“Entiendo que el Gobierno, el oficialismo, tenía ofrecida una primera vicepresidencia al PDG y en el nuevo acuerdo se consideraba una primera vicepresidencia para el PDG. Al ofrecérseme, el fin de semana, dije ‘Ok, estoy disponible’”. 

La declaración corresponde al recientemente asumido vicepresidente de la Cámara de Diputados, Gaspar Rivas (PDG). Y bastó para que la derecha ingresara una censura a la Mesa Directiva a menos de 24 horas de asumir. 

La razón de la moción para remover a la mesa encabezada por la diputada Karol Cariola (PC), según argumentaron desde la derecha, es simple: el gobierno habría intervenido en la elección al ofrecerle la primera vicepresidencia a Rivas. 

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Moción de censura

Debido a la estrechez de la votación —Cariola se impuso por un voto— en la interna de la derecha se comenzó a hablar de inmediato de una posible censura. Sin embargo, la primera conclusión fue que no se tenían los votos para que prosperara. 

De hecho, Chile Vamos, luego de una reservada reunión que sostuvieron los jefes de bancada de Evópoli, Renovación Nacional (RN) y la UDI, determinó que la mejor estrategia era enviar una carta al Presidente Gabriel Boric protestando contra el supuesto intervencionismo de La Moneda en la elección de la Cámara. 

En dicha misiva, además de expresar la disconformidad con las gestiones del gobierno, Chile Vamos solicitó “evaluar la continuidad” del ministro Elizalde.

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Pero el Partido Social Cristiano se adelantó y anunció que iba a presentar una censura contra la mesa a la brevedad, a lo que sumó el Partido Republicano que, antes de mediar con los otros sectores, presentó la moción para remover a Cariola, Rivas y el segundo vicepresidente, Eric Aedo (DC). 

“Hemos presentado una censura a la Mesa de la Cámara en virtud del artículo 27 del reglamento de la corporación por cuanto nos hemos enterado del intervencionismo del Poder Ejecutivo, respecto del Legislativo, a través de una oferta que un ministro habría realizado a un diputado para tener un cargo en la medida que votara a favor de la mesa que apoyaba el gobierno”, declaró el jefe de bancada de Republicanos, Stephan Schubert. 

No están los votos

La moción, en todo caso, no es respaldada por toda la oposición y genera dudas en Chile Vamos, desde donde declararon que “están evaluando” la situación para decidir si plegarse o no a la moción que será votada, probablemente, el lunes 22 de abril. 

“Nosotros vamos a evaluar una censura, pero tenemos que ser serios también y que sea políticamente viable. Pero claramente la estamos evaluando dado que nunca pensamos que iba a ser tan rápido. Hoy día el diputado y vicepresidente de la Cámara, Gaspar Rivas, nos está dando material concreto para efectivamente poder evaluar una censura”, sostuvo la jefa de bancada de RN, Ximena Ossandón. 

En la interna de Chile Vamos creen que aventurarse en una moción de censura es complejo por dos razones. La primera y más importante, no están los votos para aprobarla. 

Según transmiten diputados de Chile Vamos a El Desconcierto, no todos en las bancadas de derecha están de acuerdo con censurar a la mesa presidida por Cariola, ya que daría un nuevo signo de “ingobernabilidad” de cara a la ciudadanía. Además, la bancada de Demócratas y los diputados independientes no se han pronunciado a favor de la censura y convencerlos de aquí al lunes no está garantizado. 

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Problema de fondo

Sumada a esas dudas, hay un tema de fondo que se comenta en la Cámara; la supuesta “intromisión” del ministro Elizalde, sería un problema de La Moneda, no de la mesa recién asumida. Es más, de acuerdo a parlamentarios de oposición, la acción de Elizalde sería causal de acusación constitucional, al constituir la intervención de un poder del Estado en otro. 

No obstante, en la derecha tienen claridad de que no están tampoco los votos para llevar adelante una acusación contra el titular de la Segpres. 

Otro camino que se exploró fue una eventual interpelación a Elizalde. Pero la herramienta, no garantiza un punto favorable, ya que Elizalde tendría derecho a réplica y le sería fácil desmentir los argumentos de la oposición.