Dilema de la caza de perros: Animalistas celebran y ambientalistas se lamentan por fauna nativa
Esta semana la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de ley que habilitaba la caza de perros asilvestrados, y los calificaba como una especie exótica invasora en la legislación nacional. El hecho volvió a despertar un debate recurrente entre organizaciones animalistas y científicos que trabajan en conservación de la biodiversidad chilena.
Esto porque cada vez hay más evidencia sobre el daño que los perros asilvestrados generan en las especies nativas, muchas de ellas que solo existen en Chile, y muchas de ellas en peligro de extinción. Estudios recientes han identificado a los perros que merodean en áreas naturales como la principal amenaza para mamíferos nativos del centro sur del país.
Los perros no solo amenazan a la fauna nativa mediante el ataque directo, sino también al competir por comida, transmitir enfermedades y desplazar a especies de su hábitat natural por intimidación.
Según un estudio de la Unviersidad Católica, en el país existen 8 millones de perros que son mascota y otros 3 millones y medio de perros sin dueños. La presencia de perros y gatos se ha registrado en 86% de las áreas protegidas del Estado, que son hábitats clave para la fauna nativa.
¿Qué se puede hacer?
“La ley de tenencia responsable (o ley Cholito) no resuelve el problema, así lo demuestran los números. Y no lo va a resolver porque no existe la capacidad de fiscalización. Las municipalidades no tienen los fondos ni personal suficiente y el proceso de educación es lento”, analiza Gonzalo Medina, veterinario e investigador del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello.
La posibilidad de utilizar la eutanasia o control letal para controlar la población de perros asilvestrados en el país es el principal punto de controversia al que se oponen organizaciones de derecho animal. Sin embargo, desde el mundo científico se propone como una de las únicas soluciones viables al problema.
“En países desarrollados hay una institución que remueve a los perros sueltos y si no los reclama un dueño y no los logran poner en adopción, proceden a la eutanasia. Esto es un tema de números, nadie se puede hacer cargo del costo que significa un número tan grande de individuos encerrados en un refugio de por vida. Y se hace en países que no tienen la cantidad de perros y gatos sueltos que tenemos en Sudamérica. La esterilización y liberación de estos animales, que es la alternativa que se plantea, no ha funcionado para frenar que sigan presentando una amenaza en el entorno natural”, sostiene Medina.
Un estudio del Instituto de Ecología Biológica propone ajustar la definición de perro asilvestrado para que sea más fácil de identificarlo, como sucede con otras especies invasoras, y someterlo a mecanismos de control que podrían eventualmente incluir el control letal. “Cuando te niegas al control y a la eutanasia de animales que son especies invasoras, ahí también hay muerte. Esos perros, gatos, y otras especies invasoras están matando animales nativos silvestres por competencia, transmisión de enfermedades o depredación», explica Gonzalo Medina.
En Chile, el control letal ha sido utilizado para controlar la población de otras especies invasoras como castores o visones, que generan estragos en ecosistemas del sur del país poniendo en riesgo la supervivencia de especies nativas.