El caso de Luis Hermosilla, abogado investigado por la filtración de los audios donde evidencia su intención de pagar coimas para beneficiar a sus clientes, está generando una serie de repercusiones y reacciones.

Una de ellas fue la de la ministra vocera Camila Vallejo, quien aludió a una eventual red de corrupción de cuello y corbata luego de que se oficializara la destitución de Sergio Muñoz como director general de la PDI, justamente por sus vínculos con el jurista y la información que habría traspasado a través de él.

"Lo poco que sabemos de los audios de este señor y sus contactos con la élite económica y política del país es grave. Afecta la fe que se debe tener en las instituciones para que funcione la democracia, las personas deben confiar en la justicia, en la PDI, Carabineros para que funcione", comenta a El Desconcierto el historiador Cristián Pérez.

Pero hay más. "Lo que todavía no se sabe?", asegura planteando una razonable incertidumbre al respecto.

"¿Existe una red de corrupción en la élite, en los partidos de derecha y sus vínculos con el poder o este es un hecho aislado de un señor como Hermosilla, dado a estos juegos de manejar información para ganar juicios y hacerse una persona bastante rica?", cuestiona.

En definitiva, complementa, "esto le hace muy mal a un país que está en una crisis de creer en sus instituciones, de creer en la democracia".

"Está cayendo un manto de niebla"

"Una de las maneras de que esto se pudiera ir solucionando, es que se sepa todo, transparencia total, que caiga quien tenga que caer y las instituciones que tengan que caer", agrega.

Respecto de la declaración del fiscal nacional, Ángel Valencia, quien respondió molesto a las declaraciones de Vallejo, Pérez recalca que es "él quien debe transparentar las cosas, es la única forma de salvar a la república, la crisis de desconfianza que aumenta y hace que las personas duden de las instituciones y la democracia".

"El fiscal, los tribunales de justicia tienen sobre sus hombros la posibilidad de salvar la república, transparentando esta investigación, llegando hasta las últimas consecuencias, pero hasta el fin. Eso es central", sostiene luego.

Siguiendo con su análisis, plantea que "si personas del alto mando se corrompen de ese modo, actuando como topos de un abogado, no sabemos dónde va a parar esto..."

"En esta ocasión, está cayendo un manto de niebla sobre la investigación. Da la sensación de que el fiscal sobrerreaccionó, creo que él sabe mucho más, está tomando decisiones de hasta dónde llega y eso es lo que no sabemos, no se transparenta, ahí es donde está el problema", dice.

La responsabilidad de Valencia 

Apuntando incluso a la gestión previa de Jorge Abbott como fiscal nacional, Pérez recuerda que "en los últimos tiempos ha habido un manto de duda del accionar de la Fiscalía de casos que tienen relación con las élites políticas y económicas (...) No ha habido explicaciones claras de lo que pasó, quiénes estaban comprometidos, cuál fue su participación".

Y además, "las investigaciones son muy lentas, pasa el tiempo y la opinión pública se distrae y se olvida de los casos, por eso creo que el fiscal nacional tiene una responsabilidad grande: salvar la república".

"Está amenazada, porque si la gente común percibe que hay ciudadanos de primera y segunda clase, está en juego el sistema democrático que hemos construido. No es tan simple que la gente piense que hay chilenos de primera, segunda y tercera que tienen acceso a la justicia, a pagar abogados y cuentan con antecedentes que la mayoría de los mortales no tienen, eso es grave", recalca.

En consecuencia, insiste Pérez, su expectativa es que el responsable del Ministerio Público haga su trabajo.

"Espero que actúe dentro de la ley y llegue hasta el fondo, que actúe con transparencia, sin pensar en el tipo de personas involucradas, porque hay algo más importante que las personas, que es salvar la república, salvar a Chile y salvar la democracia", concluye.