, particularmente de la inteligencia artificial.
Aunque el sitio del Poder Judicial y la prensa destacaron la visita y el saludo de Blanco con el rey de España, Felipe VI, el viaje no cayó bien entre sus colegas de Suprema. Antes de ser elegido presidente, estuvo ausente nueve meses debido a un tratamiento médico previo a que la crisis estallara. En definitiva, no estaba siempre presente como sus antecesores.
Todos los lunes se realiza la reunión del pleno de la Corte Suprema. Ese día, es el único en el que, con seguridad, Ricardo Blanco almorzará en el edificio del Poder Judicial. Debido a que su estado de salud no es óptimo y sigue en tratamiento, su comida es preparada por personal externo. Después del Pleno, le pide a su chofer que lo lleve hasta su departamento en la calle Suecia, donde trabajará el resto del día y parte de la semana.
Blanco no asiste a las reuniones que habitualmente siguen al Pleno. Se trata de las sesiones de los comités de la Corte Suprema. Estas instancias para abordar las definiciones internas del tribunal son tres: el Comité de Personas, el Comité de Modernización y el Comité de Comunicaciones. Desde que se formaron en 2018, ningún presidente ha tenido la costumbre de no participar en estas reuniones.
Precisamente, la presidenta del Comité de Personas, ministra María Cristina Gajardo, es la que lleva un sumario contra Ricardo Guzmán Sanza, director de la Corporación Administrativa del Poder Judicial (CAPJ) después de la ruidosa compra abortada de los autos Lexus. Otro asunto que afecta a los ministros y ministras, pero del que Blanco se ha desentendido, según cuentan en reserva sus colegas. El sumario dejó en suspenso la renuncia que presentó Ricardo Guzmán y es probable, según quienes han tenido acceso a la investigación, que se decida su continuidad. El sumario debería entregar su resultado en las próximas dos semanas.
Materias sin abordar
Blanco ha evitado pronunciarse en dos temas que sorprendieron al foro judicial. El primero, la votación del ministro Jean Pierre Matus a favor de “no innovar” o mantener en la Justicia Militar el caso de la muerte del conscripto Franco Vargas, en Putre.
El ministro Matus no se abstuvo, a pesar de haber trabajado como asesor de la Comandancia en Jefe del Ejército hasta 2019.
Otro tema que generó miradas reprobatorias hacia la Suprema, es la sanción leve (una “amonestación privada” que la Corte de Apelaciones de San Miguel impuso a Graciel Muñoz, hija del ministro Sergio Muñoz, y jueza del 12 Juzgado de Garantía de Santiago.
Graciel enfrentaba un sumario por haber hecho audiencias telemáticas durante los años de la pandemia desde Italia, habiendo informado al tribunal que su domicilio estaba en Las Condes, en Chile.
La distancia entre Blanco y sus colegas, se expresa también en el estilo que tiene para otorgar audiencias a los ministros y ministras. Los encuentros privados que habitualmente fueron fluidos y constantes, en otras presidencias, hoy requieren de estricta agenda y no pocas veces se han suspendido inesperadamente por parte de él.
Denuncia de amenazas
La relación entre las autoridades de gobierno y Blanco también es distante. En la ceremonia de la Cuenta Pública el 1 de junio, ocupó un lugar secundario. En el salón del Congreso, la tercera autoridad del país estuvo sentada en un extremo junto al obispo de Valparaíso, Jorge Vega, y el representante protocolar de las iglesias evangélicas, Emiliano Soto.
En la alfombra de salida, donde la prensa busca reacciones y el mundo político se despliega saludando, nadie se acercó a hablar un minuto con él, que estuvo acompañado de su personal de seguridad y se fue rápidamente, escoltado por los motoristas de carabineros asignados a su desplazamiento.
En los actos del Día del Carabinero y en la Cuenta Pública en Valparaíso, el saludo entre Blanco y el Presidente Gabriel Boric, ha sido apenas protocolar y las conversaciones de trabajo con el Ejecutivo, el gobierno las mantiene con el ministro Sergio Muñoz.
En La Moneda pesa el hecho más controvertido en el expediente de Ricardo Blanco. En enero de 2008 el juez del Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, Fernando Valderrama, determinó que Blanco debía hacer abandono del domicilio que compartía con su cónyuge, Jeanette Dávalos. La mujer denunció a su marido, entonces magistrado de la Corte de Apelaciones de San Miguel, por amenazas en el contexto de violencia intrafamiliar, que se arrastraba, según dijo a Carabineros, por casi una década.
Según el fiscal, que pidió la orden de alejamiento al tribunal, el 22 de enero de 2008, en medio de una discusión Blanco amenazó a su esposa con “matarla o dejarle la cara marcada para siempre”.
La víctima concurrió a la 19° comisaría de Providencia, donde relató a la policía que esta amenaza no era un episodio nuevo.
"Influencias"
Antes la habría agredido en tres ocasiones. “La primera de ellas con una cachetada en la cara y, las dos restantes, con empujones lanzándola contra los muebles de cocina; que nunca antes quiso denunciarlo por temor a su reacción”, relata el expediente judicial de esta causa.
Según el relato, ante la amenaza de una denuncia Blanco habría contestado diciendo que “no le importaba, por cuanto iba a mover sus influencias y nada lograría”
El 25 de enero de 2008 estaba programada la audiencia de formalización por amenazas en el contexto de violencia intrafamiliar. Pero Dávalos se desistió, arguyendo solo "un malentendido". Con esta decisión, el proceso terminó y Blanco pudo continuar con su carrera en el Poder Judicial. Sin embargo, mantiene un bajo perfil, en parte por su estado de salud y este episodio. De hecho, este lunes decidió no asistir a una ceremonia en el Círculo Israelita y en su lugar estuvo Vivanco.
Pero los hechos están acreditados y son de público acceso en el Poder Judicial, y aunque el gobierno no hizo reparos a que continuara la tradición de que sus pares nombren al frente de la Corte Suprema al ministro más antiguo, el cuestionamiento a la idoneidad moral de Blanco vuelve a enrarecer su gestión, tal como ocurrió cuando la entonces ministra de justicia Patricia Pérez, se opuso a su nombramiento en la Suprema en 2013 por este episodio, pero la convencieron apuntando al desestimiento de su mujer.
Crédito foto: Agencia Uno