La industria de la moda tiene un alto impacto ambiental, tanto por la cantidad de recursos que consume como por los residuos que genera. Según la ONU, es la segunda más contaminante del mundo. En Chile, se importan más de 150 mil toneladas de ropa al año, de las cuales el 60% termina en el vertedero del Desierto de Atacama, según datos de la CEPAL.

Ante este escenario, han surgido iniciativas que buscan reducir el desperdicio textil y promover un consumo más responsable y ecológico. Una de ellas es el intercambio de ropa y productos, que consiste en cambiar las prendas que ya no usamos por otras que nos gusten y podamos aprovechar más.

Así se tirar la ropa que está en buen estado y le damos una segunda vida. “Ropantic es una de las empresas pioneras en este sistema de intercambio, que organiza eventos con diferentes modalidades”, dice Rosario Hevia, fundadora de Ecocitex.

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Sin embargo, no todos los comercios ofrecen esta opción. La mayoría solo acepta donaciones y vende ropa de segunda mano. El problema está en que muchas veces la gente dona ropa que no está en condiciones de ser reutilizada, y el comercio se queda con prendas que no puede vender y que acaban en la basura o en el fuego. “Esa es la complicación de solo recibir donaciones”, explica Hevia.

Para solucionar esto, Ecocitex ha creado un sistema de intercambio recurrente de prendas en la Región Metropolitana. El intercambio de ropa es una forma de contribuir a un consumo más sostenible y consciente, que beneficia tanto al medio ambiente como a nuestro bolsillo.

Además, nos permite acceder a descuentos en prendas seleccionadas o a prendas de segunda categoría, fomentando así una economía circular en la moda.

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