Uno de los lugares que eligen los flamencos para nidificar, comer y descansar son los salares altoandinos del norte de Chile. La mayoría de las colonias registradas en el país están en las regiones de Arica y Antofagasta, pero también hay algunas en la región de Atacama.

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Un reciente monitoreo de guardaparques de Conaf, permitió identificar que en el Salar de Maricunga en dicha región, hay 1.500 flamencos que emigran en invierno y vuelven en verano para habitar la zona. Se contaron 1248 flamencos andinos y chilenos, y una colonia de 253 flamencos de James en etapa de construcción de nidos en una vega al borde este del Salar de Maricunga.

Así, este salar se consolida como uno de los dos sitios en la región que los flamencos eligen para reproducirse y nidificar, lo que es vital para la conservación de la especie. Se suma además al histórico registro de 2023, en que en la Gran Laguna del salar de Maricunga se avistaron más de 800 polluelos de flamenco andino.

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Esta gran laguna es parte del área del salar que está fuera de cualquier figura de protección oficial, lo que la deja más expuesta a presiones y actividades como el turismo desregulado y sobre todo la extracción de litio, que continúa creciendo en el país y para la cual Maricunga es el siguiente destino. Hay al menos dos o tres faenas proyectadas para el salar, incluyendo el proyecto Salar Blanco, comprado por Codelco.

Al ser una industria incipiente, la única evidencia que se puede recolectar sobre extracción de litio y flamencos, ocurre en el Salar de Atacama, donde la actividad minera ha reducido la cantidad de agua y aumentado la temperatura del suelo afectando la vegetación y biodiversidad.

De las tres especies que habitan el salar, dos han disminuido sus poblaciones entre 10 y 12% en solo 11 años, según datos recopilados por la científica especialista en salares, Cristina Dorador.