Encuesta muestra un aumento de los populismos y que Chile está más polarizado
Los últimos dos años, como nunca antes, los chilenos debieron acudir a las urnas para ejercer su derecho a voto en los plebiscitos de entrada y salida de los dos procesos constituyentes, además de elecciones presidenciales, municipales y parlamentarias.
Estas votaciones dejaron datos para analizar que muestran que estamos frente a un nuevo mapa político, con nuevos actores y una alta polarización. Por lo menos así lo refleja la “Encuesta Postplebiscitos, nuevo escenario político”, de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez.
El sondeo, realizado a 1.149 personas mayores de 18 años entre el 11 y el 23 de enero de 2024, arrojó un aumento de la polarización ciudadana de un 23% desde el año 2017.
Para Andrés Scherman, uno de los investigadores responsables de la encuesta, la polarización es un fenómeno general en el mundo y que se ha visto con mayor fuerza desde la elección de Donald Trump y Hillary Clinton.
“No es una tendencia nueva en ese sentido, pero en Chile no la habíamos visto con tanta claridad. Eso tiene que ver con varios factores, pero en general es una política mucho más centrada en conflictos emocionales y en una lógica como de amigos con enemigos más que de adversarios”, señala el Director Académico Magíster en Comunicación Política y Asuntos Públicos de la UAI.
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Tal como señala Scherman, desde las elecciones que permitieron a Trump llegar a la Casa Blanca, los discursos y el debate político se ha endurecido tanto en Estados Unidos como en Europa y América Latina, donde las redes sociales han tenido un rol preponderante que incita a esta polarización y pérdida del debate de ideas.
“Las redes sociales pueden ayudar a que se incremente la polarización porque ayudan a crear estos grupos que son las cámaras de eco de gente que, en la medida en que la gente se ubica en posiciones más extremas, las redes sociales tienen la posibilidad de ir incrementando esas posiciones”, señala.
Sin embargo, el académico aclara que esta polarización empujada por las redes sociales no es tanto cuando se trata de electorados que se ubican más cerca del centro.
“Las redes sociales efectivamente pueden jugar un rol de acelerar ese proceso, pero para eso tienen que encontrarse con gente que está en esas posiciones extremas también”, complementa.
Populismos
La encuesta también reveló una alta percepción de actitudes populistas por parte de los políticos. Según el sondeo, un 78,7% de los encuestados considera que los funcionarios electos hablan mucho y toman pocas decisiones.
En ese sentido, Scherman cree que estos populismos, que se entiende como esta separación de la elite y el pueblo, donde los políticos con discursos populistas intentan saltarse a la elite para precisamente criticarla y así encontrar el apoyo del electorado.
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“Tratan de que no haya ninguna intermediación, tratan de saltarse a los medios. De hecho, una de las características de los líderes populistas es que tratan de tener un contacto directo con la audiencia y ojalá no recurrir a la intermediación, al filtro digamos, de los medios”, señala el investigador de la UAI.
Uno de los ejemplos más recientes y cercanos es el presidente de Argentina, Javier Milei, quien ha hecho de las redes sociales su lugar para interactuar con la ciudadanía sin necesidad de utilizar los medios de comunicación, ahorrándose así las interpelaciones o debate de ideas que podrían poner en jaque su discurso.
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“Empiezan a hacer mucho uso de redes sociales. Hacen transmisiones en vivo desde sus propias redes sociales sin tener que pasar por los medios. Empiezan a gobernar incluso a veces desde las redes sociales como Donald Trump”, agrega el académico.
Gobiernos débiles
La encuesta también reveló un aumento de la valoración del sistema democrático, donde un 1,8% de los encuestados se mostró de acuerdo con la afirmación de que “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, opción que en 2021 se mantenía en un 45,9%.
El académico complementa que, si bien hay una valoración del sistema democrático en comparación con autoritarismos, la ciudadanía es mucho más crítica respecto al funcionamiento del sistema democrático “en términos de que está funcionando mal de que nuestra democracia no funciona bien no satisface las expectativas”.
Respecto a la evaluación del gobierno de Gabriel Boric, la encuesta arrojó que tiene un 55% de desaprobación y sólo un 33% de una evaluación positiva.
Estos números contrastan con la alta votación que obtuvo en las elecciones presidenciales de segunda vuelta contra José Antonio Kast, donde el líder frenteamplista obtuvo el 55,8 % de los votos, siendo electo como el presidente con el mayor número de votos en la historia de Chile.
Sin embargo, esta abrupta caída de aprobación no es exclusivo de la administración de Boric, ya que es una tendencia que se viene arrastrando desde el segundo gobierno de Bachelet.
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Para Andrés Scherman esta baja de la popularidad se puede entender en lo débiles que están siendo los gobiernos.
“Nos hemos acostumbrado a tener gobiernos débiles hace un buen rato. Boric en primera vuelta sacó el 25% de los votos. Es muy bajo para alguien que termina siendo presidente. Nunca un presidente electo había sacado tan pocos votos en primera vuelta”, ejemplifica.
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Para el académico hay cierta fragilidad y tendencia de la gente a apoyar a un candidato porque es necesario apoyar a uno, pero después hay una cierta distancia entre el gobernante y sus electores.
“Así como hay cierta luna de miel, los gobiernos caen como en la fantasía de que tienen un gran apoyo y no son capaces de crear movimientos o gobiernos que sean más convergentes que convoquen a más gente, sino que marcan sus puntos de vista y después recuperar a esa gente es muy difícil”, señala Scherman.