Son dos décadas de trabajo en las que Gepe, de nombre Daniel Riveros, se ha convertido en uno de los referentes de la música chilena.

Son distintos frentes desde los que ha construido una trayectoria de renombre: el pop, la cueca, la bachata, por solo mencionar algunos.

Último lanzamiento

Su más reciente lanzamiento, “Playaplaya”, una oda al calor, el amor y la temperatura de un día en el mar traducidos en un single que define como “Bolero-soul” ya se encuentra en plataformas de streaming.

Recién llegando de México, Riveros se prepara para el lanzamiento de su décimo trabajo de larga duración a casi veinte años de su debut como solista con “Gepinto" en 2005.

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Entrevistado por  El Desconcierto, Gepe, uno de los nombres emblema de la música chilena, se proyecta en una nueva etapa artística y conversa sobre el popurrí de sonidos con los que se ha ganado un público que lo sigue en el mundo sobre el respeto como el mayor requisito para una colaboración y el lugar de la música alternativa en un mundo enfocado en el sonido urbano. 

-¿Cómo fue el trabajo detrás del nuevo single?

-Es una canción parte de un disco bastante popurrí. Hay un montón de cosas que suenan a distintos puentes o inspiraciones musicales: esta en particular tiene que ver con el bolero y el soul. Es bien divertida. Es un cliché, pero la melodía yo la soñé con parte la letra y eso me causó la suficiente gracia y entusiasmo como para poder registrarla. Me estaba quedando entre que dormido y en ese camino intermedio aparecieron la letra la melodía.

Hay frases en la canción que tienen que ver con otras canciones, por ejemplo, “Para amar” (de Los Prisioneros) que habla sobre “el invierno helado y que el próximo va a ser quizás más helado” y ese tipo de cosas. La imagen central de la canción está en la idea de que por muy frío que haya sido el verano o el invierno pasado muy frío, o por muy helada que esté el agua, tú y yo en este momento estamos bien, estamos bien porque nos queremos, nos respetamos, nos encontramos que somos buenas personas, porque estamos en confianza.

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-Este álbum sería número 10 de tu trayectoria, ¿cómo ha sido el trabajo detrás? ¿Qué importancia le das a este hito en tu carrera?

-Este disco me importa mucho, o sea, me importa por la por la sencilla razón de que lo hice con mucho gusto. Tengo que confesarlo, he hecho discos en los que no tenía mucho control sobre lo que se estaba haciendo, pero eso no hace que esos discos sean valgan menos o más, pero por lo menos esos momentos de incertidumbre no los tuve para nada en este trabajo, y eso me hizo disfrutar mucho más la creación, desde el momento de la composición hasta la grabación. La producción también.

Lo disfruté mucho, entonces en ese sentido es bacán porque después de nueve discos y haber vivido nueve vidas como los gatos, ahora viene este décimo disco. Sigo teniendo el mismo interés de siempre de hacer música, de crearla e inventar cosas nuevas o no tan nuevas. Hacer canciones que valgan un poco la pena. Bueno, este disco yo lo hice con total, cariño, por lo tanto que sea el décimo me encanta.

Cuando estaba haciendo el tercero (Audivisión, 2010) no pensé que iba a llegar a un décimo con este entusiasmo, entonces me felicito a mí mismo por eso. El disco está bueno, hay canciones que son bastante decentes, por decirlo así.

Estoy contentísimo. Y bueno, el disco saldría en unos meses más.

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-¿Cómo se reivindican el pop y los estilos alternativos en un momento en el que lo que más suena es el género urbano?

-Creo que la música sucede más allá de la industria, más allá de cualquier otra cosa. Ahora se está escuchando más música en general que en cualquier otro momento en Chile, me refiero a la música chilena y me da la sensación de que hacia afuera también. Estuve en México la semana pasada, donde en varios lados ponían música chilena urbana en algunos lugares de discoteca. Pero también en alguna radio mexicana me nombraban varios nombres de distintas generaciones, desde Los Tres, Los Bunkers hasta Myriam Hernández, también Javiera Mena, Alex Andwanter. Siempre aparecen varios nombres y eso me encanta y me da la sensación de que eso es más ahora que nunca.

Tengo la sensación de que la música urbana ahora se está refiriendo a sí misma. Al principio había una idea de parecerse a lo puertorriqueño o lo centroamericano, pero parece que ya no. Creo que los argentinos están haciendo un urbano muy argentino y los chilenos están haciendo un urbano muy chileno; los mexicanos igual. Eso es bacán y me encanta que se escuche música chilena, sea el estilo que sea. No tengo ningún problema con eso, al contrario.

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El lugar de la música alternativa chilena o el indie es el que siempre ha tenido y el que siempre va a tener probablemente en un lugar de un volumen más bajo. Yo estoy seguro de que nunca va a haber alguien que ponga música indie a todo chancho con las ventanas abajo del auto o en una bicicleta con un parlante. La música alternativa indie siempre tiene su lugar y a mí me parece que está bien.

No me preocupo porque alguien me vaya a quitar espacio o por yo quitarle espacio a alguien. Creo que la música da para todo ese tipo de cosas, para un montón de estilos y formas.

-¿Qué es lo esencial para ti al hacer un featuring?

-Yo diría que admiración o cariño especial por ese artista, quien quiera que sea, más allá de si lo conozca previamente o no. Creo que siempre he trabajado con gente que admiro y que conozco, o no conozco y admiro. He tenido el gusto que varias invitaciones fueron aceptadas. A mí me da mucho orgullo haber compuesto o grabado. Lo lindo es que crecen en contexto también, porque cuando se lanza la canción con Natalia Lafourcade (Timidez), da para hablar la canción tanto como de la colaboración misma, y eso me encanta, creo que el trabajo solist, no sé si con las bandas es así, pero por lo menos el trabajo solista en colaboración con otros se enriquece y hace que uno se sienta menos solo.

-¿Cuáles son los géneros que te falta por explorar? Has pasado por muchos ritmos…

-Yo creo que he hecho solamente un disco de género, que es que Folklore Imaginario que tiene una una temática musical central. En ese disco hay desde cuecas, tonadas hasta cacharpayas, todo ligado a la figura de Margot Loyola. Yo creo que es el único disco que hice más ortodoxo. Hay otro disco que se llama Estilo Libre, que es del año que tiene bachata, rap y guayno.

Este nuevo disco bebe de varias fuentes a la vez. De hecho, la primera canción que lanzamos, “Paloma”, tiene de música andina y charango. Al mismo tiempo tiene otro pie en la parte rítmica centroamericana en la percusión. Yo creo que es un disco de pop progresivo, esta idea de que las partes no se repiten, que hay una idea de ue las canciones son como ensamblaje de cosas. No hay muchas canciones que tienen varias partes dentro de sí, eso yo lo aprendí de un disco de Café Tacuba que se llama “Sino” o de trabajos que tienen una sensibilidad pop, pero van ensamblando partes distintas y se arma una canción que en esencia es pop. pero es un poco más que eso también o un poco menos que eso no sé, entonces a eso le llamo yo progresivo. Este disco tiene además muchas grabaciones entre medio de las canciones, que no sé si remiten tanto a una canción pop propiamente tal, por eso que yo digo que este es un disco de pop progresivo.

-¿Qué podemos esperar de una nueva etapa para Gepe después de este décimo álbum?

-Yo creo que este disco sin duda es una etapa nueva. La última conciencia de renovación, así en serio, fue en 2020 con el disco Ulises, pero tampoco fue del todo. Llevo bastante tiempo en el proceso buscando ideas por aquí por allá.

Es un disco que no es corto, que tiene bastantes canciones y bastante propuestas: unas más novedosas que otras. Creo que hay varias canciones que se salen un poco de la norma de lo que tradicionalmente he hecho. Eso me encanta y creo que este sí sin duda para mí es como el primer disco, la verdad. Siempre digo lo mismo, porque lo siento así. Cada disco que saco es como si fuese el primero, pero este definitivamente lo siento como un primer disco y tengo el mismo entusiasmo, pero probablemente más renovado y más fresco.